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martes, 31 de diciembre de 2013

Pensamientos de antaño


30/12/2012
   
      Será la nostalgia de los finales, o la ansiedad de los comienzos. Será que en el ojo del huracán el tiempo se para, y podemos ponernos pensativos. ¿Cómo se sentirá un gusano justo antes de convertirse en mariposa? Será que en ese instante podemos sentarnos a mirar la vida. Y así entristecer tranquilos, sin que el pasado nos vea, a pesar de que nos mire con esos ojos tristes. Sin que el presente se nos ría en la cara, con esa picardía en el rostro, como diciéndonos "¡Estoy acá!". Sin que el futuro nos entierre sus puñales y agujas. Puñales que son miedos. Agujas que son dudas. Será que es la única manera de llorar a gritos en silencio. Será que sabemos que el huracán se va, pasa. Y con él, ese ilusorio momento sin tiempo. Y entonces, quizás, es ahí cuando sabemos que todo transcurre de la misma manera. Que nada es eterno. Que nadie es capaz de luchar contra eso. Porque el tiempo se va. Porque a cada segundo que un minuto agoniza, otro está a punto de nacer. Dicen que el tiempo y el espacio son ilusiones de la conciencia. No sé. Yo sólo sé que mañana es 31 de Diciembre y antes de celebrar la llegada de un nuevo año, este que se va merece su luto. Como mudarnos de hogar, como cambiarnos de andén, para tomar otro tren, y seguir nuestro camino. Será la nostalgia de los finales, o será tal vez, la ansiedad de los comienzos.  
31/12/2012
      Clima festivo, vísperas de punto y aparte. El ambiente es aún así, algo extraño. O al menos así es como yo lo percibo. Como si estuviera flotando sobre los últimos acordes de una hermosa canción que, aunque queramos o no, debe concluir. Y créanme que toda canción, hasta la más hermosa, debe tener un último acorde. Y eso es algo inevitable. Inevitable como el paso del tiempo. Inevitable como sentirse así. Así como si estuviera sentado muy cómodamente en alguna linda plaza, palpitando las últimas páginas de una historia sin igual. Llena de personajes fascinantes. Repleta de flores y estrellas. Una historia con penas, sí. Pero también con glorias. Una historia única e irrepetible. Única como lo es cada persona que conocí y me acompañó en estos trescientos sesenta y cinco días. Irrepetible como lo es cada segundo que pasé con ellas, y todos y cada uno de esos días. Y hablo de sentirse así. Así como si nos encontráramos de repente en la antesala de un aeropuerto, despidiendo a un viejo amigo que se va y nunca vamos a volver a ver. Jamás. Así como se siente el último de los tres puntos suspensivos. Como se siente el sol antes de caer, y así perderse en el horizonte. Pero lo cierto es que después de cada canción, viene otra, y hasta tal vez, aún más hermosa que la anterior. Lo cierto es que no todo "Había una vez..." termina con un "Fin", que existen los "Continuará...". Que cada amigo que se va, sigue su camino, y de la misma manera lo hacemos nosotros, y en él nos acompañan otros amigos que llegan después. Que después del último de los puntos suspensivos, posiblemente venga una mayúscula. Que cuando el sol se esconde y la noche sale a buscarlo, él aparece en otra parte del mundo y el día llega en otro lugar. Y esos son motivos suficientes para festejar. Por eso este clima. Y por eso estas vísperas. Clima festivo, vísperas de punto y aparte.

31/10/2012
      No importa si nunca estás con ellos, si no sabés cuáles son sus sueños, o sus colores favoritos, si no sabés cuáles son sus miedos, o sus deseos más profundos... No importa si no les brindás un espacio en tu rutina, si no les dedicás tiempo de tu tiempo, o si no los abrazás todos los días. Claro, con un par de juguetes bien caros, basta. Quizás no seas el mejor padre, pero si seguís estas instrucciones, vas a darles un legado materialista a tus hijos, y entonces, llegado el momento, ellos tampoco van a ser los mejores padres. Y, además, entre otras cosas, vas a seguir engordando el bolsillo (que por cierto ya está bastante gordo) de quienes oportunistas ante la ocasión, en el nombre del consumismo convierten la navidad en una fecha burda y comercial, ensuciando su verdadero significado, que es el de la familia y la unión, el del amor y la paz. Pero eso tampoco importa. Así que no olvides olvidar lo esencial nuevamente este año, porque quiero que gastes mucho.


30/10/2012
      Ni siquiera había puesto la pava,
      y ya había cantado las gracias.
      No había mezclado las cartas,
      y escupió "truco" a carcajadas.
      Ni siquiera le abrí la puerta,
      y ya se había marchado.
      Nunca llegó a ser presente,
      y ya es parte de mi pasado.
26/10/2012

      El suicido es la mayor manifestación de desacuerdo con el sistema, es el mayor acto de protesta, tanta gente suicidándose nos da la pauta de que definitivamente hay algo en este mundo que no va bien. 


martes, 17 de diciembre de 2013

Gente pobre

      Pobre de la gente que no ama, que no viaja, que no experimenta. La gente que nunca sale de su burbuja. La gente que tiene ventanas pero nunca mira hacia afuera. La gente que viaja en colectivo, o en tren, pero no se enamora de ningún extraño. La gente que se mancha las manos pero nunca con barro. Pobre de la gente que nunca siembra una semilla. Las personas que jamás en la vida dicen estupideces. Los que no se contradicen. Los que no cambian. Los que no cometen errores por miedo a fracasar.
      Esa gente que usa zapatos caros con suelas que a cada paso despiden un sonido delicado al caminar, pero que (vaya a saber uno por qué) no patea piedras, ni pisa las hojas secas en otoño. Esos que sacan a pasear sus paraguas, y se pierden del placer de caminar abajo de la lluvia hasta empaparse. Pobres aquellos que ven una hamaca y no se mecen en ella, sólo porque ya no son niños. Pobres de los adultos que no alimentan a su niño interior. Pobre de la gente que no sale a perderse. Pobre de la gente que nunca se encuentra.
      Y pobre de la gente que por andar escuchando otras cosas, nunca se para a escuchar la melodía de la brisa cuando se pasea atravesando las ramas, que es sin duda una de las orquestas naturales más maravillosas que existen. Pobre de la gente que no escucha la voz del viento. La gente que va todos los veranos a la playa, y nunca se sienta a escuchar la respiración del mar. O esa gente que puede ver y que aún así nunca se sienta a contemplar la luna ni las estrellas. Las personas que pueden hablar, pero que nunca dicen "te amo" ni "perdón".
      Pobres los que critican a los otros, los que opinan destructivamente. Los que creen tener el derecho y la sabiduría como para andar juzgando a los demás. Pobre de la gente que cree ser el ombligo del mundo. Los que tienen espejos gigantes que no los dejan ver el mundo exterior. Pobres los interesados, los materialistas, los superficiales. Pobre la gente de alta gama, de vidas plásticas, de color dorado. Pobre de la gente que sólo se quiere a sí misma y que nunca comparte su tiempo con nadie. ¡Pobre de la gente que no sabe compartir!
       Los que van cada Domingo a misa, y creen que eso los convierte en mejores personas. Los que van por la vida contándole al mundo cuán ateos son, y creen que eso los convierte en mejores personas. Pobre de la gente que no cree en nada. Pobres los superados. Pobres los fanáticos, y pobres los escépticos.
      Pobres los que tienen sexo sin amor. Los que no maldicen ni dicen barbaridades. Los que no escupen hacia arriba. Los que nunca se emborracharon de vida. Los que nunca lloraron con una película. Los que nunca se estremecieron con una canción. Los que  no comen chocolate porque hacen dieta, porque quieren estar a la altura del estereotipo de belleza de turno. Pobres de los que "se ven bien" por fuera, pero en realidad no se ven (ni se miran) por dentro. Esas personas que cantan, pero lo hacen sin pasión. Esos muñequitos que no desafinan, no erran, no bailan como locos. Pobre de la gente que vive sin pasión. Pobre gente.
      Y ni hablar de los que no aprecian el arte, de la gente que no se expresa. La gente que no intenta. Los que no arriesgan. Los que se enamoran sólo una vez. Los que viven con miedo a vivir. Los que no viven y creen hacerlo sólo porque respiran. Pobres los que se encuentran perdidos en el pozo de la rutina. Los que tienen sueldos importantes y casas bonitas, autos caros y muchos bienes materiales, pero que, por alguna razón, todavía no son felices. Pobre de la gente que no vive de lo que ama. Pobre de la gente que no tiene sueños... ¡Pobres de los que no sueñan! Y pobres de los que tienen sueños, pero que por esas cosas de la vida, tienden a no luchar por ellos y, finalmente, abandonarlos. Pobre de la gente que se abandona a sí misma. Y pobre de mí, que sólo soy un idiota que cree tener razón.

sábado, 21 de septiembre de 2013

Chica enamorada

      Está bien. No llames. Yo te prometo que voy a dejar de esperarte. No quiero estarte atrás. Más bien quería estar a tu lado, y desarmarme arriba tuyo, y tenerte en frente, otra vez, siempre. Pero bueno, andá nomás, princesa. Andá con él.
      Y ojalá que dure mucho tu relación, y ojalá que no salgas lastimada. Ojalá que seas feliz siempre. Ojalá que vueles lejos, paloma, yo me hago socio de la soledad.
      Te quiero igual, no me gusta esperar, y ya no voy a esperarte. Buena suerte y hasta luego, chica enamorada. No te preocupes, soy un envase vacío, y algún lugar encontraré.

lunes, 16 de septiembre de 2013

Perspectivas

      Transformate, cambiá para bien, sé una mejor persona cada día.
      No cambies, así estás bien, aceptate como sos.
      Da igual si cambiás o no, es lo mismo.
      Rebelate, cuestionalo todo, vos podés cambiarlo.
      Todo es como debe ser, hay una razón. Aceptá. Comprendé.
      Todo es una reverenda mierda.
      Si querés algo, luchá por ello, andá a buscarlo.
      Si querés algo, esperalo, ya va a llegar.
      No esperes nada, los sueños no se cumplen.
      Si amás a una persona, luchá por ella, salí a buscarla.
      Si amás a una persona, amala libre, dejala ser, dejala volar.
      El amor no existe.
      Proponete una meta y cumplila, tenete fe, vos podés hacerlo.
      No te impongas expectativas, no te hagas ilusiones, viví el presente.
      No lo hagas, no podés hacerlo, ni siquiera lo pienses.
      Arriesgate, tropezá, de los errores se aprende.
      No seas impulsivo, meditá antes de actuar.
      Vas a hacer el ridículo, vas a ser rechazado, van a reírse de vos.
      Respetate, hacete valer, no dejes que te humillen.
      Reíte de vos mismo, aceptate.
      No es gracioso.
      Sé un optimista, es una muy buena opción.
      Sé un conformista, y vas a estar muy conforme.
      Sé un pesimista, o mejor no, no lo seas, es una mierda.
     

Mil y una

Como si no fueran suficientes 
las luchas internas 
y los mil diablos 
a los que uno confronta y se enfrenta 
sin sorpresas ya a diario, 
ahí afuera hay todo un sistema 
de factores que hacen daño, 
cosas que se hacen mal 
y un mundo entero 
que cae a pedazos. 
¿A dónde vas a ir? 
¿Dónde vas a esconderte? 
¿A quién vas a pedirle una mano 
cuando nadie quiera defenderte? 
Cuando todos seamos mancos 
en el abrazo de la muerte 
¿A quién vas a echarle la culpa 
cuando sea demasiado tarde 
y todos seamos culpables 
y nos declaremos inocentes? 
Pueden llover golpes 
hasta mañana, 
la otra semana, 
todo el verano. 
Puede llover inclusive 
cada día de tu vida 
durante los próximos sesenta años. 
Y vos sin guantes ni paraguas, 
ni almanaque, ni un carajo 
¿Cuántos golpes vas esquivar hoy? 
¿Cuánto tiempo llevás escapando? 
¿Cuánto de lo que recibas 
va a valer la pena contarlo? 
¿Cuánto vas a devolver? 
¿Cuántos golpes te tumbaron? 
El truco está en resistir, 
saber soportar, 
seguir aguantando. 
Más que aquél que nunca ha caído 
y se mantuvo siempre intacto, 
sabe el hombre que cayó mil veces 
y mil y una se ha levantado.

domingo, 8 de septiembre de 2013

Venus

      Lo que la estrella de Venus no supo al pasar, es que no sólo penetró el alma de la luna, sino que también atravesó un Domingo por la mitad, y un nostálgico Septiembre lleno de nada.

lunes, 2 de septiembre de 2013

Castle of songs

      Hey there soul sister. There's something I want to tell you. I want to explain what you are to me. I want you to look yourself the way I see you (look what you've done in my life). Read me with attention. To begin, you are the love of my life. You are all I need, because everything I need is in your being. You're my stairway to heaven, because you are my heaven. A november rain, a rose in the swamp, a unchained melody, a bittersweet symphony, a star in the cloudy and grey sky. A november rain or a rain on a sunny day. Have you ever seen the rain coming down on a sunny day? On a lonely day. You're the only exception, you're the one for me. You shine. You're special (oh, God, you're so fucking special). You're my heaven, my angel and my god. You're my inmortal. My science and my scientist. My food for thought. A paradise somewhere over the rainbow. A montain of beatiful songs, because you're the best song of the world (and you're so beatiful, really beatiful). Behind the blue eyes of the sky, I can see the light. You're the little things of the life, the magic. You're my Angie, my Delillah, my Alice, my sweet Lorraine. Nothing else matters. As long as I can see the light, nothing else matters. You are in the center of my heart shaped box. I'm still in love with you. But I have a trouble: Jesus doesn't want me for a sunbeam. I'm just another brick in the wall, dust in the wind, a creep, I'm a wild horse and you're a golden angel. You're my lighting angel, you're my star. I love you, I really, really love you. And I miss you so much. I wish you were here with me. I miss you. But nevermind, I'll find someone like you. I'm calling all angels. And I will write a letter to god. I will ask to wake me up when september ends. And then I will ask him to he die. Meanwhile I'll stick with the darkness, my old friend, and the sounds of silence. I'm falling slowly. I'm killing me softly.  I'm losing my religion. I'm losing myself. I'm knocking on heaven's doors. I'm on a road tripping and travel at the speed of sound. I don't know where I'm going, I'm just letting this wind of change take me. I have become comfortably numb. I will let you be yourself. Goodbye my lover, goodbye my friend, my girl. Don't worry, be happy. My heart will go on. Patience. Wake up and live. Every breath you take, I'll be watching you. This is the end, my only friend. Goodbye love of my life, my wonderwall, my soul sister, I love you.

P.S: Whatever. Fucking bitch, dies, I hate you so much.

domingo, 1 de septiembre de 2013

Después del viaje

      El día o la noche en que mi puerta se cierre por fin y mi luz se apague por completo, la hora en que el gusano despliegue sus alas y se convierta en mariposa, el momento en que mi castillo de canciones se derrumbe y se reduzca a escombros, el día del verdadero despegue, cuando ya no haya destino a donde partir, ni paraíso ni mandamientos, ni putas ni chicas enamoradas, la noche en que no haya (de verdad) ni nada ni todo, ni princesas ni mujeres cualquieras, ni lunas ni acordes, el día en que todo pase y entonces no queden huellas ni vientos, ni Fe ni cuestiones, el día en que lo indefinible se pueda definir y esta alma vieja deje caer su última hoja, después del último tinto dulce, cuando ya no quede nadie que revolucione mis mundos, cuando no falte ni sobre, y no quede nada detrás ni delante, el día del último leve alivio, el último suspiro... Ese instante mismo voy a dedicarte un pensamiento... Voy a dibujar tu sonrisa en el viento y le voy a sonreír por última vez. No sé qué va a ser de mí después del viaje, pero vaya a donde vaya, voy a llevar conmigo un poquito de tu luz.

sábado, 31 de agosto de 2013

Antes de partir

      Viajar por el mundo. Visitar Venecia, Río de Janeiro, París, Alaska, Nueva York y otras ciudades, salir de la burbuja, cruzar el río, salir de la zona de confort. Escribir un libro de cada género literario, demostrarme a mí mismo que puedo, vencer mis propios fantasmas boicoteadores, dejar un mensaje, una huella. Hacer paracaidismo y alpinismo, vencer mi miedo a las alturas. Surfear sobre una gran ola, bucear en aguas profundas, hacer natación, vencer mi miedo a las aguas. Hacer locuras, estupideces, tropezar, golpearme, cometer errores. Tatuarme el símbolo de Piscis en alguna parte de mi cuerpo como emblema de mi extremismo y mi inconstancia, mi inestabilidad y mi contradictorio ser, mi semi-bipolaridad natural, levantar las dos banderas, aceptarlas, aceptarme a mí mismo. Raparme la cabeza antes de quedarme completamente pelado, resignarme, aceptar la calvicie, sonreírle al futuro. Grabar mis canciones en un disco y subirlo a Internet, que las escuchen quienes tengan que escucharlas, que el disco sea dedicado a quien corresponda, dejar más de un mensaje, más de una huella. Plantar árboles de todo tipo, florales y frutales, y sobre todo uno que viva durante muchos años, pasar tiempo con él, adoptarlo, conocerlo, domesticarlo, hacerlo parte de mí. Liberar de su encierro a cuantos animales pueda, salvar una vida, darle sentido a la mía, aportar a la libertad. Armar una bicicleta y con ella recorrer espacios verdes, cruzar grandes distancias, aportar un grano de arena a la ecología y a la salud de mi cuerpo, dar un ejemplo. Salir a escribir frases inspiradoras en las paredes de la ciudad, dejar huellas, dar un ejemplo, aportar al arte y a la expresión, despertar a los dormidos. Utilizar la influencia de los pasatiempos de mi infancia, crear un superhéroe o más de uno, ser el padre de un ícono juvenil/infantil, darle algo a los chicos del mañana, pensar en ellos, ser el autor de una leyenda. Recorrer mi país en un auto viejo, tal vez un Rambler negro del 64, honrar a mi padre, cumplir sus sueños por él. Visitar México, honrar a mi madre, cumplir sus sueños por ella. Arreglar mi casa, aceptar mi pobreza, recordar de dónde vengo, comprender que flores hermosas pueden crecer en macetas horribles, hacerlo por ellos, mis padres. Pilotear un avión, surcar los cielos, vencer mi miedo a las alturas, demostrarme que puedo. Navegar un barco, cruzar los mares, vencer mi miedo a las aguas, demostrarme que puedo. Ser bombero voluntario un tiempo, salvar una vida, darle sentido a la mía. Ser voluntario en cuantos voluntariados pueda, ser solidario, ayudar, robar sonrisas. Salir a la calle con un cartel de "abrazos gratis", ser amable, aportar al amor, la unión y la paz. Subir videos graciosos a Internet, humillarme, aceptar mi costado idiota, aceptarme, aportar al humor, robar sonrisas. Donar, donar ropa, donar juguetes, donar sangre, hacer que algo de mí viva en otras personas, ser parte de ellas, reciclarme. Reciclar, renovar cosas viejas, aportar a la ecología y al arte. Aprender a cocinar, aprender a bailar, aprender idiomas, aprender instrumentos, conocer cosas nuevas, descubrir, extender mis habilidades, crecer, aprender. Escribir la canción más hermosa del mundo, aportar a la música, al arte, al amor. Hacer el amor con la mujer más hermosa del mundo, adueñarme de su mirada, besar las tres marías de su pecho, y las otras tres que están junto a ellas, besar cada lunar de su cuerpo. Hacerle el amor en la playa, a la luz de la luna, hacerle el amor en cuantos lugares pueda. Aportar al amor, darle sentido a mi vida. Vivir un tiempo en la ciudad, vivir un tiempo en el campo, vivir a orillas de un lago, vivir en una cabaña en la playa, vivir en una montaña, conocer la naturaleza, viajar. Conseguir un buen telescopio y con él explorar las estrellas, cumplir los sueños de mi padre, descubrir, volar. Leer los libros que no leí, los que no terminé y los que no empecé, completar mi lista, construir una biblioteca. Meditar mucho. Aprender a reírme de mí, humillarme, aceptarme. Tener un hijo, que salga con tus ojos y tu boca, y mi lunar con forma de corazón. Ir a buscarte y decirte que muero por tener una historia con vos, pero que mis miedos siempre fueron más fuertes que mis sueños. Cumplir mis sueños, vencer mis miedos, encontrarme a mí mismo, vivir. Ser feliz, ser libre, ser sabio. Tengo tantos sueños, proyectos, ideas, metas... Hay tantas cosas que quiero hacer... Y en todas te veo a mi lado, acá, conmigo.

Los diez mandamientos

      He amado a mi manera, locamente, rozando la obsesión. Poniendo mi mundo al revés, minimizándome, arrodillando mi alma, humillando mi espíritu, entregando todo mi ser. He dejado mi corazón en la palma de mi mano, esperando que alguien lo tomara, que alguien lo quisiera, me quisiera. Pero el tiempo se agotó y el reloj se hizo pedazos, las campanas sonaron y los vientos más turbulentos vinieron a mi encuentro, y arrastraron consigo feroces tormentas de arena desde los desiertos más infernales, destruyendo mi burbuja, arrancando mi corazón de mis manos, llevándoselo lejos, muy lejos. Dejándome inválido, emocionalmente discapacitado. Vaya suerte la mía, que mi llave fue a parar a las manos del mismísimo diablo. He amado más que a la vida misma, y por sobre todas las cosas. He amado a una mujer más que a Dios, porque a Dios nunca lo he amado, porque la mujer es mi Dios mejor. He amado.
      He peleado con Dios y todos sus secuaces, he escupido hacia arriba, he escrito insultos en el cielo. He jurado por Dios que Dios no existe. Le he dedicado canciones, he protestado en su contra. He ido a buscarlo unas cuantas veces. Me he arrodillado en varias iglesias, buscándolo, esperando a que dé la cara, creyendo en la vaga idea de que algún lejano día me hiciera creer por fin que puedo creer en él. He creído que creía en él. He creído creer en mí. He formulado preguntas y he desarrollado hipótesis que juro por Dios que no sirven para nada. Me he auto proclamado como único Dios y rey de mi vida, de mi historia, de mi mundo, mi realidad y mi fantasía. Me he endiosado a mí mismo y también he endiosado a muchas mujeres que tenían más de demonios que de diosas. He utilizado el nombre de Dios en vano, porque en vino está su sangre y en bonos está el diezmo, y el sueldo del obispado.
      He pasado navidades sucio y desprolijo, demasiado tranquilo, como si fuera un día más. En mi niñez me preocupaba por qué bendito regalo podía recibir si ese maldito gordo de barba blanca se acordaba de mí al menos una puta vez. En mi adolescencia me preocupaba por cuánto alcohol y cuánta marihuana podía llegar a consumir si mis padres se olvidaban otro rato de mí. En algunas fiestas me dormí antes de que dieran las doce, en otras ya estaba borracho desde antes de las siete de la tarde. En algunas he tenido discusiones con mi padre totalmente innecesarias, como debatir si el Síndrome de Down es un castigo de Dios o una bendición o si se van a enviar colonias humanas a Marte como experimento porque en este planeta se están agotando los recursos y bla bla bla. He pasado navidades disfrutando únicamente de los fuegos artificiales como anfitriones de la fecha, con el alcohol y las drogas como invitados especiales. He santificado las fiestas y el día del Señor, pero lo he hecho de otra manera (que no es la mía, pero tampoco es la correcta y con eso me basta).
      He tomado caminos diferentes a los que mis padres tomaron, he roto sus expectativas, no fui lo que ellos fueron ni lo que querían que fuera. He desarrollado mi propia manera de pensar, de ser, de actuar y de pararme frente a la vida. He torcido mis pasos, me he desviado. Me he caído miles de veces, y también me he arrojado adrede. He heredado el victimismo de mi madre y el alcoholismo de mi padre. Pero yo no voy a adoptarlos como ellos lo hicieron, voy a luchar contra esas cadenas, y voy a vencer, lo juro por Dios (y esta vez no es en vano). No he honrado a mis padres. Los he traicionado porque he roto los diez mandamientos.
      He matado mis sueños y mis esperanzas, las he embalsamado y las he arrojado al basural más tóxico que existe en mí. He matado mucho de mi tiempo, he desperdiciado gran parte de mi vida, de la corta vida que llevo. He matado mis penas, las he incendiado y las he arrojado en un mar de alcohol, las he ahogado en vasos de vino, en la sangre del señor. Me he suicidado muchas noches, usando a la tristeza de gatillo, he volado mi cerebro y he destrozado mi pecho, lo he partido en dos con pólvora de mis pensamientos. He matado mis ganas de vivir, de amar, de compartir y de ser. He matado al mismo amor y he matado mucho más, soy un asesino sentimental en serie.
      He tenido sexo con mujeres que no recuerdo cómo se llaman y que jamás volveré a ver, y me he masturbado pensando en mujeres prohibidas. He robado besos y algún que otro corazón, he robado sonrisas, he robado tiempo. He mentido para salvar mi pellejo más de una vez, y otras tantas he mentido sin sentido, porque tuve el vicio de mentir, pero por suerte lo estoy dejando. He sido víctima y victimario de los pensamientos más impuros, calientes y pegajosos que puedan llegar a existir. He deseado mujeres ajenas y he envidiado bienes materiales de otros. He roto los diez mandamientos, y he sido feliz.

