Translate

martes, 26 de junio de 2018

Otra cabeza






          Tendré que quedarme nomás, tal vez, con esta herida y esta tristeza, y dejar de buscar explicaciones y analizar las situaciones para asimilar cómo es que llegamos a la situación actual. Aceptar que quisiste irte y que te fuiste, así sin más. Respetar tu decisión -esa puta decisión- aún cuando no comprenda cómo pudiste, pese a que todavía crea que nuestro camino podría haber sido diferente. Que las cosas tenían solución, que no era para tanto, que te apuraste, que fuiste impulsiva, que no fuiste conciente. Que te llenaste la cabeza de peste para poder enojarte tanto que decidieras abandonarme. Tendré que morder y tragar, nomás, aún cuando crea que nadie merece pasar por tanto dolor. Me encantaría poder volver al pasado y cambiar la historia, no sé, no hacerte caso, no prestarte atención, mirar hacia otro lado, no fijarme en vos. Comprender que eras muy chica y que los hombres te sobraban, y que era mucho más que obvio que me ibas a destrozar el corazón. Ojalá nunca sepas lo que duele separarse a los 26, pero ojalá alguna vez te enamores como yo me enamoré de vos. Tal vez ese día me entiendas, por fin, aún cuando ya casi no me recuerdes. Yo sí voy a recordarte, ¿sabés? No voy a olvidarte nunca. Voy a amarte siempre, porque lo que amo es tu existencia. Y no te confundas, no quiero que estés conmigo. Ya comprendí que vos no me querés. No quiero que estés conmigo, más allá de que viva extrañándote. Sí, vivo extrañándote. Te extraño horrores, y me enojo con vos por haber hecho todo mal, porque esta vez no rompiste un adorno, no arruinaste una receta, no, esta vez fue algo irreparable. Y no sé si quiero perdonarte, tampoco, pero probablemente algún día, lejano, lo haga. Tal vez algún día, futuro, si la vida quiere, podamos ser amigos. Eso dependerá de la vida y el tiempo, y no de mí ni de vos. Volver a verte, volver a hablar con vos, volver a abrazarte... No puedo evitar que se me ilumine el alma ante esa posibilidad, no puedo ignorar esos deseos. Volver a  besarte, volver a tocarte, volver a hacerte el amor... Exploto de sólo pensarlo. Jamás sentí tantas sensaciones antes como cuando hacíamos el amor. Pero me invade la tristeza, la nostalgia y la melancolía de saber que esos tiempos son pasados, la frustración de comprender que ya no voy a tenerte en mi cama, la realidad de saberme sin vos, la rabia de saber que es otro idiota quien te lo hace. Y quisiera olvidarte, te lo juro, dejar de dedicarte palabras, seguir adelante, entregarme a cualquiera como vos lo hiciste, no sé. Pero no, yo no puedo hacer eso. No quiero a otra. Te quiero a vos. Ojalá pudiera. Si lo que me doliera fuera estar solo, lo haría. Pero a mí lo que me duele es estar sin vos. Yo no perdí una novia. Yo perdí mucho más. Perdí a mi mejor amiga, perdí a mi amante, perdí a mi compañera de vida, a mi asistente de cocina, a mi compañera de mates, de paseos, de películas de terror, perdí mucho más de lo que vos pensás. Y ojalá no hubieras sido vos, de verdad, pero lo fuiste. Te sentí parte de mí y me sentí parte de vos, y formaste parte de mi vida muy importante aunque hoy todavía no lo comprendas. Perdí al amor de mi vida, a la chica que elegí para compartirlo todo. Se me fue, así nomás, como si nada. Histeriqueamos tanto entre orgullo, dignidad, y egos que finalmente nos terminamos dividiendo. Somos dos pelotudos bárbaros, que no quepan dudas. Dejamos morir una historia hermosa por cosas insignificantes, exagerando todo, sintiendo todo a flor de piel. Somos dos pelotudos, pero ya está. Ahora vos estás bien con otra persona y yo estoy acá, superándote. Hicimos todo mal, y te pido perdón. La verdad es que vos y yo nos merecíamos el cielo. Merecíamos ser felices, pero bueno, a veces la vida te golpea duro, y a nosotros nos noqueó. Quizás, ¿quién sabe? Tal vez algún día volvamos a empezar. En otro momento, con otra cabeza, con más fuerza y más seguridad. Más valor, menos mentiras, más compañerismo y menos frialdad. Menos desconfianza, menos celos, más resiliencia y más honestidad. Menos gente metiéndose en medio, y más gente apoyándonos. Menos jugadas traidoras del destino y más suerte para los dos. Tal vez algún día volvamos a amarnos, y ese día el mundo sea mejor. Te amo, Cami. Y te extraño. Tal vez algún día me cures este dolor. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario