Translate

sábado, 31 de agosto de 2013

Antes de partir

      Viajar por el mundo. Visitar Venecia, Río de Janeiro, París, Alaska, Nueva York y otras ciudades, salir de la burbuja, cruzar el río, salir de la zona de confort. Escribir un libro de cada género literario, demostrarme a mí mismo que puedo, vencer mis propios fantasmas boicoteadores, dejar un mensaje, una huella. Hacer paracaidismo y alpinismo, vencer mi miedo a las alturas. Surfear sobre una gran ola, bucear en aguas profundas, hacer natación, vencer mi miedo a las aguas. Hacer locuras, estupideces, tropezar, golpearme, cometer errores. Tatuarme el símbolo de Piscis en alguna parte de mi cuerpo como emblema de mi extremismo y mi inconstancia, mi inestabilidad y mi contradictorio ser, mi semi-bipolaridad natural, levantar las dos banderas, aceptarlas, aceptarme a mí mismo. Raparme la cabeza antes de quedarme completamente pelado, resignarme, aceptar la calvicie, sonreírle al futuro. Grabar mis canciones en un disco y subirlo a Internet, que las escuchen quienes tengan que escucharlas, que el disco sea dedicado a quien corresponda, dejar más de un mensaje, más de una huella. Plantar árboles de todo tipo, florales y frutales, y sobre todo uno que viva durante muchos años, pasar tiempo con él, adoptarlo, conocerlo, domesticarlo, hacerlo parte de mí. Liberar de su encierro a cuantos animales pueda, salvar una vida, darle sentido a la mía, aportar a la libertad. Armar una bicicleta y con ella recorrer espacios verdes, cruzar grandes distancias, aportar un grano de arena a la ecología y a la salud de mi cuerpo, dar un ejemplo. Salir a escribir frases inspiradoras en las paredes de la ciudad, dejar huellas, dar un ejemplo, aportar al arte y a la expresión, despertar a los dormidos. Utilizar la influencia de los pasatiempos de mi infancia, crear un superhéroe o más de uno, ser el padre de un ícono juvenil/infantil, darle algo a los chicos del mañana, pensar en ellos, ser el autor de una leyenda. Recorrer mi país en un auto viejo, tal vez un Rambler negro del 64, honrar a mi padre, cumplir sus sueños por él. Visitar México, honrar a mi madre, cumplir sus sueños por ella. Arreglar mi casa, aceptar mi pobreza, recordar de dónde vengo, comprender que flores hermosas pueden crecer en macetas horribles, hacerlo por ellos, mis padres. Pilotear un avión, surcar los cielos, vencer mi miedo a las alturas, demostrarme que puedo. Navegar un barco, cruzar los mares, vencer mi miedo a las aguas, demostrarme que puedo. Ser bombero voluntario un tiempo, salvar una vida, darle sentido a la mía. Ser voluntario en cuantos voluntariados pueda, ser solidario, ayudar, robar sonrisas. Salir a la calle con un cartel de "abrazos gratis", ser amable, aportar al amor, la unión y la paz. Subir videos graciosos a Internet, humillarme, aceptar mi costado idiota, aceptarme, aportar al humor, robar sonrisas. Donar, donar ropa, donar juguetes, donar sangre, hacer que algo de mí viva en otras personas, ser parte de ellas, reciclarme. Reciclar, renovar cosas viejas, aportar a la ecología y al arte. Aprender a cocinar, aprender a bailar, aprender idiomas, aprender instrumentos, conocer cosas nuevas, descubrir, extender mis habilidades, crecer, aprender. Escribir la canción más hermosa del mundo, aportar a la música, al arte, al amor. Hacer el amor con la mujer más hermosa del mundo, adueñarme de su mirada, besar las tres marías de su pecho, y las otras tres que están junto a ellas, besar cada lunar de su cuerpo. Hacerle el amor en la playa, a la luz de la luna, hacerle el amor en cuantos lugares pueda. Aportar al amor, darle sentido a mi vida. Vivir un tiempo en la ciudad, vivir un tiempo en el campo, vivir a orillas de un lago, vivir en una cabaña en la playa, vivir en una montaña, conocer la naturaleza, viajar. Conseguir un buen telescopio y con él explorar las estrellas, cumplir los sueños de mi padre, descubrir, volar. Leer los libros que no leí, los que no terminé y los que no empecé, completar mi lista, construir una biblioteca. Meditar mucho. Aprender a reírme de mí, humillarme, aceptarme. Tener un hijo, que salga con tus ojos y tu boca, y mi lunar con forma de corazón. Ir a buscarte y decirte que muero por tener una historia con vos, pero que mis miedos siempre fueron más fuertes que mis sueños. Cumplir mis sueños, vencer mis miedos, encontrarme a mí mismo, vivir. Ser feliz, ser libre, ser sabio. Tengo tantos sueños, proyectos, ideas, metas... Hay tantas cosas que quiero hacer... Y en todas te veo a mi lado, acá, conmigo.