sábado, 3 de agosto de 2013

jueves, 1 de agosto de 2013

Destino

      Lo que pasó
      ya pasó
      No se puede cambiar
      Porque no es posible en el mundo
      regresar
      volver atrás

      Lo que pasa
      por algo pasa
      porque pasa y tenía que pasar
      Lo que es, es sin más
      Lo que no, no es
      y ya está

      Lo que pasa
      por algo pasa
      y lo que no
      por algo será
   

miércoles, 31 de julio de 2013

La nada que tenía ganas de ser todo

      No tengo nada concreto, nada real, no tengo futuro ni razón. No hay norte, no tengo dónde morir. No tengo nada más que estas ganas de ir a buscarte y llevarte conmigo a ningún lugar. No tengo nada más que el sueño de volver a encontrarte, y la esperanza de que me caigas del cielo otra vez. Y esta vez sí que te atrapo, y no te suelto, esta vez no te me escapás. Cambiar este "mi vida es un desastre, y no te quiero en él" por un "es peligroso mi mundo, pero te voy a cuidar".

La Mayor

      No soy mi pasado ni la opinión ajena. No soy lo que mis padres quieren que sea. No soy mis sueños frustrados ni mis fracasos rotundos. No soy mis peores pecados ni mis intentos por pertenecer. No soy las prendas que vista hoy ni las que vestí ayer, ni las de mañana. No soy sólo cáscara. No soy lo que como ni soy ese con quien ando. No soy lo que reprimo, ni lo que niego, ni lo que afirmo. No soy lo que tengo ni lo que gasto, no soy mis pertenencias materiales. No soy lo que lloro ni lo que duele, no soy un personaje triste, no soy sólo dolor. No soy mis delirios místicos ni mis trastornos de identidad. No soy sólo locura. No soy lo que otros piensen de mí. No soy ni ejemplo ni imagen. No soy lo que ves.
      Soy mi mirada penetrando la tuya, mis brazos rodeando tu silueta, mi corazón palpitando más de lo debido, mi alma enferma aferrándose a vos. Soy tus ojos frente a los míos, tu saludo casual, soy la vida misma sorprendiéndome, soy ese momento perfecto. Soy lo que soy y tenía que ser, a la hora precisa y en el lugar exacto. Soy un montón de mentiras y excusas, de locuras y placeres, de casualidades y perspectivas, de sueños e ilusiones, de misterios y confusiones, de miedos y certezas. Pero de todos ellos y todas ellas, vos sos la mejor. Te juro que sos la mejor.

domingo, 21 de julio de 2013

Paraíso

      Algunas casualidades derrochan hermosura
      Algunos abrazos emulan la perfección
      Algunas noches nos brindan más luz que el día
      A veces la luna es más cálida que el sol
      A veces busco y no encuentro
      A veces encuentro sin buscar
      A veces la vida me tira un hueso
      A veces Dios existe de verdad.

viernes, 19 de julio de 2013

Revolucionaria

      Ayer soñé con vos. Sí, vos. La que me dijo una vez que era revolucionaria. Te equivocaste. Vos no lo sos. Es tu mirada la revolucionaria. ¿Qué mundo no se tuerce frente a tus ojos? ¿El mundo de quién no serías capaz de cambiar? Es tu sonrisa la revolucionaria. No hay oscuridad que persista ante ese brillo. No hay fantasmas ni demonios, ni miedos ni inseguridades que resistan tanta luz. Es tu mundo el que revolucionó el mío sin conocerte, y me inspiró a tatuar mis verdades y mis mentiras en un diario virtual. Es tu juicio el que más me importa a la hora de escribir. Y a veces, también, a la hora de vivir. Y no te miento. Ayer soñé con vos. Quizás fue causal, porque pensé en vos antes de dormir. Quizás por culpa, porque sentí que esperabas algo de mí. Quizás porque quise hablarte y me negué a mi propia voluntad. Quise contarte que conocí al hermano del Che. Quise mostrarte la que fuera para mí durante un tiempo "la canción más hermosa del mundo". Quise alentarte otra vez, y aplaudir tu talento fotográfico. Quise descubrir más de vos, quiero saberte de memoria. Quise hablarte. Pero me dormí queriendo, pensando, pensándote. Y en el sueño me seguías esperando. Y seguías revolucionando todo de mí.

sábado, 6 de julio de 2013

Mejor no hablar de ciertas cosas

      Mejor perderse, consumirse, emborracharse. Mejor salir a apostar los huevos y perder. Llevarme al mundo por delante, golpearme la cabeza contra la pared. Salir a buscar nada, a enfermar, a enloquecer. A llorar de locura, de vida, de risa, plenitud. Mejor mandar todo a la mierda y rezarle al diablo por que se mueran todos. Mejor mear en la puerta de la comisaría, y del estudio de abogados, y en la casa rosada, y donde quiera mear. Mejor matar al diablo y a Dios, de una vez por todas, y que no me jodan más la vida. Mejor negociar. Vendo personalidades, sobre todo la que se victimiza, el pesimista, el dominado, el falto de actitud, el de baja autoestima, el que no dice lo que siente ni hace lo que dice; el terrorista y el cobarde. Denme lo necesario para un trago. Vendo o permuto por un refugio, una salida, una burbuja que me mantenga inmerso en alguna mentira que me haga feliz. Mátenme y llévenme al cielo si es que existe, o denme la certeza de que así es o no. Pero ahórrenme toda esta duda, la puta costumbre de replantearme la vida todos los benditos días de mi existencia. Porque estoy esperando que algo pase, que alguien llegue a mí y me salve. El momento dorado que cambie mi vida. El milagro. Porque mientras tanto soy el idiota que sufrió demasiado y amó erradamente y en silencio y se odia y bla bla bla. El bueno de la peli, el que no lo merecía. Pero todo es un juego, una mentira de mierda. Porque seguramente algún personaje de televisión me vendió el buzón de que los pobrecitos garpan más. Y como un boludo, lo compré. Mejor entonces volarle la cabeza a todos los chantas que te cagan en los negocios, y a todos los que escriben mentiras que nos hacen soñar como pelotudos y nos colocan en un lugar equivocado de la historia. Mejor volar todos los estudios de TV y disparar un misil a cada satélite, a cada estudio de cine, cada casa de gobierno, a cada monumento histórico, a cada iglesia en el mundo. Mejor incendiar toda bandera, toda división. Mejor no hacer tanto quilombo. Mejor sentarse a escribir boludeces en pelotas. Podría hacer todo ésto posiblemente, pero no sería lo mejor. Mejor decir la verdad: te odio por no quererme como yo te quiero a vos.

martes, 2 de julio de 2013

Nada

      No tengo sexo desde febrero, No tengo amor desde hace ya tiempo. No tengo un beso desde este sábado. No tengo novia ni nada parecido desde Noviembre. No tengo trabajo desde hace un año. No tengo vida desde que me encerré en mi casa. No tengo casa, es de mis viejos. No tengo plata para emborracharme o drogarme. No tengo que hacerlo. No tengo filtros sobrio, y ebrio mucho menos. No tengo estabilidad ni una personalidad fuerte. No tengo actitud. No tengo ganas de hacer nada. No tengo nada. No tengo en cuenta todo lo que tengo.

lunes, 1 de julio de 2013

De tu luna

      La luna de los locos está llena de borrachos que no saben cómo volver a la tierra porque no se acuerdan de cómo llegaron allá. Hay también fantasmas y muertos vivos adictos a la cocaína. Y cosas importantes que se perdieron y pierden, y apasionados besos que no se dieron ni se dan. Está llena de ángeles que se cansaron de la rutina y cortaron sus alas, se escaparon de su trabajo y se estrellaron contra el suelo lunar. Hay prostitutas ojerosas  y delincuentes uniformados, y perros, y gatos, y ratas también. Hay gusanos de todo tipo, babosas, parásitos y sanguijuelas. Hay gente ciega y gente invisible. Vírgenes y suicidas. Trenes que no van a ningún lado y calles desiertas. Vagones vacíos. Todos esperando lo mismo, todos buscando llenar el vacío. Me perdí en la luna por buscarme y por buscarte. Por buscar llenar el vacío. Me tomé las cervezas que los otros dejaban por la mitad, y me fumé todas las invitaciones. Me fui cuando salió el sol y éste me vio borracho y arruinado, y me odió más de lo que me odia normalmente. Pero no me importa, porque él sabe que vos sos mi sol y la tierra a la que pertenezco. Él es sólo un impostor, un reemplazo, como cada sustancia y todo lo demás. Sos además mi luna, y el mar en el que naufrago. Pero nadie es profeta en su tierra, y tus mareas me bajan cada domingo. Me voy a marte este martes porque de amarte me cansé. Me voy a la tierra en la que vivía antes de llegar a la tuya. Me voy de tu luna este lunes, de tu noche, de tu día.

viernes, 28 de junio de 2013

Todo pasa

      Quiero llorar. No quiero llorar, quiero reír, pero ya estoy llorando. Ya no lloro más, no sé hacerlo, simplemente mi respiración se altera y las lágrimas salen de mis ojos. Lloré a mi manera. Lloré, y los hombres no lloran. Lloré por la mitad, porque no supe cómo seguir. Lloré y ni siquiera supe por qué. Yo estaba bien, era normal. Será que no quiero ser normal, será que no quiero estar bien. Me gusta estar acostado a oscuras, me gusta esta oscuridad, este silencio. Pero me gustaría, también, que alguien entre por esa puerta y encienda la luz, y me pregunte qué me pasa. Aunque si alguien entra por esa puerta y enciende la luz, juro que le parto la guitarra por la cabeza, quiero estar solo, y no sé qué me pasa. Quiero odiar mi soledad solo. Quiero tocar mi guitarra, pero ya no quiero hacerlo. No me llena, no quiero que me llene. Quiero romper todo, pero no quiero llamar la atención. ¿Qué mierda es ser bipolar, además de una palabra de mierda que está de moda? ¿Qué es reprimirse? ¿De verdad necesito un psiquiatra o es una exageración mía? No, no necesito nada, yo puedo superar ésto. Aunque no sé si pueda hacerlo. Pero tengo una imagen de mi niñez en mi cabeza, me estoy meciendo en una hamaca, sólo veo mis pies, y el pasto debajo. Todo está bien. Todo es perfecto. Me gusta pensar en eso y escuchar en mi mente el arpegio de Dust in the wind. Tengo otra imagen en mi cabeza. Estoy en lo más alto de una montaña y nadie me ve. Puedo ser yo mismo, puedo liberarme. Puedo gritar fuerte sin que nadie me escuche. Puedo llorar bien por fin. Puedo desahogarme por completo. "Él le llamó aceptación a ese llanto sin consuelo". Es una visión futura, algo que nunca pasó todavía. Pero va a pasar. Todo va a pasar. Todo pasa.

