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miércoles, 22 de abril de 2015

Jamás nadie

Aunque otros besen tu boca
siempre serán míos tus labios
pues nadie les ha rezado
tanto como yo
Y no hay quien los haya soñado
ser que los haya pensado
y ninguno los ha deseado
como acaso lo hice yo
Nadie les ha rogado
tanto que se acerquen
y nadie ha suplicado
que fueran su lecho de muerte
Jamás nadie ha sentido nunca tan fuerte
tanto pero tanto amor
Nadie nunca
como yo
Y aunque otros miren tus ojos
y tus ojos miren a otros
Será eternamente
a mí perteneciente
tu joven, dulce, y ardiente
tu hermosa, única, e inocente
tu brillante y culpable mirada
Y por siempre y para siempre
será ella mi morada
Pues aunque nunca lo hayas visto
debo confesar
que si al día de hoy todavía existo
no es por nadie más que por vos
y porque en tus ojos veo mi futuro
que no es si no a tu lado
y porque en los míos, amor, te juro
se quema tu pasado
Y aunque otros brazos te envuelvan
en otros bosques, en otras selvas
y otras pieles rocen la tuya
y otros sudores recorran tus sábanas
y otros abrazos te llenen el alma
y otros amores te sirvan de excusa
Jamás nadie, jamás nunca
en lo que quede de nuestra historia
va a amarte con tanta locura
ni guardarte en su memoria
como siempre lo haré yo
Jamás nadie, amor mío
Nadie nunca como yo

martes, 21 de abril de 2015

A Don Eduardo

Sabrás disculparme, Don Eduardo. Comprenderás más que nadie que anduve mal estos días. ¿Qué mejor manera de disculparme con vos que escribiendo? Me enamoré de una compatriota tuya, que por cierto tiene muy buena letra. Ya no pienso en la que tiene tu apellido, tu sobrina. Te cuento, ya que está. ¿Sabés? No grité los goles de Boca, que por cierto uno fue de un compatriota tuyo. No festejé los cuatrocientos de Messi, ese pibe que vos dijiste que en vez de pies tiene dos pelotas con forma de pies, que por cierto, dicho sea de paso, es compañero de otro compatriota tuyo. No opiné sobre muchas cosas que posiblemente en otro momento habrían desatado muchas palabras en mí. No comí bien, ni fui a la escuela, con lo mucho que me estaba gustando Lengua y Literatura. No hice muchas cosas que debiera y quisiera haber hecho. E hice otras que no tendría que haber siquiera pensado. Pero lo que más me duele es el hecho de no haberte despedido a vos. Una falta de respeto total. Rompí un código muy íntimo. Debería cerrar este cuaderno íntimo virtual para siempre, porque después de estas fallas, creo soy indigno. Pero no, ya no más dejar las cosas por la mitad, ya no más abandonos. Entre tantas otras cosas, vos siempre resaltaste la importancia de hacer lo que uno ama. Y yo amo escribir. Soy indigno, tal vez. Y no te despedí. Pero te prometo que te voy a compensar. Voy a escribir con tanta rebeldía y pasión como pueda, tanto como mi sangre sudamericana me lo permita. Y a vos, que ya sos eterno, voy a pedirte que de vez en cuándo escribas algo en alguna nube para mí. Y mandale saludos a Mario, y a Jaime. Deciles que algún día me voy a dar una vuelta por el cielo de las letras y nos vamos a tomar un café, pero no voy a irme sin antes recorrer las calles de Montevideo. Mientras tanto, aquí estaré, escribiendo. Ahora sí, te despido. Hasta siempre, Don Eduardo. Hoy los tuyos son cuatro millones cuatrocientos menos uno, pero siempre va a haber tiempo y espacio para uno más.

Basquadé, chalouá

Hemos decidido
ya no mirar atrás
y hemos salido
hacia adelante
Hemos crecido juntos
hemos superado mucho
Si te sentaras a pensar
a observar
sin duda lo notarías
Si te pararas a mirar un día
nuestras vueltas e idas
las bajadas y subidas
podrías apreciar
cuánto hemos aprendido

Hemos buceado profundo
hemos sabido tocar fondo
hemos podido calar hondo
y le dimos la vuelta al mundo

Si te acostaras a escucharte
tal vez te responderías
¿Cuánto dolor te causé?
¿Cuánto terror me has causado?
Hemos tirado los dados
y pudimos salir de ese infierno
Hemos rozado la muerte
pero hemos sido tan fuertes
que logramos pasar el invierno
y pudimos cambiarnos de tren
Y hoy nos sabemos muy bien
aunque ayer parecía imposible
que el fin era inevitable
y la salida inaccesible
Osamos empuñar los sables
las garras, los puños, los dientes
y fuimos los dos combatientes
más locos e invencibles

Hemos salido del nido
y nos hemos caído
y nos hemos levantado
pero el bien nunca es eterno
pues volveremos a caernos
pero algún día soleado
vamos a aprender a volar
Seré libre y libre serás
y así volaremos danzantes
quizás juntos
tal vez separados
pero juro por mis difuntos
y mis ángeles alados
que será hacia adelante
que siempre
y siempre
volaremos
hacia adelante