Los diez mandamientos

      He amado a mi manera, locamente, rozando la obsesión. Poniendo mi mundo al revés, minimizándome, arrodillando mi alma, humillando mi espíritu, entregando todo mi ser. He dejado mi corazón en la palma de mi mano, esperando que alguien lo tomara, que alguien lo quisiera, me quisiera. Pero el tiempo se agotó y el reloj se hizo pedazos, las campanas sonaron y los vientos más turbulentos vinieron a mi encuentro, y arrastraron consigo feroces tormentas de arena desde los desiertos más infernales, destruyendo mi burbuja, arrancando mi corazón de mis manos, llevándoselo lejos, muy lejos. Dejándome inválido, emocionalmente discapacitado. Vaya suerte la mía, que mi llave fue a parar a las manos del mismísimo diablo. He amado más que a la vida misma, y por sobre todas las cosas. He amado a una mujer más que a Dios, porque a Dios nunca lo he amado, porque la mujer es mi Dios mejor. He amado.
      He peleado con Dios y todos sus secuaces, he escupido hacia arriba, he escrito insultos en el cielo. He jurado por Dios que Dios no existe. Le he dedicado canciones, he protestado en su contra. He ido a buscarlo unas cuantas veces. Me he arrodillado en varias iglesias, buscándolo, esperando a que dé la cara, creyendo en la vaga idea de que algún lejano día me hiciera creer por fin que puedo creer en él. He creído que creía en él. He creído creer en mí. He formulado preguntas y he desarrollado hipótesis que juro por Dios que no sirven para nada. Me he auto proclamado como único Dios y rey de mi vida, de mi historia, de mi mundo, mi realidad y mi fantasía. Me he endiosado a mí mismo y también he endiosado a muchas mujeres que tenían más de demonios que de diosas. He utilizado el nombre de Dios en vano, porque en vino está su sangre y en bonos está el diezmo, y el sueldo del obispado.
      He pasado navidades sucio y desprolijo, demasiado tranquilo, como si fuera un día más. En mi niñez me preocupaba por qué bendito regalo podía recibir si ese maldito gordo de barba blanca se acordaba de mí al menos una puta vez. En mi adolescencia me preocupaba por cuánto alcohol y cuánta marihuana podía llegar a consumir si mis padres se olvidaban otro rato de mí. En algunas fiestas me dormí antes de que dieran las doce, en otras ya estaba borracho desde antes de las siete de la tarde. En algunas he tenido discusiones con mi padre totalmente innecesarias, como debatir si el Síndrome de Down es un castigo de Dios o una bendición o si se van a enviar colonias humanas a Marte como experimento porque en este planeta se están agotando los recursos y bla bla bla. He pasado navidades disfrutando únicamente de los fuegos artificiales como anfitriones de la fecha, con el alcohol y las drogas como invitados especiales. He santificado las fiestas y el día del Señor, pero lo he hecho de otra manera (que no es la mía, pero tampoco es la correcta y con eso me basta).
      He tomado caminos diferentes a los que mis padres tomaron, he roto sus expectativas, no fui lo que ellos fueron ni lo que querían que fuera. He desarrollado mi propia manera de pensar, de ser, de actuar y de pararme frente a la vida. He torcido mis pasos, me he desviado. Me he caído miles de veces, y también me he arrojado adrede. He heredado el victimismo de mi madre y el alcoholismo de mi padre. Pero yo no voy a adoptarlos como ellos lo hicieron, voy a luchar contra esas cadenas, y voy a vencer, lo juro por Dios (y esta vez no es en vano). No he honrado a mis padres. Los he traicionado porque he roto los diez mandamientos.
      He matado mis sueños y mis esperanzas, las he embalsamado y las he arrojado al basural más tóxico que existe en mí. He matado mucho de mi tiempo, he desperdiciado gran parte de mi vida, de la corta vida que llevo. He matado mis penas, las he incendiado y las he arrojado en un mar de alcohol, las he ahogado en vasos de vino, en la sangre del señor. Me he suicidado muchas noches, usando a la tristeza de gatillo, he volado mi cerebro y he destrozado mi pecho, lo he partido en dos con pólvora de mis pensamientos. He matado mis ganas de vivir, de amar, de compartir y de ser. He matado al mismo amor y he matado mucho más, soy un asesino sentimental en serie.
      He tenido sexo con mujeres que no recuerdo cómo se llaman y que jamás volveré a ver, y me he masturbado pensando en mujeres prohibidas. He robado besos y algún que otro corazón, he robado sonrisas, he robado tiempo. He mentido para salvar mi pellejo más de una vez, y otras tantas he mentido sin sentido, porque tuve el vicio de mentir, pero por suerte lo estoy dejando. He sido víctima y victimario de los pensamientos más impuros, calientes y pegajosos que puedan llegar a existir. He deseado mujeres ajenas y he envidiado bienes materiales de otros. He roto los diez mandamientos, y he sido feliz.

sábado, 3 de agosto de 2013

jueves, 1 de agosto de 2013

Destino

      Lo que pasó
      ya pasó
      No se puede cambiar
      Porque no es posible en el mundo
      regresar
      volver atrás

      Lo que pasa
      por algo pasa
      porque pasa y tenía que pasar
      Lo que es, es sin más
      Lo que no, no es
      y ya está

      Lo que pasa
      por algo pasa
      y lo que no
      por algo será