jueves, 27 de junio de 2013

Cuestión de Fe

Todo es relativo
             pasajero
             mental
             cuestión de fe
             posible
Todo es relativo y circunstancial
             puro e impuro a la vez
             real, absoluto, congruente
             imparcial, etéreo, desnudo
             causal, benévolo
             irreal, ilusorio, subjetivo
Todo es ambiguo, casual, ambidiestro
             bilineal, multilineal, infinito
             conjunto y distinto
             blanco, color y negro
Todo es contradictorio
        todo es relativo
                todo es pasajero
                        todo es mental
                                todo es posible

Indefinible

Indefinible
como lo infinito del universo
como lo invisible de la vida
como lo paradójico del viento
como lo insondable de las horas
lo irreal del tiempo
como lo misterioso de lo desconocido
Indefinible
Nunca me sentí tan identificado
Jamás encontré una palabra que me defina mejor.

lunes, 24 de junio de 2013

Mi Mayor

      Alguien dentro de mí me dijo una vez que cada vez que no pueda dormir, en vez de dar vueltas en la cama al derecho y al revés, en vez de rotar la postura y mutar la mesura y contar hasta diez, procure hacer algo, tal vez, productivo. De ahí, entonces, que escribo. De ahí todo lo introspectivo de mí.

Detrás

Un día entendí todo
y el tiempo ya no era tiempo
y el mundo ya no era mundo
más lo real no existía
más lo existente no era real
un día encontré
mi costado espiritual
pero después lo perdí
y olvidé todo
más me entregué al sistema
y al esquema laboral
de ahí que soy feliz entonces
de ahí a esta parte
pero soy tan feliz
como un gusano
que perdió la capacidad
para saber cuál es su cola
y cuál su cabeza
soy tan común
tan simple
soy tan igual a todos
soy tan feliz
que me suicidaría

El alma vieja

Más que un perdedor
soy un perdido
que de tanto perder cosas
no tengo más qué perder
Más de tanto no tener nada
no tengo más
de dónde ser
más ni cómo
menos quién
más ni cuándo
ni más porqué
Más de tanto perder cosas
me perdí a mí mismo un día
y más nunca en la puta vida
pude entonces
volverme a ver
pero no hay tal problema
porque perdí
también la impaciencia
más perdí
la preocupación
porque quizá sólo esté ciego
y tal vez un día de éstos
pierda por ahí mi ceguera
y puede que entonces me vea
y te vea también
a vos

jueves, 20 de junio de 2013

One Love


      —Un amor —susurró—. Un amor es eso que necesito, es todo lo que quiero. No más, no menos. Sólo un amor.
      Pensaba y pensaba mientras desprendía desde sí unas volutas de humo desparramado en su silla. Estaba solo. Dejó caer su cigarro y lo pisó con la punta de su zapato. Luego hizo tronar sus dedos y su cuello. Tosió un poco. Se levantó de su asiento y emprendió camino al baño, casi completamente decidido a salir a buscar eso que tanto anhelaba: un amor.
      —No un amor como los de las películas y telenovelas, ni como los de las historias de los libros. Tampoco pido alguien con quien compartir el todo y la nada. Sólo quiero una historia de amor.—dijo a su gato mientras preparaba el baño y éste lo observaba desentendido desde un rincón.
      Se duchó con mucho esmero, y tarareó una canción de The Beatles. Afeitó por completo los pequeños bigotes que asomaban por debajo de su nariz, todavía cortos, pero bigotes al fin. Los afeitó al ras de su piel, como queriendo eliminarlos de manera permanente. Tenía algo de prisa y estaba ansioso. Quizás fue por eso que se lastimó un poco; dejó algunos ardientes y molestos puntos rojos por encima de su labio superior. Pero no le importó. Estaba casi decidido. Casi feliz. Era una ocasión especial. Recortó un poco su barba, no mucho, sólo un poco. A él le gustaba usar barba recortada, odiaba afeitarse, pero también odiaba la barba larga y los bigotes. Le causaban picazón, le molestaban. Cepilló sus dientes de manera apresurada y escupió sangre. Enjuagó su boca unas tres veces y luego sonrió frente al espejo. Sus dientes estaban bien. Acomodó un poco su pelo y ajustó su cinturón. Había elegido cuidadosamente su vestimenta y se había perfumado bastante. Sin duda era una ocasión especial. No iba a ir al teatro, ni al cine, ni al centro comercial. Iba a salir en busca de una historia de amor.
      Tomó su saco más presentable de entre una montaña de ropa que había en un rincón de su habitación y encendió un cigarro que encontró sobre el viejo televisor. Caminó hasta la puerta y echó un vistazo a su alrededor. Todo estaba desordenado. El lavabo de la cocina estaba repleto de platos. El bote de basura rebalsaba inmundicias y algunas moscas revoloteaban por encima de él. Había botellas de cerveza vacías y revistas de bebidas artesanales en la mesa, un sándwich a medio terminar y un cenicero lleno de colillas. Había aún más colillas en el suelo y telarañas en algunas paredes. Todo era un completo desastre. El gato gris lo observaba con sus grandes y brillantes ojos amarillos y ronroneaba desde una silla. Los rayos de sol atravesaban como puñaladas los cristales de las ventanas, y se estrellaban contra el suelo, tristes, como buscando un lugar donde morir. Rayos agonizantes del sol de las cuatro de la tarde de un martes cualquiera del mes de Mayo. Morían contra el suelo de aquél apartamento. Tomó las llaves del bolsillo de su pantalón, abrió la puerta y salió.
      Bajó las escaleras silbando, imitando la melodía de aquella canción de The Beatles que tanto le gustaba. Salió por fin de la torre, poniendo su pie derecho sobre la vereda, dando inicio a su búsqueda. «Pie derecho, empezamos bien» pensó. Le dio una pitada a su cigarro y luego siguió caminando. Gente venía y gente iba. Pasaban apurados, con sus cabezas en sus cosas. Se rozaban, chocaban sus hombros. Mujeres y hombres, jóvenes y ancianos. Extranjeros, vendedores, blancos, negros, gordos, flacos y gente de toda clase. Él avanzaba tranquilo, fumando su cigarro. Los ruidos de los pasos apurados y los murmullos de las voces eran tan estruendosos como los motores y bocinas de los autos, colectivos y motos que cruzaban la avenida. Alguien barría unas hojas secas alrededor de un árbol, mientras un perro hacía lo suyo en el árbol siguiente. Alguien entregaba folletos, otro sujeto vendía relojes y anillos, y otros tantos esperaban a que cambie el semáforo para cruzar la calle. Mientras caminaba entre la multitud se preguntó por qué se sentía tan solo. No podía ser posible sentir soledad en medio de tanta gente. O quizás sí, pero él no lo consideró demasiado. Prefirió creer que había algo mal en él, y que todo se solucionaría cuando encuentre su amor.
Y fue ahí cuando reaccionó.      —¿Dónde voy a encontrarlo? — se preguntó en voz alta, sin querer—.
      Un anciano de canas muy blancas, casi tanto como las nubes, levantó sus lentes con el entrecejo fruncido y lo miró con cara extrañada. Todo en su rostro reflejaba extrañeza. Sus arrugas, las manchas de su piel, su brillante pelada, la verruga de su roja nariz, y hasta su blanco bigote. Todo.
      —¿Buscas el nuevo bar? ¿El tal "Gardel y Lepera"? — cuestionó el viejo—. Está en la otra esquina, escuché que hoy y sólo por hoy los clientes van a poder disfrutar de todos los tragos de forma gratuita, pero sólo hasta las seis de la tarde— le comentó el buen hombre.
      —Bueno, en realidad....— Hizo una pausa y rascó su nariz—. Gracias, muchas gracias. Creo que me apetece una cerveza fría—. Contestó al viejo casi tartamudeando, y soltó una semi-carcajada fingida, cargada de nervios por haber sido cachado hablando solo.
      El viejo miró hacia el frente y cruzó la calle, negando lentamente con la cabeza durante unos dos segundos, pensando en lo extraño de aquél sujeto, y en lo demente y desquiciada que estaba la juventud. Mientras el anciano se alejaba, él terminó su cigarro, y al desecharlo en la sucia vereda, encaró hacia el susodicho bar.
      Llegó hasta el recomendado lugar, entró sin prisa y sin pausa, caminando tranquilo, y desde la entrada observó la barra y las cinco o seis personas que permanecían desparramadas en las pequeñas mesas del bar. Las miró una por una. Observó todo en el lugar. Continuó hasta el mostrador y tomó uno de los bancos para sentarse. Se sentó.
      —¿Si?— Preguntó una señora probablemente cuarentona, bastante obesa y seguramente dueña del lugar, y si no lo era, entonces seguro se trataba de la esposa del dueño, porque generalmente los bares tienen empleados jóvenes, y no viejas obesas y arrugadas.
      —Buenas tardes, señora, primero que nada— dijo nuestro muchacho con una sonrisa enorme, pensando en su amada cerveza, palpitando ya su sabor—. Deme una cerveza, la más fría que tenga, por favor.
      —Me gusta tu sonrisa y tu buena educación, así que voy a traer la más fría que tenga— sonrió la señora, y fue en busca del pedido.
      —Bueno, ¡muchas gracias!— exclamó el joven, mientras aguardaba la llegada de su buen trago.
      —Ésta es la mejor cerveza de por acá, incluso mejor que la tan afamada Quilmes, ésta es traída directamente desde Alemania.—advirtió la doña—. Tenemos un conocido que anda en estas cosas, él nos la recomendó y arregló todo, nos dio una gran ayuda en todo ésto.
      —¿En serio?—preguntó —. Muero de ganas de probarla, debe ser exquisita, y yo debo ser muy afortunado...
      —Claro, siempre y cuando tengas cincuenta pesos— rió la patrona, mientras destapaba la botella.— Es la más fría, ¿eh?— guiñó su ojo derecho.
      —Creí que hoy los tragos eran gratuitos....
      —Lo fueron hasta las cuatro de la tarde, y ya son las cuatro y media. Son cincuenta pesos.
      —Un buen hombre me dijo que la promoción duraba hasta las seis, y la verdad es que no tengo un peso, así que discúlpeme por hacer que destape la cerveza, y creo que mejor me voy....
      —Además de ser correcto y tener esa linda sonrisa, tenés un lindo saco y me gusta también tu perfume, así que, ¿sabés qué? Te voy a perdonar esta media hora, hacé de cuenta que llegaste a tiempo. La casa invita.— dijo la vieja y acercó la botella al muchacho.
      —Bueno, la verdad es que... No sé qué decir, ¡muchas gracias señora!—. Le prometo que voy a venir seguido, le aseguro que se ganó un cliente.
La cerveza era alemana pero su leyenda era británica, podían leerse en la etiqueta del envase las palabras "One Love".
      La cerveza era alemana pero su leyenda era británica, podían leerse en la etiqueta del envase las palabras "One Love".
      —One love...— susurró — Un amor....
      Probó entonces la cerveza más rica que pudo haber degustado jamás, y observó casi enamorado cómo las gotas frías se deslizaban por el empañado cristal del envase. Miró a la vieja señora, que accedió a hacer una excepción a pesar de que el reloj había ya matado aquella promoción, y todo fue por su sonrisa, su perfume, y su saco. Menos mal que cepilló sus dientes. Menos mal que vistió su saco mejor. Menos mal que se perfumó lo suficiente. Nada había sido en vano. Todo tenía sentido. Miró al bar al que había llegado de casualidad, por dejarse llevar por la fluidez del destino, que lo cruzó con aquél anciano que lo intimidó al escucharlo hablando solo. Todo era absurdo y relativo a la vez. Tanto como el amor y la vida misma.
      Sacó el último cigarro de su paquete y lo encendió. Observó todo a su alrededor. Pensó en cómo giraba el mundo y en todos los corazones rotos. Pensó en todos los tipos de amores y destinos. Pensó en las parejas que se separan, en las mentiras y la infidelidad. En los no correspondidos, en la soledad, la juventud y la vejez. Pensó en la industria del cine romántico que lucra con historias falsas que nunca sucedieron ni van a suceder. Pensó en la gente que miente en el nombre del amor. Pensó en los amigos y conocidos que terminaron mal sus relaciones y en las veces que él mismo lo hizo. Pensó en todas las relaciones y todos los amores que había tenido en su pasado. Pensó en su pasado. Miró su cerveza y otra vez leyó la etiqueta. Su boca sonrió levemente hacia un costado. «Un amor» y tomó la botella. «Un amor es todo lo que necesitaba, no más, no menos» pensó, y le dio otro trago, amándola, haciéndole el amor, mientras el mundo seguía girando.
      Decidió no pensar ya en nada y se dedicó sólo a saborear la magia de aquella botella. El sabor era afrodisíaco, exquisito. Era un placer de los dioses. Ya no importaba si el mundo giraba o no. Ya no buscaba nada más. Ya no había nadie más. Eran sólo él y su cerveza. Era una ocasión especial.
      Ya no estaba solo.

