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lunes, 27 de mayo de 2013

Tal vez, quizás... ¿Quién sabe?

      Tal vez vivir sea jugar, y uno juegue a lo que hace, a lo que piensa, a lo que vive y a lo que es. Tal vez uno juegue a lo que cree que es. O quizás yo mismo esté jugando a creer ésto, lo que en realidad sería una paradoja. Tal vez haya decidido adoptar esta excusa para justificar tantos cambios en mí. Aunque tal vez en realidad haya un retórico en mí, y en este momento esté al mando de mi ser y guíe éstas líneas a quién sabe dónde. Pero también puede que yo mismo esté jugando a ser retórico. Y paradójico. Y espontáneo.
      Puede que eso de que "vivir es jugar" se me haya ocurrido en un momento en el que mi esencia estaba en un estado de positivismo. Aunque también tal vez haya un optimista en mí, y ésta haya sido una de sus obras. O tal vez sí sea verdad que la vida es un juego, y en ese momento en el que decidí creer que vivir es jugar, estaba jugando a ser positivo. Tal vez me guste jugar a ser paradójico (como en la oración anterior). Tal vez también guste de improvisar, ser espontáneo y hablar de mi manera de escribir (como en la oración anterior). Tal vez me guste, además, ser insistente y repetitivo (y tal vez haya oraciones que no haga falta volver a escribir). Tal vez sea peligroso jugar al filósofo, al pensador. Aunque también puede que haya un filósofo muy pensador en mí. Y tal vez le guste el riesgo, el peligro.
      Bukowski dice que uno no es escritor, no se sabe escritor; sino que uno cree que es escritor. Alguien me dijo que cuando uno se cree, uno se crea. Alguien me dijo que creer es crear. Pero yo no sé si me creo escritor, si soy escritor, si hay un escritor en mí, o si simplemente estoy jugando a serlo. Porque no soy Bukowski, ni soy alguien. Directamente no soy nadie. Porque no sé quién soy. Porque no sé si soy.
      No sé si soy un grupo de personalidades que van rotando en orden aleatorio y en mí habitan distintos personajes. No sé si mi esencia, mi yo más íntimo, vive sufriendo transmutaciones. Alguien me dijo que el estado más puro y esencial de un humano es su niñez, y yo no sé si soy un niño jugando a ser otras cosas, disfrazándome la esencia, la vida, el alma, el ser. No sé. La verdad es que no lo sé. Pero lo que sí sé es que no podría ser siempre el mismo. Ni vivir siempre en el mismo lugar. No podría tener un solo oficio, una sola carrera, un solo sueño, una sola meta. Una sola perspectiva sobre la vida y el todo. No podría.
     Tal vez deba dejar de pensar tanto, o tal vez deba aclarar las cosas en mi cabeza. Tal vez necesite una novia, un trabajo, un sentido para mi vida. Tal vez deba dejar de mezclar las cosas en mis textos. Tal vez deba dejar de mezclar las cosas en mi vida. Tal vez deba dejar de creer todo lo que leo. Tal vez deba dejar de ser tan directo, tan sincero, tan espontáneo, tan inoportuno. Tal vez deba volver a refugiarme en las drogas. Tal vez no sepa cómo llamar este texto, tal vez no deba ponerle un título. Tal vez ni siquiera sepa cómo terminarlo. Tal vez deba dejar de querer impresionarte. Tal vez deba dejar de intentar llamar tu atención.

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