Translate

martes, 15 de mayo de 2018

El ritual del olvido






          Hoy lo supe. Hoy lo decidí. Hoy, que tuve la certeza de que ya te entregaste a él, me voy de tu vida para siempre, y te arranco de mí también. Hoy realicé el ritual, e hice todo lo que nunca había hecho hasta ahora, todo lo que vos seguramente ya hiciste hace tiempo... ¿Sabés? Jamás había borrado una sola foto. Ni de mi celular, ni de mi computadora, ni de ninguna de mis redes sociales. Sólo las había archivado en Instagram y les había cambiado la privacidad en Facebook, para que no se vieran, pero no las borré por si algún día volvías. Pero hoy decidí dejarte ir de verdad, y soltarte de una vez, y dejar de stalkearte de manera enfermiza con ese perfil falso que creé en Instagram. Hoy lo cerré. Hoy voy a olvidarte. Hoy voy a borrarte. Todo lo borré, todas nuestras fotos, nuestros videos sexuales, que bien podría haber subido a cualquier página pornográfica para vengarme de vos, pero que no subiría jamás porque, por desgracia, yo sí tengo valores. Todas nuestras conversaciones desde la primera vez que hablamos hasta hoy. Todo lo borraste con tu orgullo, con tus caprichos, con tu arrogancia. La foto de nuestro primer aniversario que tenía en un cuadrito, el osito de porcelana que me hiciste, el broche que te olvidaste en mi cama, los tesoros tontos que guardaba conmigo, todo eso que para vos era basura e insignificante pero que para mí tenía mucho sentido.... Los tickets del cine, de los lugares a los que fuimos a comer, las cajitas de las cosas que me regalaste, las cositas que nos traíamos de los hoteles, la listita de quehaceres domésticos que me hiciste para mi cuarto, todo. Todo se quemó. Todo se fue. Tiraste dos años de amor a la basura en menos de un santiamén, y yo que soy de luchar hasta la muerte, incluso hasta hoy te esperé. Pero hoy lo supe. Hoy te vi en su cama con él. Y hoy realicé el ritual del fuego. Quemo estos recuerdos porque ya no quiero que vuelvas. Todo lo quemé. Todo lo borré. Todas nuestras conversaciones, aún cuando no habías visto que no te paré de escribir cada día desde el día en que me bloqueaste por primera vez. Mensajes que me hubiera gustado que leyeras... Todas las pruebas de que mi amor era sincero y de que no fui yo quien quiso terminar la relación. Pero ya está. Hoy es el día. No quiero seguir esperándote, no lo merecés. Te fuiste, y ya está. No tengo más que hacer. Hoy te destierro de mí, de mi pecho, de mi nombre, de mi cama... Hoy te morís para mí, y te entierro en el olvido. A diferencia de vos, yo no voy a ir por ahí buscando desesperado otros brazos que me sirvan de burbuja por no saber olvidar, por no saber estar solo, por no saber amar. No. Eso te lo dejo para vos. Yo respeté a rajatablas esta relación y la voy a respetar en su duelo. Merecés que te olvide sanamente, merecés que te llore los meses que tenga que lorrarte, que pase un tiempo solo, merecés tu duelo. Mejor dicho aún, soy yo quien lo merece. En fin, que seas feliz si la vida quiere que lo seas, con el idiota actual o con el próximo. Que tengas todo lo que merezcas. Gracias por haber formado parte de mi vida, y perdón por no haber sido lo que querías. Te amé con locura y pasión y lo sabés. Me hiciste muy feliz, otras veces supiste ponerme muy triste, pero no voy a guardarte rencor. Buena vida, buena suerte, y buen adiós.