No hay

      Tengo que despedirme de mi pesimismo como lo hizo Benedetti, o quizás deba encontrar aquello que ame y dejar que me mate, como me lo sugirió mi amigo Bukowski. Pero va a resultar algo difícil. Va a ser difícil porque nadie encuentra a nadie. Nunca nadie encuentra a nadie. Aunque hay veces que parece que sí. A Lore no sé si la encontré o ella me encontró a mí, o si nos encontramos o desencontramos. Pero la cosa es que no me mató, me dejó a medio matar. Moribundo. Devastado. Desecho (o más bien, hecho mierda). Y cuando pensé que iba a ahogarme en mi filofobia y morir al amor por fin, un barco vino a mi rescate y me tiró un salvavidas, dejando caer su ancla en mi presente. Maca me salvó, me levantó, ella resucitó lo que quedaba de mí. Y eso es algo que no logró ninguna iglesia ni ningún Dios. Ninguna droga, ninguna meditación. Ningún vicio, ni ningún instrumento, ni ninguna canción. Ningún libro, ninguna película, ninguna mentira. Y yo viví varias mentiras por varios tiempos. Más que mentiras, excusas. Como las que vivo hoy. Tengo personalidades múltiples y no sé cuál es "mi verdadero Yo", pero todos estos pretextos de algún lado tienen que salir. No me creas, soy simplemente un exagerado en busca de su identidad... o creeme, sí, pero no creas que eso me hace algo especial o me da alguna desventaja. Pero no me creas del todo, porque puede que esto también sólo sea una excusa. En fin, no hay más excusa para seguir escribiendo. Hoy no hay ni Lore ni Maca, ni Eli ni Juliana, ni Julieta ni Marinna, ni Antonella ni Camila, ni Noelia ni nadie. No hay amores reales, ni virtuales, ni especiales. No hay prohibidos ni imposibles. No hay no correspondidos. Hoy no sé cuál es el punto y aparte, no sé separar las cosas. Hoy todas ellas vuelan. Y amar es dejar volar.

miércoles, 19 de junio de 2013

Polvo en el viento

      La gente más fea y miserable viaja en el último vagón del tren, como queriendo esconderse. En el último vagón se pueden encontrar personas con la vestimenta sucia y zaparrastrosa, que jamás serían modelos de spots publicitarios. Gente de clase baja y con problemas de salud. Cicatrices faciales, acné, deformidades, discapacidades y otras cosas. Personas descuidadas con pasados oscuros y sonrisas opacas. Personas que rozan la invisibilidad.
      Los pobres perros callejeros más flacos y pulgosos comen de los restos y las sobras de los demás, y duermen donde sus patas cansadas de tanto caminar en busca de agua, comida y amor, les piden una tregua y los abandonan por un rato. Buscan comida en los cestos de basura y en las puertas de las casas de comidas, y despliegan su lengua sobre cualquier migaja que sea digerible. Duermen en las estaciones y sus alrededores, rodeados de gente, pero casi nadie los ve.
      Las palomas viajan en bandada y cagan sobre los bancos de las plazas y estaciones, como queriendo llamar la atención de las personas, como vengándose quién sabe de qué. Se alimentan de las migas de pan que los jubilados les tiran como pidiéndole perdón a la vida, como expiándose de sus culpas. Las palomas son animales asombrosos que vuelan en bandada y hacen un estruendo esplendoroso al despegar, pero casi nadie las oye. Son los únicos seres que pueden cagar sobre la cabeza de una persona, pero eso a nadie le importa.
      Los músicos callejeros no son músicos profesionales, ni profesores de música. No vas a verlos en televisión llenando estadios, ni vas a encontrarlos en conservatorios o academias. Pero ellos viven de lo que aman, de lo que los hace felices. Ellos hacen música en los trenes y en las avenidas, en los colectivos y en las estaciones. Y lo hacen tan sólo por unas monedas. Ellos tienen una vida además de sus vidas de músicos callejeros. Pero eso a casi nadie le interesa.
      Los vendedores ambulantes con sus películas piratas y sus bocados caseros, y los chicos de la calle con sus carros y su chatarra, los viejos mendigos con su saco y su barba, y los inválidos, con sus muletas y sillas de ruedas. Los inmigrantes, con sus restricciones y sus marginaciones. Los marginados. Los drogadictos y los suicidas, los tristes, los pobres. Los pibes con sus bolsitas de pegamento, las putas con sus carteras y su rouge, las ratas de los alcantarillados, los sapos de otro pozo, la gente fea, las palomas terroristas, los perros callejeros. Todos ellos están flotando en el viento. Polvo en el viento es todo lo que son. Siento que soy parte de ellos, siento que ellos son parte de mí. Siento que siento mejor en el último vagón, entre los invisibles.

A nadie

      Nadie va a salvarte. Nadie va a sentir lástima por vos. Nadie va a venir a buscarte. Nadie va a caerte del cielo para solucionar tus problemas. Nadie va a solucionar tus problemas. A nadie le importan tus diplomas ni tu pasado, ni todo lo que pasaste, viste, sentiste y soportaste. A nadie las cosas buenas que hiciste, ni tus virtudes, ni tus talentos. A nadie tus errores, ni tus defectos, ni tus malos hábitos. A nadie tus sueños, ni tu buen corazón, ni tus ganas de amar. A nadie tus miedos, ni tu soledad, ni tu vacío, ni tu sed. Nadie va darte un vaso de agua. Nadie va a invitarte un cóctel de besos. Nadie va a brindar por vos. Nadie va a sacarte de este laberinto, nadie va a obsequiarte su llave.
   

jueves, 13 de junio de 2013

A una mujer cualquiera

      Hay mujeres que se dan a sí mismas menos valor del que uno les da. Se dan menos valor incluso del que les da cualquiera. Se entregan, se ofrecen, se obsequian con cualquiera. Se prestan, se venden, se regalan a cualquiera. Se arrastran, se ensucian, se manchan por cualquiera. Hacen cualquier cosa. A cualquier hora de la madrugada, en cualquier parte de la ciudad, con cualquier idiota que no las valore. Se dan a sí mismas menos valor del que en realidad tienen. Hay mujeres que no saben lo que valen. Definitivamente no lo saben.

miércoles, 12 de junio de 2013

Buonanotte, Principessa

Buenas noches, princesa
susurré despacio
mirándola detenidamente
perdido completamente
No había ni tiempo ni espacio
tan sólo había belleza
Yo con el alma llena
y el amor en los labios
Yo con la vida en los ojos
el mundo a mis pies
y el cielo en mis manos
Yo sentí a Dios en mi pecho
(a todos los dioses)
y todos los ángeles
y percibí también al Diablo
(al único Diablo)
y todos sus demonios
Ella con su cabeza en mi almohada
y su mano en la mía
ella con su vida en su sueño
y su presencia en mi habitación
Ella con su milagro
su sexo, sus pestañas
ella con toda su luz
y su mano en la mía
Ella era tan hermosa que dolía
dolía de tan hermosa que era
yo no sé que habrá sentido
pero mis sentidos eran de ella
Buenas noches, princesa
le dije en voz baja
para no despertarla
y acaricié suavemente su pelo
y la dejé, para que durmiera
ella con su sueño
y yo con el mío
soñamos por ese entonces
aquella primavera
Más un tiempo después, desperté
y entonces,
más nunca volví
a verla

domingo, 9 de junio de 2013

Deshojado

Persiana abierta y tv encendida
La melancolía de los domingos grises
y la música nostálgica de los recuerdos
invadiendo mi presente
llevándome al pasado
haciendo eco en este espacio fuera del tiempo
en este rincón de la vida
este trance emocional
El mundo sincolor a través de la ventana sucia
la vereda bañada de hojas secas y flores marchitas
y la triste calle del otoño agonizante
hacen de mí un árbol viejo y deshojado
que no sabe de otra cosa más que de congojas y suspiros
de haber visto cómo todo pasa
cómo todo se va con el paso de las horas
persiana a medio cerrar y medio vaso de vino
personajes amarillos en mi televisor
y los perros haciéndome compañía
brindo por ellos
y por este cielo gris
y por la luz de tu sonrisa
persiana baja y un minuto de silencio
por cada día que se fue
sin haber sonreído
sin haberte visto

jueves, 6 de junio de 2013

Bon Voyage

Que tengas buenos momentos
que tengas buenas horas
Que veas ésto en la mañana
y tengas buenas mañanas
y buen desayuno
Que mires ésto en la tarde
y tengas buenas tardes
y buen almuerzo
y buena merienda
Que leas ésto en la noche
y tengas buenas noches
y buena cena
Que lo veas antes de dormir
y tengas buena cama
y buenos sueños
y si acaso no hay sueño
que tengas buen desvelo
que veas ésto en la madrugada
y tengas buenas madrugadas

Que tengas buenas horas
buenos minutos, buenos segundos
que veas ésto cada día
y tengas buenos días
todos los días
de todas las semanas
de todos los meses
de todos los años
de toda tu vida
Que tengas buena vida
que tengas buena felicidad

Que tengas buen sexo
cada vez que lo tengas
Que tengas buen libro
cada vez que leas uno
Que tengas buen viaje
cada vez que viajes
buen despegue
y buen aterrizaje
Que tengas buena canción
cada vez que escuches una
que tengas buen beso
cada vez que alguien te bese
Que tengas buen amor
cada vez que te enamores
Que tengas buen lunes cada lunes
que tengas buen enero cada enero
que tengas buen verano
y buen invierno
Que tengas buen baile
cada vez que bailes
Que tengas feliz cumpleaños
todos los años de aquí en más
y feliz primavera
y feliz navidad
Que tengas buen cielo
cada vez que lo mires
y que tengas buen suelo
cada vez que te caigas
y puedas volver a ponerte en pie
que tengas buen pie para levantarte
buena derecha si es con la derecha
buena izquierda si es con la izquierda
Que tengas buena fortaleza
y que seas fuerte siempre
Que tengas buena salud
y estés siempre saludable
Que tengas buen camino
y que nunca te pierdas
Que tengas buena suerte
que tengas buen destino
Que tengas buena memoria
y que no te olvides de mí
y si me olvidas
(bueno, tuvimos buenos momentos)
que tengas buen olvido entonces
Que tengas buena despedida
que tengas buen adiós

