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jueves, 10 de octubre de 2024

Moscas en la casa

Ella llegaba, encendía un sahumerio y se ponía a espantar las moscas. Era cómico verla echándolas, diciéndoles que se vayan, como si fueran perros, persiguiéndolas con el trapo en la mano. Las moscas revoloteaban en mi habitación como los murciélagos en la cueva de un vampiro. Quizás ellas sabían que yo estaba muerto en vida, y eso las atraía. Tal vez el olor a la mierda del mundo que cargo en mis hombros las seducía. Pero ella llegaba y las espantaba. Y mis hombros se alivianaban, y mi falsa muerte se convertía en pura vida, y entonces, las moscas se iban. Ella me hacía sentir tan vivo como la luz hace sentir a las polillas. Adrenalina, serotonina, oxitocina, dopamina. Éxtasis, frenesí, amor, nirvana. Ella llegaba, encendía un sahumerio, y su luz interna espantaba mis demonios, mis fantasmas, mis sombras. Ella llegaba y encendía un sahumerio. Recuerdo esos momentos con ternura, los atesoro en lo más profundo de mi podrido corazón. Lo cierto es que, desde que ella se fue, nada huele bien por acá. Y tuve que volver a poner cortinas, porque las moscas no dejaban de recordarme que sin ella estoy muerto en vida.  

sábado, 17 de febrero de 2024





          Ojalá algún día encuentre a alguien que me ame como yo te amo a vos. 

Hasta el día de mi muerte

Aunque cueste
escribir desde el dolor
una frase que te sane para siempre
aunque apeste
el olor a perdición
que desprende de este pútrido presente
aunque falte
una estúpida razón
que me obligue a seguir viendo hacia el frente
Te deseo lo mejor
hasta el día de mi muerte

jueves, 16 de noviembre de 2023

Sobre mundos paralelos

    En un mundo paralelo, me mandaste esa foto a mí. No la subiste a tus redes, porque la única atención que te importa es la mía. Querías sentirte hermosa, y me mandaste la foto a mí, y yo te dije lo hermosa que sos y lo mucho que me gustás, y eso te bastó y te llenó el corazón. En un mundo paralelo hacés las cosas bien, no me ocultás nada, no hablás con otros en secreto, no te ves con otros en secreto, no salís en secreto, porque no tenés secretos. No me ocultás tus estados de whatsapp, ni la hora de tu última vez, ni la privacidad de tu celular, ni nada. No tenés ese egoísmo cínico y oscuro que tienen los narcisistas, que sólo velan por sus intereses sin importarles lo que siente el otro. En un mundo paralelo te importa mi bienestar, me demostrás interés a diario, no tenés excusas, te morís por verme aunque nos hayamos visto el día anterior, y todos los días hacemos el amor. Yo me siento lleno, pleno, feliz, porque por fin encontré lo que siempre busqué. En un mundo paralelo me amás, y me lo demostrás a diario. Te preocupás por mí, por satisfacerme, por hacerme sentir seguro, me ayudás a confiar en vos, me comrpendés y empatizás conmigo, y eso me llena el corazón de amor. En un mundo paralelo pasamos Halloween juntos, y fuimos a la fiesta del orgullo, y estamos planeando nuestra primera navidad. En un mundo paralelo tenés la madurez suficiente para sacrificar los placeres mundanos, los vicios, las falsas amistades, la superficialidad de las redes sociales, el orgullo, la manipulación, y todo por amor. En un mundo paralelo conocés el valor del tiempo y comprendés lo efímero de la vida, y compartís tus días conmigo. En este mundo te estoy llorando, porque decidí no molestarte más, y dejarte ser feliz, pero me consuelo pensando que, en un mundo paralelo, vos y yo estamos juntos, riendo, siendo felices, y aunque sea por un ratito, se me alegra el corazón.

viernes, 10 de noviembre de 2023

Pedacito de cielo

Hola milagrito mío
Hola, cómo estás?
Hace tanto que no sé de vos
ni tu luz espiritual

y hace tanto, tanto frío
desde que no estás...
Me congelan mal las venas
hoy tu ausencia y mi soledad

Cangrejito del eterno
mar universal
me salvaste del naufragio
de vivir siempre en tempestad

Pedacito de infinito
semillita estelar
necesito de tu brillo
para huir de la oscuridad


sábado, 21 de octubre de 2023

Mantra

     Mi chica no me ignora ni me deja para después, soy siempre su prioridad y me da el lugar que merezco. Mi chica me valora y me demuestra cuánto me ama. Mi chica es fiel y leal, no me miente ni me engaña ni me oculta cosas, y si lo hace, me lo dice. Mi chica es sincera y transparente, y puedo confiar en ella. Mi chica me respeta en presencia y en ausencia, no se arriesga a perderme. Mi chica me ama y es feliz conmigo, y yo soy feliz con ella y la amo. Mi chica no habla con otros hombres, porque mi chica aborrece a los hombres. Mi chica no me hace sentir celos de otros, hace que los otros sientan celos de mí. Mi chica viene de una guerra pero sabe que yo soy su paz. Mi chica le pidió a la luna mi llegada, y desde entonces yo, que vivía en la luna, encontré un hogar en su mirada. 

miércoles, 17 de febrero de 2021

La canción más bonita del mundo

        Quisiera decirte una mezcla de tantas cosas distintas que pareciera que todas las dicen personas diferentes. Tengo de todo para decirte. Reclamos, confesiones, todo tipo de deseos...  Aunque una parte de mí dice que no tengo que decirte nada. En fin. Esta es una carta de todas las personas que habitan en mí, y es toda para vos. Este quiere ser el acuerdo de paz para terminar con la guerra interior que me provocaste. 
        Te amo, y no me lo quiero guardar. Algo de mí quiere decirlo desde la primera vez que nos vimos. Me moviste el piso, me volaste la cabeza, me tocaste el alma, me hiciste sentir mariposas en la panza, me diste un flechazo en el corazón, me llenaste la vida de luz, me enamoraste o me enamoré de vos porque sos de los pedacitos de universo más lindos que vi. Quiero darte la mano y darle la vuelta al mundo. Alguien dice que son todas mentiras. Alguien dice que son metáforas. Pero alguien dice que te amo, y que en tu abrazo me siento en paz. Otra parte de mí dice que no, que todo esto es sólo otra ilusión. Otra dice que soy yo mismo quien te está colocando en ese lugar. Otra dice que te estoy idealizando. Otra, que sos un capricho. Y así un montón de cosas. Dicen de todo. Pero alguien dice "te amo, Lourdes". Y esas palabras salen de mi boca. Te amo, Lourdes.
        Quiero hacerte un reclamo. Porque tal vez a vos no te afecte que yo comparta mi vida en mis redes sociales, por más que suba fotos con diez chicas diferentes, pero a mí se me parte el corazón cuando te veo con otro. Por eso te dejé de seguir en Instagram. Tal vez quieras hacer lo mismo ahora que lo sabés. Me dijiste que ibas a pasar el 14 de febrero estudiando... Lo acepté. Te creí. Me mentiste. Decidí que ese batido de selva negra de San Valentín sería la última foto que viera en tus historias. Me dijiste que estabas en una etapa en que no querías usar tu celular y cada vez que abro tu chat estás en línea. Seguramente hables con él. Una parte de mí se alegra por vos. Otra parte de mí se parte en mil pedazos. Una parte de mí me dice que no me queda más que aceptar. Alguien canta Tarea Fina. Alguien recuerda 500 Days of Summer. No me queda más que aceptar.