domingo, 13 de mayo de 2018

Lo mejor de lo mejor






          Al final tenías razón, había mucha gente esperando a que termináramos. Pero no la había sólo de mi parte, también la había de la tuya. ¿Los tuviste ahí por si acaso? ¿Desde cuándo te gusta él? Me siento tan defraudado, ¿por qué la vida es tan mala conmigo? Si yo te amé puramente, con todas las fuerzas de mi ser. ¿Por qué tuvo que ser así? Fue injusto que te gustaran otros mientras lo tenías todo de mí. Pero sos chica... Yo quería ser tu única atención. Eso fue lo que siempre quise... Que tengas ojos sólo para mí. Que me brindes seguridad... Pero tus ojitos no saben mentir. Me siento tan vencido... Lo hubiera dado todo de mí por vos, por que nunca te vayas... "No me dejes nunca, mi amor, por favor"... Tantas veces te lo pedí... ¿Lo olvidaste, acaso? ¿Me olvidaste, acaso? ¿Te olvidaste, nos olvidaste, acaso? Me siento embaucado, siento que viví una historia de amor a solas. Siento que nunca me viste como el hombre de tu vida, que siempre supiste que todo iba a terminar,  ¿por qué no pudiste seguir viéndome como me veías a tus 18 años? ¿por qué me aferré tanto a vos? ¿Por qué no puedo dejar de amarte? Peor aún, ¿por qué debería dejar de hacerlo? Y además, ¿cómo se hace? Si yo te elegí a vos... No quiero otras pieles, no quiero otros labios, no quiero olvidarte de esa manera... Y sé que tengo que soltarte, sé que vos estás haciendo tu vida con él, y me siento tan mal por eso, me siento indignado, me siento humillado. Pero vos siempre tomaste malas decisiones. Tal vez la vida trata de demostrarme que no eras lo que yo pensaba, y que al fin y al cabo, cualquier idiota podía tenerte... Pero yo ya te había dado todo de mí, y ya te había convertido en lo mejor de lo mejor. Me sentía único y especial por ser el hombre que amabas, y creía que nadie más era digno de vos. De hecho, sinceramente creo que ninguno es digno, pero al fin y al cabo harás de tu vida lo que vos misma quieras. Fue duro caer en la cuenta de que pasaste de estar conmigo a estar con él, fue como si quisieras pasar de Abrebocas a La Fábrica de Pizzas. Fue humillante para mí, yo siempre quise que estuvieras con alguien mejor. Aunque en el fondo sé que no van a durar mucho. Sé que te gusta la gente inteligente y con carácter, sé que en el fondo no es tu tipo. No es más que una atracción física que ya tiene su tiempo de abstención y que estás llenando huecos existenciales con el primer tonto que te acaricia la mejilla. Él no tiene la culpa de nada, si al fin y al cabo jamás una chica como vos le prestó atención, ¿quién iba a darle bola si no lo hacías vos? Claro que el pobre pibe se iba a lanzar a la pileta. Pero vos, vos que me tuviste a mí, vos que lo tuviste todo de mí, vos a quien tanto le enseñé sobre la vida, no sé en qué pensaste cuando te fuiste con él. En realidad es eso, no pensaste. Tenés 20 años, ¿qué podía esperar? Yo también los tuve, hace seis largos años ya, de los cuales dos los pasé enamorado de vos. Creí que eras mi premio, ¿sabés? Después de tanto dolor, después de tanta resiliencia, después de hacer tanto bien sin mirar a quién... Después de tanto llorar, de tanto rezar, de tanto rogarle al universo y a todos los dioses que me dieran un amor... Creí que eras vos. Y lo fuiste. Sólo que, de verdad esperaba que te quedaras conmigo para toda la vida. Pero nunca olvides que, de verdad, para mí fuiste lo mejor de lo mejor. 

sábado, 12 de mayo de 2018

Hasta siempre






Voy a extrañar el fuego de nuestras almas cuando se juntan
Voy a extrañarte hasta siempre, y voy a extrañarte hasta nunca
Voy a extrañar tus ojitos achinándose mientras reís
Voy a extrañarte cuando esté triste, pero más cuando me sienta feliz
Voy a extrañar mimarte y darte besitos por toda la cara
Voy a extrañar tus piesitos acariciando los míos bajo las sábanas
Voy a extrañar tu presencia en mi pieza cada día
Voy a extrañar tu cuerpo cada mañana en mi cama vacía
Voy a extrañar que me llames cuando en tu cuarto algún bicho te asusta
Voy a extrañar esos besos ardientes que a mí tanto me gustan
Voy a extrañar hacerte masajes y frotarte toda la espalda,
que me pellizques los granitos y que te sientes en mi falda
Voy a extrañar tu brillo cada vez que me sienta a oscuras
Voy a extrañar que te rías de mis chistes y mis locuras
Voy a extrañar cocinarte y esmerarme por que te guste
Voy a extrañar lo que hacíamos cuando apagábamos las luces
Voy a extrañar lamerte ahí, y sentir cómo te estremece
Voy a extrañar hacerte el amor y hacerte acabar más de tres veces
Voy a añorar los paseos, y los mates en todas las plazas
Voy a extrañar besarte a través de la reja de tu casa
Voy a añorar con tristeza cada abrazo que me diste
Voy a extrañarte tanto que voy a ser el hombre más triste
Voy a enfermar extrañando, mi amor, tu compañía
Voy a morir de viejo, y extrañándote todavía
Voy a extrañar tu pelo, tus ojos, tu voz, tu risa
Voy a extrañarte cuando la vida sin vos se me pase deprisa
Voy a extrañarte cuando ya no te busque entre la gente...
Voy a extrañarte hasta nunca, y voy a extrañarte hasta siempre

jueves, 10 de mayo de 2018

Como si fuera una princesa






          La amé... La amé más que a nada en esta vida. La llevaba en bicicleta a todos lados, en las bajadas y en las subidas. La veía nadar, era una sirena. La acompañaba hasta la estación y me quedaba esperando a que tomara el tren y se fuera. Le enseñé todo lo que sabía de cocina. Hasta trabajo le busqué pidiéndoles un puesto en sus locales a dos de mis amigas. Incluso la acompañé a entregar su primer curriculum y a su primera entrevista. La amé incluso a pesar de que todavía no estaba lista. La bañé, la sequé, la cambié, la peiné como si fuera una muñeca. Hasta limpié sus zonas íntimas, hasta un tampón le cambié sin hacer muecas. Por ella hice muchas cosas que a un hombre le darían vergüenza. La amé muchísimo más de lo que ella misma piensa. Le pedí matrimonio, le entregué mi alma, mi futuro, mi exclusividad. La cuidé, la protegí, la cobijé y le di seguridad. La tomé de la mano en cada cruce peligroso, la llevaba con mis manos, ella se dejaba llevar. La abrigué con mi propio abrigo, morí de frío más de una vez por pensar en su bienestar. La levanté en mis brazos para cruzar un charco, como si fuera una princesa. Una señora me halagó y le advirtió que peligraba mi existencia. La amé lo mejor que pude aunque la amé de distintas maneras. La amé en el desayuno, en el almuerzo, en la merienda y en la cena. La amé como nadie en mi cama, donde supo ser mi diosa. La amé en todos los hoteles a los que fuimos a hacer nuestras cosas. La amé en La Plata, en Puerto Madero, en Lomas, en Quilmes, en Bera. La amé y no importaba el lugar porque la amaba donde fuera... La amé a los 18, a los 19 y a los 20. La amé siendo adulta, niña y adolescente. La amé tanto que tuve miedo de que otro me la quitara... La amé tanto que cuando quiso irse, la dejé que se marchara... Pero la amé mientras la tuve, y la amé cuando no éramos nada. La amo en cada tormenta y en cada noche estrellada. La amo aunque no me ame, aunque otro reine su mirada. La amo porque amar es ser, y yo sin ella no soy nada. 

Falso destino

Te extraño tanto, amor de mi vida... ¿Por qué tuvimos que llegar a esto? ¿Cómo no pudimos salir adelante esta vez? Éramos nosotros dos contra el problema, y no el uno contra el otro. Era el problema contra nosotros, y no vos contra mí. ¿Qué carajo hacés que no estás acá conmigo? ¿De qué sirve vivir así? ¿Cuál es el sentido de todo esto? ¿Quién mierda soy si no estoy con vos? ¿Cómo hago ahora para seguir adelante? Te extraño tanto...

miércoles, 9 de mayo de 2018

Todo lo que rompiste






          Ojalá pronto pueda dejarte ir como vos lo hiciste conmigo. No sé si estás intentando llenar vacíos existenciales con el primer tonto que te acaricia la mejilla o si te metiste con un amigo mío sólo por despecho, pero ya está, lo hecho ya está hecho y ya no hay vuelta atrás. Yo te amaba, y hasta antes de saber que estabas con él, todavía esperaba que volvieras. Te amaba tanto... No lo puedo creer todavía, no esperaba esto de vos, realmente me sorprende esta decepción. Pero era probable que pasara, porque sos chica, y a los 20 años uno no piensa. Y sí, estoy hecho mierda, como nunca antes en mis 26 años. Estoy en la peor tormenta de mi vida, pero sé que voy a salir. Sé que merezco ser feliz. Sé que no soy un monstruo. Sé que fuiste vos quien no supo lidiar con tanto amor. Te quedó grande... Mierda, Camila, ¿por qué tuviste que cagarla tanto? Sé que ya está, que ya se terminó, y que tengo que dejarte ir de una vez, pero odio tener que hacerlo. Me da bronca porque en el fondo no quiero hacerlo, ¿por qué tiene que ser así? Sé que todo esto no tiene perdón y que tengo que olvidarte, ¿pero cómo mierda hago? ¿Cómo se hace para dejar de amar a alguien a quien amás tanto? Sé que tengo que dejar de escribirte, de pensarte, de soñarte, de llorarte. Sé que no merecés siquiera una palabra, ni una lágrima, ni nada... Pero mierda, ¿cómo hago para luchar contra este amor? Este amor que no quiere soltarte, que se aferra a vos, que te trae a mi mente con tus ojitos brillando y mirándome. Te extraño tanto... La puta madre, Camila, no te das una idea de todo lo que rompiste.

El fin del mundo






          Era un sueño. Era el fin del mundo. Te lo advertí. Te dije que se trataba de un sueño y que vos ya no estabas conmigo. No me creíste. Me dijiste que me quedara tranquilo y que te abrazara, que no querías irte. Te dije llorando que yo sabía que no era real y que, cuando despertara, vos ya no ibas a estar conmigo. No me escuchaste. Te abracé fuerte y cerré los ojos. Lloré como nunca en ninguno de mis sueños. Te abracé cuanto pude, como para nunca soltarte, como para aferrarte a mí por siempre, como para despertarme y traerte desde mis sueños conmigo. Te abracé. Luché cuanto pude por no despertar. Deseé con toda el alma no volver a despertarme nunca más y quedarme con vos ahí, en el fin del mundo. Te abracé con todas las fuerzas de mi alma mientras el tiempo transcurría en cámara lenta en esa ciudad gris y la basura flotaba por el viento. Te lo dije, te dije que era un sueño. Yo lo sabía... Nunca me equivoco. Pero una parte de mí se aferraba a que tal vez, sólo tal vez, pudiera ser real que estuvieras conmigo. Una diminuta posibilidad, una loca esperanza, una hermosa utopía. Me aferré a ella con uñas y dientes... Con el cuerpo y con el alma... Me aferré a lo imposible. Pero abrí los ojos, y me encontré en mi cama, y vos ya no estabas. "Te lo dije", te susurré. Y me di cuenta de que de verdad había llegado el fin del mundo.

martes, 8 de mayo de 2018

Mi camisa






          Mi camisa tiene tu olor. La huelo, te huelo, entierro la nariz en ella y me pierdo. Todo se vuelve rosado. La abrazo, te siento, te abrazo. No sé cuántas veces habrás pensado en mí con esta camisa puesta, cuántas noches me habrás soñado envuelta en ella, cuánta seguridad te habrá brindado sentirte por mi camisa cubierta, pero puedo percibir rastros de amor mientras te huelo. Feromonas, maravillas mágicas de la química. Te huelo, y te siento acá. Te abrazo, y estás aunque no estés. Me acuesto en la cama con vos, que no estás. Te amo como cada momento que pasaste en esta habitación. Te recuerdo y te amo. Y te lloro mientras mi nariz se congestiona hasta perder el olfato, y entonces ya no te huelo, y ya no te siento, y vos, que no estabas aunque estabas, dejás de estar y te vas. Y comprendo que sólo estoy abrazando una camisa arrugada. Y te lloro, porque comprendo que no voy a volver a tenerte en esta cama, ni entre estos brazos, ni en esta camisa, nunca más. Pero mi camisa tiene tu olor. Y aunque no estés, estás. 

domingo, 6 de mayo de 2018

Cuando pensás en mí






          La verdad no te entiendo... ¿No pensás en mí? Hay tantos hombres en el mundo para que busques sexo, historias de amor, o simplemente nuevas amistades, pero no, vos insistís en hacerme daño. ¿No te das cuenta de lo frágil que estoy ya? ¿Te gusta hacerme daño? ¿Lo disfrutás? ¿Te recuerdo que dejaste de hablarme porque volví a usar drogas. Preferiste juzgarme antes que comprenderme. Ojalá supieras algún día el dolor que tengo que soportar cada día desde que no estás. No creo que siquiera tengas idea alguna vez. Ni siquiera sé si sos conciente de lo que te digo. ¿Vos creés que estas son sólo palabras? Y bueno... Si es así, algún día te enterarás. La verdad es que no temo por mi vida, porque la muerte es algo que deseo desde que no te tengo conmigo. No me costaría mucho subirme a mi moto y batirme a duelo con la velocidad, o darme unas cuantas dosis de más, o "caerme" abajo del tren, o desgarrar mis venas como ya lo intenté más de una vez. Simplemente pasa que no quiero encargarme yo mismo. Pero usar drogas me ayudó a pasarla bien en un día en que podría haberlo hecho. ¿Sabés cuántas veces intenté matarme desde que te fuiste? Pero claro, vos no te das una idea del dolor que sufro yo, ¿no te das cuenta de cuánto te amaba? ¿No te das cuenta de que lo eras todo para mí? ¿No te das cuenta de que me dejaste vacío? Yo no quiero vivir así, ¿o vos creés que a mí me gusta? Y no hablo de metáforas. Literalmente, no quiero vivir si vos ya no pensás en mí. Pero lo peor de todo es que cada vez tengo menos fuerzas para seguir, porque me voy dando cuenta de que no te importo nada. Si me estabas tratando bien y me hablabas, y dejaste de hablarme sólo porque decidí abstraerme de la realidad usando drogas para soportar un poco esta terrible desolación que me carcome el alma, y hasta el día de hoy aparentemente para vos no existo, entonces no debo importarte mucho. Al parecer sólo te importa lo que pueda escribir acá. Tal vez sólo estás esperando que me despida... Y si no te importo, entonces yo tampoco me importo a mí mismo mucho más. Pero vos sí me importás, más que mi libertad, incluso más que mi propia vida. Y si me vas a cambiar por un ser tan mediocre, tan pobre de mente, con un humor tan estúpido como él, sólo porque vive a la vuelta de tu casa, entonces prefiero la muerte. No quiero ni enterarme lo que pase después. No soportaría tamaña humillación de la vida. Aunque la verdad es que no lo entiendo, de verdad, no lo esperaba de vos. Habiendo tantos hombres en el mundo, ¿por qué él? Otra de las cosas que me demuestran que te cagás en mí, que me diste por muerto, que no te importo nada. Otra de las cosas que me quita fuerzas. Y la verdad ya no quiero seguir así. Te estoy esperando, pero si no vas a volver, entonces me voy a ir yo. El día que salí con amigos, el día que te enojaste conmigo, casi morimos. Las ruedas del auto se descontrolaron sobre una calle mojada por el rocío y terminamos en una vereda. Me encantaría haber muerto en ese momento, y ver desde arriba que sos feliz sin mí. Pero no quiero vivir en una vida en la cual los amigos no son amigos y desean a tu mujer, ni en una vida donde el gran amor de tu vida te deja como si nada, para nada, y por nada. Estoy colgando de una esperanza, de una pequeña esperanza, pero cada vez tengo menos fuerza, y ya se me están soltando los dedos. Aún así, te sigo esperando. Y si realmente me amaste alguna vez, sé que vas a volver a mí. Confío en que me amaste, en que me amás todavía, y en que no vas a hacer nada estúpido como acostarte con él, ni con otro. Confío en que todavía sos mía, de la misma manera en que yo soy tuyo. Confío en vos, en tu amor, y tu lealtad. Porque podremos estar separados, enojados, a kilómetros, y todo lo que quieras. Pero por las noches te siento cuando pensás en mí. 