Que tengas buenos momentos
buenos segundos, buenos minutos
que tengas buenas horas
Que veas ésto cada día
y tengas buenos días
todos los días
de todas las semanas
de todos los meses
de todos los años
de toda tu vida
y que tengas buena vida
que seas feliz
Que tengas buena despedida
que tengas buen adiós

lunes, 3 de junio de 2013

Putas

Nunca me acosté
con tantas damas juntas
como en esta fría noche.
Todas a mi alrededor.
Todas mías,
entregadas a mí por completo.
Todas abrazándome,
haciéndome suyo,
llevándome a su mundo
perturbando el mío.
Recorriendo mi cuerpo
y mi alma
de punta a punta,
de extremo a extremo.
Besándome,
lamiéndome,
acariciando cada parte de mí.
Todas mías.
Haciéndome suyo,
haciéndome todo a la vez.
La soledad
y la tristeza,
la culpa
y la vergüenza,
la incertidumbre
y la desolación
y la locura
y otras más
que no sé cómo se llaman,
pero me llaman
y estoy tardando,
así que mejor me voy.
Porque me desean
y me aclaman.
Todas mías,
haciéndome suyo.
Todas haciéndome el odio a la vez.

domingo, 2 de junio de 2013

Tinto Dulce

      Necesito despegar de este mundo de encierros y necesito hacerlo de carácter urgente. No me importa a dónde pueda llegar a aterrizar, pero tengo que irme de acá cuanto antes. Este no es mi lugar, esto no soy yo. Me estoy volviendo loco, incluso más de lo que ya estaba por defecto de fábrica. Necesito derribar esa puerta y escaparme a cualquier otra parte. Deshacerme de estas cadenas de mentira, cruzar la frontera de esta rutina sin sentido, romper la barrera que yo mismo impuse, y así saltar al vacío para poder por fin sentirme lleno. A cualquier vacío, no me importa cuál.
      Necesito, tal vez, ahogarme en una caja de vino, y perderme bajo las anaranjadas luces de los suburbios. Tatuar al menos por hoy mis huellas sobre el pasto y las hojas secas empapadas por el rocío nocturno. Arrastrar y gastar mis suelas contra el cemento. Perderme bajo este cielo que está tan desquiciado como yo, y que no sabe si nublarse o estrellarse, si reír o llorar. Necesito naufragar entre árboles y cordones, entre gatos y esquinas, entre carteles y bolsas de basura, entre perros y borrachos. Naufragar entre veredas y avenidas, de barrio en barrio, de esquina en esquina. Naufragar aunque sea una noche más. Necesito un tinto dulce. Darle unos cuantos besos, hacerle el amor, acabar con él en un fondo negro y despedirlo en algún rincón o contra algún simpático arbusto. Adiós mi buen amigo, hasta la próxima vez. Necesito un tinto dulce. Tal vez dos, quizá tres.
      Necesito salir sin saber a dónde ni cuándo voy a volver. Y no es que me cueste hacerlo, de hecho la puerta está ahí, esperándome. Pero sé que cuando lo haga voy a terminar haciendo el mismo recorrido de siempre, voy a ver las mismas caras, voy a patear las mismas piedras, voy a escupir las mismas veredas, voy a mear los mismos rincones. Y mañana por la mañana voy a encontrarme con mi vieja amiga, la misma resaca de siempre. Y no quiero hacerlo. No me gusta recibir visitas por la mañana. Necesito un tinto dulce y no tengo un peso partido al medio. Es mentira que no tengo vicios. Tengo el vicio de la tristeza.

viernes, 31 de mayo de 2013

Único y Jodido

      Tengo un par de granos y un par de guitarras, algunos libros, algunos pantalones, dos pares de zapatillas y dos máquinas de escribir que, por cierto, no funcionan. Tengo una pila de sueños y una montaña de miedos, quizá más pequeña que la anterior, o quizá de igual tamaño. Tengo sueños, miedos, pilas, montañas, sentimientos y sensaciones de todos los colores y todos los tamaños. Tengo ganas de escribir sobre todo aquello que tengo.
      Tengo puesta una remera que yo mismo pinté con una frase que me gusta. Tengo un par de frases que me gustan. Tengo una familia hermosa, con algunas cicatrices y algunas heridas abiertas. Tengo yo mismo algunas cicatrices y algunas heridas abiertas, y también una familia hermosa, con un millón de cosas buenas. Tengo una casa precaria y algunos animales. Tengo más amigos de cuatro patas que amigos humanos reales. Tengo amigos que no veo y parientes que no conozco. Tengo enemigos, por supuesto, pero todos ellos están dentro de mí. Tengo que hablarte sobre ellos, pero vamos a dejarlo para otra ocasión.
      Tengo algunos amores, una cama, y algunas historias. Tengo algunas canciones que escribí y tengo perfiles en redes sociales. Tengo muchos amigos en facebook que no sé quiénes son. Tengo tres diplomas al mejor compañero y uno al mejor alumno. Tengo que terminar la escuela. Tengo dos computadoras y algunos pasatiempos. Tengo algunos talentos bajo la manga y tengo casi dos metros de altura. Tengo dos décadas de vida y tengo el autoestima inestable. Pero tengo buen humor. Tengo muchos complejos y tengo algunos problemas psicológicos que nunca traté. Tengo TIC y tengo TOC. Y tengo que tratarlos. Pero tengo bienestar. Tengo cosas que me sobran y cosas que me faltan. Tengo más borradores que textos publicados. Tengo más preguntas que respuestas.
      Tengo cosas que no dije atravesadas en la garganta. Tengo cosas que no hice en una lista imaginaria de cosas a hacer. Tengo mucha imaginación. Tengo mi pieza totalmente desordenada. Tengo mi cabeza y mi vida de la misma manera que tengo mi pieza. Tengo que ordenarme algún día. Tengo mucho que hacer.
      Tengo hambre. Tengo una cerveza en la heladera y el número de una pizzería que está abierta toda la noche. Tengo kilos de más por comer a estas horas y no hacer nada. Tengo que hacer ejercicio, o tengo que dejar de comer. Tengo que dejar de preocuparme por eso, tengo que ser feliz y nada más.
      Tengo un optimista en mi interior, y un sinfín de posibilidades. Tengo una convicción, lo sé: nada es imposible. Tengo un cuerpo, brazos, piernas. Tengo vista y puedo hablar. Tengo los sentidos intactos, tengo sangre, tengo esperma, tengo todo lo demás. Tengo todos mis dientes. Tengo todos mis huesos. Tengo todos mis órganos. Tengo un cerebro a mil y un corazón de diez. Tengo un alma, un espíritu. Tengo todas las puertas abiertas. Tengo un Hoy, un Ahora. Tengo un mundo para mí. Una vida por delante. Un futuro esperándome.  Pero tengo también un problema, sólo un único y jodido problema. Y es que no te tengo a vos.
     
      Tengo cosas que de seguro olvidé mencionar.
      Pero no me olvidé de vos.
      Tengo que olvidarte.
   

Paloma (Fragmentado II)

      Tal vez no te he tratado tan bien como debería. Tal vez no te he amado tanto como debería. Tal vez nunca te abracé. Tal vez sobren habitaciones en mí. Tal vez elija mil veces el mal camino. Voy a tener que aprender a vivir otra vez. Dos veces, para poder olvidarte. Y vos tan orgullosa que no me avisaste que tal vez fuiste mía un verano. Y que nunca más te volveré a ver, o tal vez sea en algún tiempo. La luna toma el sol de madrugada, y "nunca jamás" quiere decir "tal vez". Puede que consiga olvidar, puede que consiga recordar, o tal vez sea mejor así, no más, o tal vez, no nos veamos nunca más. La luna toma el sol de madrugada, "nunca más" quiere decir "tal vez". Dicen que todo se sabe, pero tal vez no quieras saberlo. Tal vez te encuentre en la cama, o en suelo. Tal vez te vea cinco minutos más, tal vez te vea diez años después.

      A ella le gustaba mucho Calamaro.
      A mí me gustaba mucho ella.

miércoles, 29 de mayo de 2013

De la fiebre y el insomnio

      No me puedo dormir, no consigo conciliar el sueño. No dejo de dar vueltas en mi cama. Cambio de posición, muevo la almohada. Pongo un brazo debajo de ella, pongo un brazo sobre ella. Me destapo y tengo frío, más me tapo y tengo calor. Si cierro los ojos, siento mis párpados pesados, como forzados, y no puedo mantenerlos cerrados. Más si los abro, el aire se vuelve intenso, invasivo, tóxico, hace que mis pupilas ardan, como si estuviera aguantando el parpadeo sumergido debajo del agua. Me molesta la ropa y todos mis dedos. Me molestan mis dientes, mis uñas y todos y cada uno de los pelos de mi cuerpo. Mi cuello, mi espalda, mis testículos. Mis orejas son como dos hogares a leña que no paran de arder. Mi vejiga va a explotar, pero fui al baño varias veces y no tengo nada que hacer. Siento que todo arde, todo molesta, todo está de más. Quisiera arrancarme la piel. Hay algo muy molesto y muy asqueroso en el hecho de ser humano, de alguna manera es lo que pienso en este momento. Creo que tengo fiebre, pero mi frente está fría, o quizás mis manos estén calientes, ¿cómo saberlo? Ni siquiera puedo pensar en ello, ni siquiera quiero hacerlo. Sólo quiero dormir, y no puedo. No dejo de dar vueltas en mi cama. No puedo dormir, no consigo conciliar el sueño.

Fragmentado

      No me trates así, me estás tratando mal. No me ignores. No me claves tus puñales por la espalda. No me lastimes con tus crímenes perfectos. No merezco tu odio, tu indiferencia. No te quedes callada. No me sueltes la mano ¿no ves que me caigo? Me pierdo en las calles del miedo. Me pierdo por buscarte. La luna hace un agujero y me quedo solo. Y me pierdo. Las heridas sangran. Y arden. Te pido me disculpes si te avergoncé. Y no es que rompa cadenas, simplemente me estoy dando por vencido. Vos fuiste mi mejor poesía, fuiste mi mejor canción, fuiste mi mejor invento. Vos fuiste lo más lindo, lo más fino. Vos fuiste lo mejor.
      Yo quería que me agarre la vejez al lado tuyo caminando. Quería escribirte la canción más hermosa del mundo. Quería ser tuyo con mi mayor convicción. Tuyo siempre. Quería que fuésemos eternos. Quería que fueras la única para mí. Creí que podía ser tu dueño. Te quería. No me gusta esperar, pero te esperaba. Te quería, amor, te quería.
      Ni siquiera sabía si iba a valer la pena o no, pero tenía ganas de probar. Si creía que todo podía cambiar, ¿cómo no iba a esperarte? Si se daba, se daba. Te esperaba, amor, te esperaba. Ibas a ser la princesa de todos mis palacios. La más linda del amor. Ibas a darme la mano e íbamos a darle la vuelta al mundo. Pero no. Lo que pasa, por algo pasa. Y lo que no, por algo será. Todo concluye al fin, y nada puede escapar a eso. Todo tiene un final, amor. Todo termina. Hay que saber cuándo parar. Hay que saber ser.
      Que tengas buena suerte, amor. Esta vida no me tira buenas cartas, pero en otra vida espero tener la suerte de encontrarte alguna vez. Y así verte otra vez, aunque sea una sola vez y que no sea en un sueño. Ya te dije ésto antes, linda mía: no te olvides tan pronto de mí. De este amor equivocado, de este siempre un iluso. Nena, no me olvides. Te perdono por todo, por venir y haberte ido. Seguro vos encuentres quien te quiera de verdad porque vos sos libre. Yo lamento no haber sido lo mejor para vos. No me olvides, nena. Que tengas buena suerte, amor. Que tengas buena suerte.
      Y si me robo algunas frases de aquellas canciones que escuchamos, lo hago para decirte cuánto, cuánto es que te extraño. Te extraño, linda mía, te extraño.

lunes, 27 de mayo de 2013

Tal vez, quizás... ¿Quién sabe?