        Quiero brindarte mis mejores y mis peores deseos. Ojalá puedas enamorarte como nadie en la tierra. Ojalá no te mientan ni jueguen con tus sentimientos. Ojalá no sufras por amor a tus 28 años. Ojalá que puedas construir un amor sano y recíproco como el que yo pretendí para los dos. Ojalá nunca tengas que lidiar entre la resignación y la aceptación, con una daga en el corazón y una sonrisa en el rostro. Ojalá nunca sientas que se te va la vida en soledad, que al universo no le importás, que nada tiene sentido. Ojalá no te preocupes por mí. Pero ojalá algún día sientas aunque sea un segundo lo que yo siento y sentí, para que realmente puedas entenderme.
        Quiero hacerte una confesión. Cuando te dije que no podía contarte lo que pasaba, que era algo muy íntimo, que me daba vergüenza...
 Te dije que si alguna vez me buscás, que me hables aunque esté con otra. Porque, aunque esté mal, voy a entregarme a cualquiera. Una parte de mí ya no tolera la soledad. No quiero estar solo, es cierto. Pero no es por las idioteces que dice la positividad tóxica. No quiero estar solo, pero porque tengo miedo de mí. Cuando te dije que era algo muy íntimo, hablaba de mis pensamientos suicidas. Todo este tiempo en que estuvo todo bien entre nosotros, me sentí invencible. Te agradezco por eso. Amé la vida. Pero cuando me di cuenta de que no estábamos en la misma sintonía, de que no me veías como yo te veía y no me tenías como prioridad, decidí tener algo de dignidad y dejarte ir. Dejar de mendigar amor, de esperar aunque sea un poquito de la atención que yo te brindaba. Y ahí me vi de nuevo envuelto en mi soledad. Todo se puso oscuro. Y volví a despertarme vacío, sintiéndome solo, y deseando morir. Alguien es un pedazo de carne podrida tirado en una cama gigantesca cubierta por unas sábanas mal puestas empapadas de llanto y transpiración. Alguien es la mierda y la sangre del realismo sucio en persona.
        Quiero agregar un dato de color, para hacer más llevadera la carta. Leí por ahí que tu nombre viene del francés, y significa algo así como "pendiente pronunciada" o "altura costera". Dependiendo del significado que se prefiera, uno puede pensar en una subida, o en una bajada. Uno puede llegar a la cima y ver el cielo en todo su esplendor desde una altura costera. Y uno puede tener una caída peligrosa desde una pendiente pronunciada. Quiero que sepas que vi el cielo la noche que hicimos el amor. Todo el realismo mágico del universo cobró sentido en una sola velada. Pero esta carta la escribo desde lo más bajo de la pendiente. Alguien es una foto desenfocada y con efecto bokeh en tono sepia. 
        Quiero despedirme de vos, aunque no sé cuál sea la mejor manera. Quiero escribirte la canción más bonita del mundo. No sé si quiero volver a verte (una parte de mí se muere por volver a verte). No sé si con esta carta alcance. Siento que nos quedó mucha historia por recorrer... Aunque tal vez todo se trate sólo de ilusiones mías. Siempre fui un iluso. A veces pienso que me stalkeás, que cuando estás en línea no estás hablando con tu nuevo amor, sino mirando si estoy en línea o no. Que entrás a mi perfil y ves las cosas que comparto... Que pensás en mí, que leés nuestras conversaciones, que mirás mi foto... Pero una parte de mí me grita que soy un iluso y soy la burla de todas mis partes. Soy yo el que te stalkea, el que mira tu foto, el que se fija si estás en línea, el que empieza a escribirte y se arrepiente y borra, porque soy yo el iluso, y vos sos la ilusión. Soy yo el amante, y la amada sos vos. Soy yo el cantante. Y vos sos la canción. 

