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jueves, 12 de noviembre de 2015

Allá

Allá, doblando alguna esquina agrietada, cruzando alguna calle rota, allá atravesando alguna puerta cualquiera, allá puedo verme. Allá mis labios susurran despacio, y dejan correr una frase. Allá, en alguna parte de algún otro mundo, quizás tan desquiciado como éste. "Puedo sentir cómo tu amor me cura", le digo suavemente, casi suspirando, mientras la abrazo con nuestras almas entrelazadas. En éste, mi mundo, mi hoy, puedo sentir esa ausencia, casi instantáneamente. No la conozco, no sé quién es, no logro verla. La imagen irrumpe en mi mente y cruza mi cabeza como una bala fantasma, como las voces que a veces me atormentan, como los rayos que besan la tierra con violenta velocidad, como una nave extra dimensional que me traslada hasta allá. No sé quién es, no sé si existe, sólo alcanzo a vislumbrar una figura femenina, una silueta sombría, como la de los bultos fantasmales que gobiernan la vista de un recién nacido. Puedo deducir, o más bien, elijo pensar, que la imagen es, tal vez, real. No acá, claro, en esta vida gris y vacía, donde reina la peste de las contradicciones y las dualidades, pero sí lo es en alguna parte, en algún otro mundo, allá, en alguna otra vida. Pienso en las posibilidades, siempre en las posibilidades, infinitas. Pienso en las cosas que en este mundo no tengo y que quizás en otros sí, cosas buenas y malas, algo que, si tuviera en este mundo, cambiaría el rumbo de mi destino, algo como lo es, por  ejemplo, un arma de fuego. Un revólver en algún cajón, una pistola en mi mano, una bala debajo de mi almohada. Voy comprendiendo, entonces, que, de existir otros mundos paralelos con historias diferentes a la que vivo en éste, tal vez en algunos mundos ya acabé con mi vida, a pesar de que no haya sido, en realidad, yo mismo. Pienso en mis posibles suicidios paralelos mientras le pido a algún Dios que, en este lugar, ese día nunca llegue. Pienso en mi muerte, e imagino mi cama bañada en sangre. Siento miedo, como si se tratase de algún monstruo que me persigue, y que algún día, tal vez acabe por alcanzarme. Pienso en mi vida, mientras escucho los ecos de la lluvia torrencial, acallando las voces de los mediocres periodistas del espectáculo barato de mi país, que hablan, y gritan, y callan, pero que nunca dicen nada. Pienso en mis amores, que me completan cada uno en una vida diferente. Pienso en Eli, en Lore, en Lucía. Pienso que en alguna parte, de alguna manera, soy feliz. Allá, en alguna parte. Allá en algún otro mundo, quizás, tan desquiciado como éste. Pienso que cada vez estoy más desquiciado. Afuera llueve.

1 comentario:

  1. Pensar en la muerte...pero no t dejan irte...t detienen...porq si quise irme y m volvieron a este mundo q ya no quiero ver...esta vida q m quito lo q tanto amaba...m aferraron algo q no quiero ni me interesa...porq..porq no m dejaron ir...no m importa ya nada solo espero ese momento...ese maravilloso momento q ya jamas m haran volver...

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