      Tal vez vivir sea jugar, y uno juegue a lo que hace, a lo que piensa, a lo que vive y a lo que es. Tal vez uno juegue a lo que cree que es. O quizás yo mismo esté jugando a creer ésto, lo que en realidad sería una paradoja. Tal vez haya decidido adoptar esta excusa para justificar tantos cambios en mí. Aunque tal vez en realidad haya un retórico en mí, y en este momento esté al mando de mi ser y guíe éstas líneas a quién sabe dónde. Pero también puede que yo mismo esté jugando a ser retórico. Y paradójico. Y espontáneo.
      Puede que eso de que "vivir es jugar" se me haya ocurrido en un momento en el que mi esencia estaba en un estado de positivismo. Aunque también tal vez haya un optimista en mí, y ésta haya sido una de sus obras. O tal vez sí sea verdad que la vida es un juego, y en ese momento en el que decidí creer que vivir es jugar, estaba jugando a ser positivo. Tal vez me guste jugar a ser paradójico (como en la oración anterior). Tal vez también guste de improvisar, ser espontáneo y hablar de mi manera de escribir (como en la oración anterior). Tal vez me guste, además, ser insistente y repetitivo (y tal vez haya oraciones que no haga falta volver a escribir). Tal vez sea peligroso jugar al filósofo, al pensador. Aunque también puede que haya un filósofo muy pensador en mí. Y tal vez le guste el riesgo, el peligro.
      Bukowski dice que uno no es escritor, no se sabe escritor; sino que uno cree que es escritor. Alguien me dijo que cuando uno se cree, uno se crea. Alguien me dijo que creer es crear. Pero yo no sé si me creo escritor, si soy escritor, si hay un escritor en mí, o si simplemente estoy jugando a serlo. Porque no soy Bukowski, ni soy alguien. Directamente no soy nadie. Porque no sé quién soy. Porque no sé si soy.
      No sé si soy un grupo de personalidades que van rotando en orden aleatorio y en mí habitan distintos personajes. No sé si mi esencia, mi yo más íntimo, vive sufriendo transmutaciones. Alguien me dijo que el estado más puro y esencial de un humano es su niñez, y yo no sé si soy un niño jugando a ser otras cosas, disfrazándome la esencia, la vida, el alma, el ser. No sé. La verdad es que no lo sé. Pero lo que sí sé es que no podría ser siempre el mismo. Ni vivir siempre en el mismo lugar. No podría tener un solo oficio, una sola carrera, un solo sueño, una sola meta. Una sola perspectiva sobre la vida y el todo. No podría.
     Tal vez deba dejar de pensar tanto, o tal vez deba aclarar las cosas en mi cabeza. Tal vez necesite una novia, un trabajo, un sentido para mi vida. Tal vez deba dejar de mezclar las cosas en mis textos. Tal vez deba dejar de mezclar las cosas en mi vida. Tal vez deba dejar de creer todo lo que leo. Tal vez deba dejar de ser tan directo, tan sincero, tan espontáneo, tan inoportuno. Tal vez deba volver a refugiarme en las drogas. Tal vez no sepa cómo llamar este texto, tal vez no deba ponerle un título. Tal vez ni siquiera sepa cómo terminarlo. Tal vez deba dejar de querer impresionarte. Tal vez deba dejar de intentar llamar tu atención.

Demasiado humano

      Cada uno elige qué basura hospedar en su cabeza, cómo y cuándo domesticarla, y por cuánto tiempo darle asilo. Cada cuál escoge, de alguna manera, el argumento y el fundamento de su filosofía de vida. Cada quién selecciona sus principios y sus límites. Cada quién adopta la excusa, la perspectiva, y la realidad en la que existe. Cada bien y cada mal. Cada cuál prefiere su verdad, la verdad en la que cree. Inconscientemente, claro está. O quizás no esté tan claro, quizás no. Cada uno elige qué mentira vivir. O no.

miércoles, 22 de mayo de 2013

Gusano

      Conozco un joven y perezoso gusano ermitaño e internauta que duerme durante el día y se lamenta durante la noche. Se lamenta porque se aburre, porque no tiene qué hacer. No tiene adónde ir. Se ofusca.  No tiene con quién estar. Se deprime. No sabe cómo, ni cuándo, ni por qué. Se odia. No tiene vida. Odia todo. Busca compañías ficticias virtuales en redes sociales. Amistades pasajeras que se preocupen por él. Chicas bonitas que le pregunten cómo está y le cuenten cosas. Chicas bonitas a quienes pueda mentirles. Chicas bonitas a quienes pueda conquistar. Busca su manzana de oro.
      Rompe sus límites de ermitaño alguna vez. Sale de su casa atravesando la neblina y se pierde entre las calles de su barrio. No hay nadie. No hay dónde ir. Sólo hay gente sin vida, como él, perdida por ahí. Parásitos callejeros delincuentes y drogadictos con menos vida que la propia no-vida de él. Los saluda con un silbido. Los odia. Sigue su camino, patea algunas piedras y mira el cielo nublado. Lo odia. Odia todo. Aire helado entra por su nariz. Siente sus pies congelados. Tiembla de frío y frota sus manos. Vuelve a su casa y se sienta otra vez frente al ordenador. No hay nadie. No hay con quién hablar. Se siente solo. Tiene algunas excusas para sentirse mal, pero a veces prefiere no hacerlo. Imagina que alguien lo observa. Simula ser fuerte. Tiene orgullo. Deja deslizar su cuerpo lentamente desde la silla hasta el suelo, como un verdadero gusano. Se posa en el piso frío y mira hacia el techo. Un cigarrillo en su mano quedaría perfecto para la escena. Un cigarrillo o un vaso de vino. O un buen porro. Pero no tiene vicios. Su orgullo de gusano no se lo permite. Dejaría entonces de ser gusano y volvería a ser un parásito. Tiene orgullo. Y lo odia.
      Se arrastra hasta la heladera, la mira. No hay nada. Vuelve adonde estaba. Se sienta. Se levanta una vez más. Camina en círculos. Vuelve a sentarse. Se arrastra de nuevo hacia la heladera. Y otra vez no hay nada. La odia. Odia todo. Se pasa las horas viendo, leyendo, y creyendo estupideces de internet. Soñando cosas que nunca va a realizar, imponiéndose expectativas que va a olvidar al día siguiente. Lamentándose por su triste no-vida de gusano. A veces se masturba, a veces no. A veces llora en silencio, tiembla. A veces se golpea y destroza cosas. A veces toca fondo, a veces no. Se pasa las horas sin hacer nada real hasta que amanece. No va a salir de día. Hay gusanos con vida entonces, y los odia. Vuelve a su asquerosa cama. Y también la odia.
      Conozco su pasado y todos sus secretos. Todos sus libretos y todos sus trucos. Conozco sus puntos débiles. Su parte más oscura. Sus rincones más sucios. Lo conozco a la perfección. Conozco un joven y perezoso gusano ermitaño e internauta, y puedo encontrarlo cada noche al mirarme al espejo. Dicen que hasta los gusanos más asquerosos se convierten en mariposas. El único problema es que, lastimosamente, también odio las mariposas... Las odio. Odio todo.

lunes, 20 de mayo de 2013

Días

      Hay días hermosos. Como el día en que nació Agus, uno de mis sobrinitos más chicos, pero mi hermanito menor. O el día en que nació Rama, el más chiquito de los varones. Como el día en que Gusti, el más grande de mis sobrinos, pero mi hermano mayor, me dijo que iba a ser papá. Como el día que nos fuimos con Fabi, el único sobrino de mi edad, pero mi melli, al Ibicuy de Entre Ríos. O ese día en que nos fuimos al pueblito de Dolores y comimos gratis por esa generosidad que hay para con los camioneros. Como el día en que besé a Maca por vez primera. Como la fiesta de egresados. Como el retiro de Confirma, como la jornada verde. Como cada cumpleaños y cada fiesta. Como cada recital. Como el día en que vi a toda mi familia junta, después de tantos distanciamientos, después de tantas discusiones. Como mi primera vez con Juliana, como el día en que conocí a Lore. Como el día en que por fin y de una vez por todas terminé la primaria, después de desertar tantas veces. Como el mini recital improvisado al aire libre de Salta la Banca en plena Avenida Sante Fe, ese mismo día en que besé a Julieta. Como el día en que tuve mi primera guitarra. Como el día que Casi Justicia Social tocó en Baradero (aunque ese día me hayan robado todo lo que tenía encima). Como tantos días de mi infancia, y como tantos otros de mi adolescencia. Como muchos que quizá olvide en este momento, o tal vez no haga falta mencionar. Hay días hermosos. Hoy no es uno de ellos.
      Hay días de mierda. Como el día en que murió el abuelo. Como el día en que murió Abel. Como el día en que mi viejo le pegó a mi vieja. Como cada pelea en mi casa, en mi familia. Como el día en que me agarré a piñas con el hippie, poniendo fin a nuestra amistad. Como el día en que me escapé de casa buscando el río, y terminé en Lanús por confundirme de bondi y, para colmo, dormirme en el viaje. Como el día en que se inundó mi casa y tuvimos que luchar contra el agua sacándola fuera, baldazo a baldazo. Como el día en que vi las verdaderas caras de Curucu y Santiago, matando por completo mi confianza en la amistad. Como el día en que me di cuenta de que era pobre, y que mi casa era fea. Como el día en que la vida me arrancó a Lore de al lado, dejando una semilla en su vientre, y dejando un vacío en la silla de al lado en mi mesa escolar. Dejándome solo con todos esos compañeros y profesores desconocidos. Como cada día en que un amigo de cuatro patas se fue. Como cada día en que vi a la chica que me gustaba besarse con otro. Como cada desamor, como cada desilusión. Como cada día en que vi a mi madre llorar. Como cada día en que vi a mi padre beber y violentarse. Como cada día en que la pobreza me dijo que no a los sueños. Como tantos días de mi adolescencia, y otros tantos de mi infancia. Como muchos otros días que seguramente es mejor olvidar, y no volver a mencionarlos.
      Hoy acabo de caer en la cuenta de que Agus, uno de mis sobrinitos, pero mi hermanito menor, se me fue a vivir lejos, y ya no voy a tenerlo molestándome a diario, preguntándome cosas, con su densa pero hermosa curiosidad. Hoy me enteré de que Gusti, el mayor de mis sobrinos, pero mi hermano mayor, no va a ser padre. No voy a ser tío abuelo. Gusti no va a tener su salvavidas. No va a haber un cable a tierra para él. Mi vieja no para de llorar. Mi viejo no para de beber. Hay días de mierda. Y hoy es uno de ellos.