martes, 13 de octubre de 2020

Martes 13

    Me río. ¿Estaré loco? ¿Son los nervios por pifiarle a las teclas y tener que borrar a cada rato para poder corregir? Será que no sabía cómo mierda empezar el texto... Ah, sí, cierto. Había dicho que había muerto mi escritor interior. Lo asesiné. Se cortó la garganta con un verso y dejó un charco de tinta virtual en la escena del crimen. Fue un suicidio inducido. Qué envidia. Ni así de borracho me animo a concretar esos deseos. Maldito victimismo. Hoy había pensado una frase que decía algo así como que "hasta mi psicólogo a veces parecía sentir lástima por mí" pero que "qué digo mi psicólogo si hasta yo mismo siento lástima por mí", pero no me acuerdo de cómo debía ser el contexto. Tal vez mi yo escritor se murió de verdad. Y yo que quería empezar a escribir mi primera novela. Me río. "Con vos me siento especial, Lourdes" dijo una voz hace poco. "Con vos no me dan tantas ganas de morirme". Ojalá hubieran salido de mi boca tales palabras y no se hubieran quedado sólo en mi cabeza. Qué cosa del mal la gente que te hace sentir la cosa más especial del mundo y que después te hace sentir que le es tan útil y placentero estar con vos que con cualquier otro. "Con vos el mundo es menos feo, Lourdes". ¿Cómo explicar exactamente en palabras eso que sentí sin tener que explicar la mierda que vivís a diario? Con vos me siento especial, y siento que tengo un lugar en el mundo, y, lo que es mejor, con vos mis pensamientos suicidas se extinguen como polutas de humo, y el cielo se hace rosado, y la alegría me brota por los poros como pompas de jabón. No. Demasiado cursi. Con vos no me dan tantas ganas de morirme y me cuesta menos levantarme de la cama, y siento que soy invencible y que valgo más que el universo entero. No. No valgo una mierda. Me río. Ojalá que Aldana no me lea nunca, por favor. Qué vergüenza. Que ella me sepa bien y feliz, progresando, superándome, y todas esas mierdas. Que no vea nunca este niño enfermo de un metro ochenta y seis que a veces se sale de su cuerpo y se mira desde arriba queriéndose abrazar. Me quiero abrazar. Y es que, pobre tipo. Cuando lo veo queriendo salvar al mundo que lo partió en mil pedazos, lo quiero abrazar. Qué mala suerte no poder abrazarlo desde arriba. Qué mala suerte no poder ayudarlo a progresar. Qué mala suerte que este mundo no sea salvable. Qué mala suerte si me lee Aldi. Qué mala suerte si este martes trece no me abrazo, ni me suicido, ni salvo al mundo, ni le digo a Lourdes que con ella me sentí bien hasta que me enseñó que incluso lo que te hace bien un día te puede hacer mal. Nací con el pie izquierdo, pasé por abajo de una escalera al cielo (o al infierno), se me cruzó un monstruo negro de siete vidas y tuve que abrir un paraguas adentro de mi casa porque juro que, aunque afuera era primavera, en mi casa nunca paró de llover. 

Qué mala suerte creer en la suerte... Pero no hay suerte peor que creer en el amor. 

viernes, 27 de marzo de 2020

El sillón verde oliva de almohadones turqueza

Escribo algo en el aire, en la nada, con una voz en off en mi cabeza, y cuando intento plasmar esa idea en las teclas, olvido la mitad de las cosas, y ni siquiera recuerdo cómo comenzaba. Será que lo mío es lo espontáneo, tal vez. O que mi memoria ya no funciona bien.  De todas formas, da igual. Esto no va a ser nada épico. Tengo treinta años, pero siento como si hubiera vivido cien. ¿Será esto lo que sienten los ancianos? Sentir que uno ya vivió la vida, que ya está, que da igual si se sigue viviendo o no. Me duelen los músculos y los huesos, y siento que cada día cuesta más levantarme de la cama. No puedo llorar, y eso que ya no tomo los antidepresivos. Siento que nada de todo esto tiene sentido, que la conciencia humana es sólo una casualidad de la evolución. ¿Habrán sentido los grandes pensadores de la historia este vacío interior? ¿Habrán contemplado alguna vez esta certeza que hoy tengo de que la humanidad carece de razón de ser? ¿Es el amor una ilusión, un constructo social, una creencia, un mito, la mayor mentira de la historia? Me siento en un precipicio. Veo al mundo ahí abajo, y es un rompecabezas que ya armé. ¿Será que estoy listo para trascender? ¿Qué es el suicidio si no una eutanasia autogestionada? Mamá, toda mi vida creí que iba a morir a los 27, y ahora la muerte está ahí afuera, pero ya cumplí los 28. Mamá. tengo 28... pero creo que me morí a los 27. ¿Quién soy? ¿Soy mi cuerpo o mi alma? ¿Existen las almas? ¿Yo tengo una? ¿Soy mi sangre, mi familia, mi clan? ¿Es mi familia sólo un apego terrenal? ¿Se extinguirá mi conciencia, que es lo único que soy, cuando mi cerebro -su motor- deje de funcionar? ¿Quedará de mí sólo lo que escribo, como una foto de mi conciencia, y nada más? No sé si me da vergüenza u orgullo que uno de mis últimos textos sea un manifiesto contra el amor y la fe...
Ella me dijo que no la necesito, que sólo me necesito a mí, que nadie necesita a nadie, y no sé qué otras cosas más... pero una vez me dijo que si su amor la deja, se muere. Entonces me dejó a mí. Y yo soy eso. Esa es mi vida. Y si yo muero, nadie deja a nadie. Y si yo me dejo, nadie más muere.
Mamá, tengo la cabeza llena de bichos. Llevame de nuevo al sillón verde oliva de almohadones turqueza, acostame ahí y pasame el peine fino. Haceme arroz con leche, y acariciame la cabeza hasta que me duerma para siempre. Quiero estar ahí, mamá, sin pensar en el futuro, sin imaginar que voy a morir joven, y que el único amor real que voy a conocer, va a ser el tuyo. Mamá, no quiero vivir pero, mamá... no quiero morir.