China






          Recuerdo cuando tus ojos me miraban con dulzura. Esos ojitos que se achinaban cuando reían, esos ojitos a los que no me pude resistir cuando las voces de mi cabeza me gritaban que eras chica, que me ibas a hacer sufrir. Esos ojos que siempre supe leer y saber cuando mentían. Pero no era sólo dulzura lo que me transmitías, porque en ellos podía ver tu alma, y a vos te costaba mantenerme la mirada, porque sabías que mi mirada penetraba más allá de lo que parecía, y te sentías expuesta, con el alma desnuda. Recuerdo cuando tus ojos me miraban con esperanza, hace ya un tiempo atrás, y quisiera volver en el tiempo. Exactamente hace dos años, al seis de mayo de dos mil dieciséis. Ahí es cuando empezó todo, ¿te acordás? O tal vez no, tal vez ya había empezado antes, pero ese día logramos consumar el principio de lo que fue -al menos para mí- la historia de amor más bonita que conocí. Ese día fundimos nuestras atracciones, nuestra química, nuestras dudas, nuestras ilusiones, nuestros deseos, y nuestras esperanzas en un beso. Sólo un beso, tierno y desesperado a la vez. Un beso entre dos almas que buscaban amar y crecer. Un beso que dio comienzo a una historia de amor muy bonita, imperfecta como todo lo real, pero fuerte como el acero. Una historia con muchos defectos, pero con muchas más virtudes, con muchas más risas y momentos de felicidad que momentos de enojo y tristeza. Una historia que parecía no tener final, como todos me dicen cuando se sorprenden si les digo que terminamos cuando me preguntan por vos. No lo pueden creer. Y la verdad es que ni yo lo puedo creer. Sólo vos, en tu mundo, en tu cabeza, lográs naturalizarlo tanto. Es lo malo de enlazarse con personas tan viscerales, son bombas de tiempo. Era hermoso lo que teníamos, y teníamos muchas cosas por vivir, mucho camino por recorrer, mucha vida por delante. Estábamos golpeados cuando me dejaste, pero ¿tenía arreglo lo nuestro? Por supuesto que tenía arreglo. Sólo un necio lo negaría. Claro que teníamos problemas, como todo el mundo. Problemas son precisamente lo que al mundo le sobra. Problemas en las personas, en sus relaciones, en sus casas, en sus barrios, en sus ciudades, en sus provincias, en sus países, en sus contintentes, en el planeta entero. Claro que teníamos problemas, pero nada que no pudiera solucionarse. Pero vos siempre fuiste tan particular, tan inocente en algunos aspectos, y sos tan influenciable aunque te cueste reconocerlo... Es como si te hubieras criado en otro mundo, en un mundo ajeno al real, en un frasquito de utopías, pero ¿quién soy yo para juzgarte? Te amo así, como sos, y te dejo ser, así tengas que romperte la cabeza contra la pared, así tengas que perder mil cosas para aprender, así sea mi amor y nuestra historia lo que dejes roto... Y te sonrío desde la comprensión y la ternura, como cuando uno ve a un bebé descubrir algo nuevo, o como cuando un niño cree en algo irreal, como los nenes que creen que haciendo un pozo con una cuchara van a llegar a China. Y acá estoy yo, clavando la cuchara entre la mierda, buscando una razón, tratando de comprender... Dando vuelta mi mundo, poniéndolo de cabeza. Dándome cuenta de que es más fácil llegar a China o volver el tiempo atrás, que ayudarte a abrir los ojos para que me mires con esperanza al menos una vez más.