Por eso


Los cazadores de ángeles
los llamadores de sueños
los benditos infiernos
las volutas de jabón
los solsticios de invierno
y las pompas de humo
las gargantas de nudos
y la suerte de Dios
los malditos paraísos
los alambres de púas
y las horas a oscuras
y los rayos de sol
Las sonrisas de cielo
y las sábanas de seda
y los días de mierda
y su ángel de voz
Los lunares de estrellas
y las piernas de otro mundo
y los besos profundos
y las uñas de pasión

Su academia de magos
mi planta de naranja-lima
su país de las maravillas
la frase del mostrador
Las pastillas del abuelo
la casita de muñecas
la guitarra de tres cuerdas
los zapatos de charol
Las lluvias de noviembre
y mi pata de palo
y su loco Jack Sparrow
las películas de amor
La República de los Niños
y el Parque de la Costa
y mi cuatro de copas
y mis horas sin reloj
Y la rivera de Quilmes
Y las calles de San Telmo
mis deshoras enfermo
mis deshoras con reloj

Y las flores de origami
y las alas de deriva
los humores de jauría
las promesas de cartón
La verdad de patas cortas
la mentira de mentira
mi refugio de utopías
y mi carne de cañón

La extraño a pesar de eso
y también
la extraño
por eso

domingo, 19 de mayo de 2013

Lluvia

Este sonido
y esta brisa
que ya no es brisa
pero no es viento
este aroma
que emana la tierra
este bello color de cielo
esta nostalgia
y estos recuerdos
esta lluvia
y yo sin vos.

sábado, 18 de mayo de 2013

El Sentido de la Vida

      "¿De qué se trata la vida?" Cuántas veces me lo habré preguntado... Si me habrá robado, esta duda, el pensamiento y el sueño, y hasta horas de mi propia vida. Horas que no vuelven más. Vida que no sé de qué se trata. 
      ¿Se trata de nacer, crecer, reproducirse y morir? Después de todo, también somos animales, y así es como los científicos clasifican en etapas la vida de estos seres. 
      ¿Acaso se trata de estudiar, elegir una carrera, obtener un empleo, trabajar todos los días como esclavo, comprar una casa, quizás un auto, tal vez un perro, formar una familia, intentar ser feliz y luego fallecer? Este es el maldito sueño americano, el "American Way". Un método de vida ideado por los reyes del sistema capitalista, para mantenernos así, como numeritos, persiguiendo una vida de mentira, un sueño de cartón. Así es como vive la mayoría de las personas. La "gente común". ¿Se tratará de ser común o de ser feliz?
      ¿Se trata, acaso, de tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol? Parece fácil, "lo difícil sería criar a tu hijo, que alguien lea tu libro y regar tu árbol todos los días de tu bendita vida".
      ¿Se tratará de encontrar el amor de tu vida? ¿Tu otra mitad? ¿El príncipe azul? ¿La mujer ideal? Una ideología de vida muy "Disney World" ¿No? Éste es el "Teen Dream", extraído de los cuentos de hadas, de las películas de Hollywood, de la famosa obra "Romeo y Julieta" de Shakespeare.
      ¿Será, tal vez, que la vida se trate de encontrarse a uno mismo? Conocerse y aceptarse, amarse a uno mismo. Leer lo necesario, viajar lo suficiente, meditar lo preciso. Escarbar en lo más hondo de uno mismo, en lo más profundo de tu ser. ¿Será? ¿Se tratará de ser libre? ¿Se tratará, en cambio, de perseguir los sueños? ¿De plantearse objetivos, corretear metas? Suena divertido. A mí, por ejemplo, me gustaría viajar por el mundo entero. Y tomarme una foto en cada lugar que visite. Pero, ¿Y los miedos? ¿Se tratará, posiblemente, de enfrentar y vencer los miedos?
      ¿Será que estamos acá, y ahora, por algo en especial? ¿Será que tenemos una misión? ¿Un Destino? ¿Será que hay un Dios que escribe nuestra historia? ¿O será el Universo? ¿O será, quizás, la Suerte? ¿Se tratará la vida, entonces, de cumplir con un fin? ¿O será, tal vez, que estamos acá, y ahora, desparramados al azar, al tuntún, porque sí, y nada más?
      ¿Cuál es tu sueño? ¿Cuáles son tus miedos? ¿De qué se trata tu vida? ¿Alguna vez te lo preguntaste? ¿Valdrá la pena preguntártelo? ¿Valdrá la pena preguntarse si vale la pena? ¿Cómo saberlo?
      "Uno cree tener todas las respuestas. Y es entonces cuando llega el universo y te cambia todas las preguntas". El universo o la vida. O Dios (cualquiera que éste sea), o el destino, o la suerte, o cualquiera sea la fuerza mayor en la que creas o quieras creer. Quizás se trate de alguna de estas cosas, o de todas a la vez, o tal vez, de ninguna. En la vida hay más dudas que certezas. Más preguntas que respuestas. Muchos "tal vez", muchos "quizás". Yo sólo sé que la vida se va a cada segundo, con cada día. Que los sueños que no se cumplen, son los de las personas que no luchan por ellos. Y que hay mucha gente que muere sin antes haber vivido. Y sin antes preguntarse... "¿De qué se trata la vida?"

Sinónimos

      Escribir es sinónimo de vivir. Es como nacer a un mundo nuevo. Es como viajar entre comillas. Es como recostarse suavemente sobre una inmensa hoja en blanco, como si fuéramos pequeños, diminutos. Es como dibujar ángeles con el cuerpo sobre la nieve. Es como volar en el mar, como nadar en el cielo, y viceversa.
      Es bailar en la inmensidad del todo. Hacer las paces con nuestra soledad y todos nuestros fantasmas. Fusionarnos con ellos al menos por un momento. Es algo así como transformarnos en tinta y volcarnos, libremente, sin el miedo de pensar hasta dónde podamos llegar a derramarnos. Es liberar a esos prisioneros de nuestra mente, y traerlos hasta este lugar. Es entrar en la dimensión de lo esencial, de lo invisible. Y conectarnos cable a tierra mediante letras.
      Escribir es sacrificarnos, es tatuar nuestra existencia sobre la piel del papel, marcarla a fuego, echar raíces en su margen, y así cambiar el mundo de algún modo. Porque, cuando plasmamos nuestros pensamientos sobre un blanco, el mundo deja de ser como era hace tan sólo unos instantes atrás. Eso que estaba dentro, ahora está frente a nuestros ojos. Legible. Tangible. Escrito.
      Y lo fascinante de esta aventura es que lo es tanto para nosotros como para los demás. Eso que estaba guardado, lo dimos. Lo brindamos. Y así nos obsequiamos a nosotros mismos, nos entregamos. O al menos lo hicimos con una parte de nosotros. Y ésta es una brillante manera de dar, y un hermoso modo de inmortalizarnos. Porque aunque algún día moramos, vamos a vivir en nuestras líneas, y vamos a resucitar cada vez que alguien más nos lea. O al menos eso es lo que yo espero... Pero si no hago la prueba, ¿cómo saberlo? Así que mientras el ángel de la muerte ronda otras almas, a mí no me queda más que escribir. Porque, como dije anteriormente, escribir es sinónimo de vivir.

Ventaja

      Cada cabeza esconde un mundo, que es más que un circo, que es más que un collage, que a su vez, es más que una ensalada, o una sopa, o un guiso. Cada cabeza es un mundo, sí, con paraíso e infierno incluido. Pero la mía, no lo es. Mi cabeza esconde un universo, que es más que una galaxia, que es más que un sistema solar, que a su vez, es más que un mundo. Con más infiernos, sí. Pero también, quizás, con más paraísos. Y esa es la ventaja de ser un soñador.

viernes, 17 de mayo de 2013

Leve alivio

      Dicen que uno tiene que tener un buen trabajo y una buena relación. Para tener la mente ocupada. Para madurar, sentar cabeza. Porque sí, porque es necesario, porque hay que tenerlos y punto. Y dicen, también, que para que esa pared de tu habitación no quede tan vacía, un buen espejo no vendría nada mal. Para que puedas verte, arreglarte, admirarte y conocerte mejor. Me dijeron que los espejos son buenos en eso. Y dicen que es bueno seguir los consejos ajenos, y que usar auriculares mientras alguien te habla, es de mala educación. Dicen, por ahí, que hablando es como la gente se entiende. Así es como despejan sus dudas, así solucionan sus problemas. Y es así como dejan afuera sus diferencias, sin depender de nada más que el sencillo acto de hablar. Así es como todo lo relacionado, incluso la reconciliación, ocurre en el simple pero milagroso lecho de la comunicación. Así es como sucede, esa es la manera. O es así, al menos, como debería ser. Pero yo creo que no es tan así.
      No cuando ellas, las mujeres, dicen lo contrario a lo que sienten, a lo que quieren, o a lo que piensan. Y ni hablar de cuando su perfume no te resulta familiar. Y hablo (para que me entiendan) del aroma de otra almohada que no es la tuya. Y algo pasa: Gritos, mucho ruido, y el espejo se rompe. ¡Mierda! En esos momentos, créanme que no es así. Y tampoco es así cuando nosotros, los hombres, prometemos lo que no cumplimos, o hablamos de lo que no sabemos, o no cuidamos nuestros empleos. Y ni hablar de cuando tu cuello presenta alguna que otra anomalía. Y hablo (otra vez, para que se me entienda) de dibujos de otras artistas que definitivamente ella no pintó. Indudablemente no es así. Y tampoco lo es cuando preferirías tener puestos tus auriculares antes de tener que pilotear sobre esos planteos que vos ya conocés. Y de nuevo, algo pasa: Gritos, manotazos, ella te arranca y destroza los auriculares. Y otra vez no es así, como la gente dice que es.
      No cuando el susurro mutuo, característico de dos personas que se aman, se convierte en un nudo imaginario de gritos. En un huracán. Un incendio. Una guerra. Un infierno. Como si éstos dos ya no se escucharan. Como si no se conocieran. Como si ambos tuvieran puestos sus auriculares. Como si hubiera una pared en medio, vacía, sin espejos de ninguno de los dos lados. Como si estuvieran tan alejados el uno del otro, que debieran entonces recurrir al viejo truco de levantar la voz para entenderse. Ese que sacás desde el fondo de tu galera para saludar a alguien que está en la otra cuadra, o para gritar un gol. Ese que sacás desde debajo de tu manga para llamar al perro, o al cartero, o al diariero, o a cualquier vendedor ambulante que se te escape. El mismo truco, pero un poco más violento. Sin galeras, ni saludos, ni goles. Un poco más oscuro.  Sin mangas, ni perros, ni carteros. Un poco más tramposo. Sin diarieros, ni vendedores, ni escapes. Un poco más lejano. Y lo sacás desde el rincón más podrido y sucio de tu puta vida. Y es que, justamente, quizás lo que suceda es que se encuentren alejados de alguna manera, tal vez realmente lo estén de algún modo. Tal vez sea así y no como suele decir la gente. Tal vez ese momento en el que querías decir todo y no dijiste nada, de alguna forma entendiste que ya no había nada que decir. Y puede que en el agonizante minuto en que quisiste besarla por última vez y ella escondió su boca hacia un costado, hayas sentido un leve alivio en alguna parte de tu ser.
      Es posible que verla partir te haya ayudado, en cierto modo, a ver las cosas un poco más claras. Y cuando las cosas están más claras, te sentís un poco mejor. Pero volvés a tu casa. Y sin trabajo. Y sin amor. Y sin querer te das cuenta de que otra vez rompiste tus auriculares. Esos que ella te rompió una vez, los que vos mismo rompiste otras veces, esos que nunca supiste si perdías por alguna parte o si simplemente eran secuestrados y escondidos por ella. Esos que ella te pidió tantas veces, dulcemente, que le desenredes. Otros auriculares, totalmente distintos. Pero los mismos. Y exactamente iguales. Y sin querer te das cuenta de que queriendo rompiste el espejo. Ese en el que te viste y vestiste solo. Ese en el que te viste y desvestiste con ella. Ese maldito espejo en el que ella se reflejó. Ese pedazo de cristal grueso en el que los dos sonrieron más de una vez y hasta se fotografiaron juntos. Otro espejo, diferente. Pero el mismo, igual al anterior.
      Dicen, por ahí, muchas cosas. La gente dice que dice. Dicen de más. Palabras más y palabras menos. Y yo, al menos, no sé qué más decirte, y lo que no es mucho menos, no sé qué me dura más o qué me dura menos. Si los trabajos o las relaciones. Si los auriculares, o los espejos...