miércoles, 30 de octubre de 2019

Rayos de amor

Qué bueno
qué bueno mi amor
que rehicieras tu vida

Me alegro
que el cielo y el sol
aún te sonrían

Realmente
yo nunca logré
superar tu partida

El mundo es
más feo sin vos
¿qué querés que te diga?

La gente
se va de repente
doblando en la esquina

Y la soledad
a esta edad
pareciera más fría

Que me aplaste una cruz
si me olvido que tu luz
me servía de guía

Que me parta un temblor
si te guardo un resquemor
es que ¿por qué lo haría?

No lo haría...

No puede crecer el rencor
donde hay rayos de amor
todavía

No niego que riego tu flor
cuando en mi corazón
hay alguna llovizna

Y hay lloviznas hoy, mi amor...

No muere ni mata el dolor
no hay maestra mejor
que la herida

No niego que riego tu flor
cuando en mi corazón
hay alguna llovizna

Y hay tormentas hoy, mi amor...

Pero
me alegro por vos
y tus buenas noticias

Qué bueno
en serio, mi amor
que es ver tu sonrisa

martes, 5 de marzo de 2019

27

Veintisiete o mil años de vida
un año de soltería
and one eternity year old
trescientos sesenta y cinco días
de soledad, temor y agonía
y doce meses sin ver mi sol
Una traslación terrestre
un par de tristes semestres
y una efeméride de terror
Un cinco de marzo en ruinas
un amor que no se termina
como no se termina el amor
Un millón de recuerdos tristes
un pez, una leona y un buitre
una frase que sólo entendés vos
Un amor para toda la vida
toda una vida que dura dos días
ni un abrazo, ni un beso, ni adiós
Una ausencia que duele en el alma
un llanto que nunca se calma
un año en modo avión
Un vuelo por sobre las sombras
un infierno que ya no me asombra
un mundo que me consumió
Una cama que extraña tu peso
una boca que añora tus besos
y veintisiete líneas por vos

martes, 16 de octubre de 2018

Un millennial del 92


Eran las once
llegué a casa
un día de esos feroces
a veces pasa

¿Agradecer o lamentar
no tener un veintidós bajo la almohada
ni sonrisas para negociar
ni ratones ni hadas?

Pero soy un millennial del 92
y estas crisis ya vendrán a los cuarenta
y en 49 palabras sin voz
te di mi número y no te diste cuenta

¿Lamentar o agradecer
no tener un mensaje en la mañana
ni una llamada al anochecer
ni tus ratones ni tus hadas ni nada?

Mil ciento veintidós millones
novecientos veinticuatro mil
cuarenta y nueve corazones
y ninguno clama por mí