viernes, 4 de mayo de 2018

Saber y no saber






          Yo no sé si vos sabrás lo que saber significa. ¿Sabés lo que significa significar? Porque no sé si vos sabés que vos para mí lo significás todo. Y te amo, aunque no sé si sabrás qué significa eso. Porque "te amo" a veces significa "gracias por existir", y otras tantas quiere decir "perdón por todo". Y un te amo puede significar muchas cosas dependiendo de la ocasión, porque amar significa saber todo y al mismo tiempo no saber nada. Y yo lo sé todo de vos, y a la vez no sé nada. Por eso siempre me resultó más fácil decirte sólo que te amaba en lugar de describirte todo lo que pasaba, porque esperaba que decodificaras el mensaje oculto en esas dos palabras que pueden albergar tantos significados como colores, como recuerdos, como verdades. Y la verdad es que yo te recuerdo con todos tus colores. Y no sé si esperás algo de mí, o si de verdad ya te fuiste. No sé si soy yo el que está dejando que esto muera, si sos vos, si no sabés lo que estás haciendo, lo que está pasando, si estás obedeciendo a un capricho, si estás inerte dejando que todo fluya, o si el único que no se dio cuenta de que la fiesta terminó soy yo. ¿Esperás un mensaje mío? ¿Tengo que ir a buscarte? ¿Tengo que llamarte? ¿Tengo que pedir perdón, rogarte? ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Tengo que dejarte ir? ¿Tengo que aceptar que me dejaste? ¿Tengo que saber que ni siquiera vos sabés lo que querés? Luchar, resistir, insistir, persistir. Qué pequeña -y filosa- la línea que separa al amor del acoso, de la obsesión, de ser recordado como un ex psicópata y maníaco. Aceptar, comprender, soltar, superar. Qué egoísta la línea que separa el amor incondicional del olvido. Y qué cruel el olvido, que no es otra cosa más que la verdadera muerte, porque uno puede irse del mundo, pero nada queda de vos cuando te olvidan. Y ¿a que no adivinás? Mi mundo sos vos, y al parecer ya me fui. Pero, ¿qué podemos saber? No hay nada que podamos saber a ciencia cierta más que aquello que creamos saber. Mas no hay verdades absolutas. No las hay en la vida misma ni las hay en el amor. ¿Cómo sabés que estás haciendo lo correcto? ¿Cómo sé yo que no me estoy equivocando? ¿Cómo sabemos que no estamos cometiendo el peor error de nuestras vidas y condenándonos los dos a un resto de vida de infelicidad? Será que estoy tan aferrado a esta relación que la siento como si tuviera vida... Como si fuera un niño de dos años al que estamos dejando morir. Lo estamos abandonando en el hospital, rendidos los dos, resignados, desesperanzados, vencidos. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero nunca supe si alguna vez supiste que mi última esperanza eras vos.

martes, 1 de mayo de 2018

Ser y amar


          Necesito muchos abrazos, que me sequen las lágrimas, y que me digan que todo va a estar bien. Necesito contención, cariño, que me mimen y que me cuiden, y que me den mucho amor. Es tanto el amor que necesito... Me quiero bajar del mundo, me quiero bajar de la vida. Quiero que me quieran, quiero que alguien me quiera y venga a salvarme. Lo necesito, lo deseo, lo imploro, lo exijo. Necesito que por una vez en la vida algo me salga bien, ¿cómo voy a hacer para quererme si la vida se encargó durante toda mi vida de demostrarme que ni la suerte me quiere y que todo me sale mal? ¿No lo merezco, acaso? ¿Cómo iba a creerme que de verdad merezco ser amado si las personas que me aman me engañan, no existen, me cambian, me dejan por nada o simplemente se van? Siento que estoy maldito, que me maldijeron, que soy víctima de una maldición. Necesito dejar de ser rechazado, abandonado, o reemplazado por alguien mejor. Fui auténtico en una sociedad hipócrita, fui distinto, fui contra la corriente, fui una oveja negra siempre que pude, ¿y de qué sirvió? Fui bueno, hice el bien, y amé, y sólo pido amor, ¿y al final qué? Me gustaría tanto que Jessa existiera, sé que sabría cómo hacerme sentir mejor. Me gustaría que Camila no me haya mentido ni dejado nunca, pero no. Estoy gravemente envenenado por el mundo y sé que el único antídoto para curarme es el amor. Necesito amar, dar amor, si no lo hago me marchito, ese amor estancado se pudre dentro de mí y se convierte en tristeza, en besos muertos sin destino a dónde ir. No sé vivir sin amar. No quiero hacerlo. Necesito amar y ser amado. Hay mucha gente con quien podría estar, pero no hay muchas personas con las que pueda ser. Quiero ser. Y si no amo, no soy.