jueves, 23 de agosto de 2018

Pedacito de ilusión

          Primero no querés nada con nadie. Estás negado. Te ponés en caprichoso, te ponés pretencioso con la vida. Querés que te dé lo que vos querés, que te devuelva a la persona que vos amás. Porque la amás, ¿y cómo hacés para dejar de amar a quien amás? Peor aún, ¿por qué debería uno dejar de amar a la persona que ama? Y es todo una mierda, porque sentís que te falta una parte de vos. Te sentís incompleto, vacío, y llorás una banda... Mierda que llorás, y no tenés ni puta idea de todo lo que te falta llorar todavía. Y van pasando los días, y te dejás estar. Sos una máquina de extrañar. Extrañás como nunca en la puta vida pensaste que ibas a extrañar. Cada vez que te suena el celu, pensás que puede ser esa persona (pero nunca lo es). Llega un momento en que te desilusionás, que hasta te molesta que te escriba otra gente, porque vos querés que sea esa persona (pero nunca lo es). Te enojás con vos mismo, con tu ex, con el mundo, con la vida, con todo. Querés que la vida sea perfecta (pero nunca lo es). Te enojás, te ponés triste, craneás, sos un vaivén, una bomba de tiempo, una sopa de emociones. Sos una crisis existencial con patas, y no entendés nada. Tenés altibajos, sos un ascensor. Tenés más mambos en la cabeza que un hospital psiquiátrico y más llanto en el pecho que un cementerio. Pero hacés cosas por vos mismo, creyendo que estás sanando. Te hacés un par de piercings nuevos, te comprás pilchas, te anotás en un curso de pizzería y empezás la escuela de música. Conocés gente nueva, conocés una chica que es hermosa y que te mira, y pensás que es tu oportunidad para martillar el clavo que saca el otro clavo. Pero estás tan roto e intoxicado que no sabés muy bien cómo volver a conquistar a alguien, y la chica te termina bloqueando porque no supiste jugar al coqueteo y dejaste en evidencia que estabas regaladísimo e insististe más de la cuenta porque estabas desesperado. Capaz que en el fondo sólo querías ser el primero de los dos en encontrar a alguien más, porque tal vez inconcientemente sabías que ver a tu ex con otro siendo feliz mientras vos estabas solo y roto, te iba a hacer mierda. Y dicho y hecho. Tu ex sale con un amigo tuyo y te volvés loco. Adiós a todas tus chances de volver con ella. Vas y lo cagás a trompadas, te cagan a trompadas, tu ex te denuncia. Te odiás. Al final te das cuenta de que no estabas sanando nada, de que todo lo que estabas haciendo por vos en realidad era por ella, porque querías que te viera bien, radiante, triunfante. Querías impresionarla. Al final te das cuenta de que no estabas desesperado por la chica que conociste si no más bien por encontrar a alguien más. Te odiás. Pensás que nunca vas a encontrar a alguien que te quiera, que tu ex era la única que te podía querer y que fuiste un pelotudo. Entrás en una depresión terrible, peor que antes, y te duele todo el cuerpo por la salsa que te pegaron. Tu familia te viene a ver, pasás días en cama. Pasás mucha mierda que es mejor omitir e ignorar, y hacer de cuenta que nunca pasó. Pasás mucha mierda, y llorás, llorás una banda. Pero un día te levantás y estás un pasito más adelante, un poquito nomás, pero un poquito es suficiente. Te garchás a una loca de Tinder y la pasás horrible, llorás otra vez porque vos querés a tu ex, y amabas hacer el amor con tu ex. No importa, te autoconvencés de que todo sirve de experiencia. Te la das en la pera unas cuantas veces, querés ahogar las penas, a veces flashás que te estás volviendo alcohólico, pero después te das cuenta de que en realidad no, de que sólo estás deprimido. Conocés gente, salís con otras minas, con algunas no pasa nada, con otras chapás y está todo bien. Volvés a consumir falopa, y está todo bien, pensás que la falopa es buena (pero nunca lo es). Acosás sin querer a un par de minitas por las redes sociales, las llenás de likes pero no te dan bola. Hablás con tu amor platónico, esa mujer famosa que ni vos sabés por qué mierda te sigue y cómo hiciste para que te contestara, pero que cuando te mira las historias te endulza el autoestima. Te la querés chamuyar, pero en el fondo vos sabés que en la puta vida te va a dar bola. Te gusta una pibita del coro de la escuela de música, la mirás todos los sábados, es importante porque aunque nunca pase nada son momentos en los que no pensás en que tu ex es la mina más linda del mundo. Y van pasando los días, y la vas remando como podés, hacés cosas, te la das en la pera de nuevo, te ves con otras minas, tratás de no abandonar los estudios a pesar de que estás al borde y de que tus notas se fueron al descenso. La piloteás re piola, tambaleando y todo desprolijo, pero seguís. Terminás el curso de pizzería pero no cocinás nunca, porque en realidad no cocinás nada desde que tu ex no viene a comer a tu casa. Te alimentás para la mierda, pero seguís. Y dejás pasar el tiempo sin darte cuenta, y si bien a veces todavía extrañás y llorás por tu ex, sabés que lo que amás son los recuerdos, y que no es lo mismo querer estar con alguien que no querer estar solo, y aprendés un montón de cosas, y toda esa revolcada que te pegó la vida te hizo mucho más fuerte y sabio, y sin darte cuenta pasaron cinco meses, casi seis, que es lo que dicen que dura el duelo (aunque vos sabés que cada uno tiene sus tiempos y que en tu caso en particular, si querés podés hacerlo durar mucho más). Pero un día te levantás y está todo más que bien, y aunque al principio no querías nada con nadie, ahora querés. No querés pareja, no querés estar de novio, pero al menos no le cerrás la puerta en la cara a la gente que quiere entrar a tu vida para regalarte un beso, un poco de sexo, unos mimos, una musa, una conexión pasajera, o un pedacito de ilusión. Aunque al principio no querías nada con nadie, ahora querés todo, pero con vos. Porque la vida a veces parece una mierda, pero seguís (porque en el fondo, en realidad, vos sabés bien que nunca lo es).

viernes, 29 de junio de 2018

Resignificarse


Cuando tengas toda tu fe 
puesta en que no hay ninguna esperanza,
cuando el peso de tus desequilibrios 
te haga mierda la balanza, 
cuando aún dándolo todo 
sientas que nada alcanza, 
cuando te canses de estar cansado 
de lo mucho que existir te cansa... 
Cuando sientas que mucho es poco, 
que poco es mucho y que no sos nada,
cuando no encuentres la salida 
y todas las puertas estén cerradas, 
cuando sientas que la vida es yegua 
y que te está re cagando a patadas, 
cuando estés en la lona tirado 
y escuchando las campanadas... 
Cuando sientas que estás hecho mierda, 
todo roto, hecho pedazos, 
cuando vos quieras dibujarla 
pero pierdas el pulso en los trazos, 
cuando intentes pilotearla 
serpenteando a volantazos, 
cuando estés perdiendo la apuesta 
y quede una sola carta en el mazo... 
Cuando te quede un solo disparo 
para matar o retratar a la suerte, 
cuando ya no te quiera la vida 
pero tampoco te quiera la muerte, 
cuando pulsees con tu sombra 
y hasta tu sombra resulte más fuerte, 
cuando quieras salir al sol 
pero él no tenga ganas de verte... 
Cuando sientas que te perdiste tanto 
que no hay forma de reencontrarse,
cuando quieras ponerte de pie 
pero tus pies no quieran pararse, 
cuando te rompas la cabeza 
con las piezas que no quieren armarse,
cuando ya no puedas amar 
porque olvidaste lo que es amarse...

Cuando todo pierda sentido, 
nada de resignarse.
Hay que encontrar un sentido nuevo 
y el único mapa es resignificarse.

jueves, 28 de junio de 2018

Usted

Usted que lleva el sol impregnado en las alas
usted que encandila el cielo con la bella luz de su alma
usted que es una estrella encendida en el medio del alba
usted que es fuego puro ¿me daría su calor?
Usted que va con la luna escondida en su espalda
usted que tiene a la noche enamorada de su falda
usted que sabe que soy caos y sin embargo me da calma
¿usted me alumbraría en esta noche, por favor?
Usted que es un eclipse, un beso entre el sol y la luna
usted que es un poema que mata al cielo de ternura
usted que es para la Tierra un pedacito de fortuna
¿eclipsaría su boca a la mía para hacerme brillar mejor?

martes, 26 de junio de 2018

Otra cabeza






          Tendré que quedarme nomás, tal vez, con esta herida y esta tristeza, y dejar de buscar explicaciones y analizar las situaciones para asimilar cómo es que llegamos a la situación actual. Aceptar que quisiste irte y que te fuiste, así sin más. Respetar tu decisión -esa puta decisión- aún cuando no comprenda cómo pudiste, pese a que todavía crea que nuestro camino podría haber sido diferente. Que las cosas tenían solución, que no era para tanto, que te apuraste, que fuiste impulsiva, que no fuiste conciente. Que te llenaste la cabeza de peste para poder enojarte tanto que decidieras abandonarme. Tendré que morder y tragar, nomás, aún cuando crea que nadie merece pasar por tanto dolor. Me encantaría poder volver al pasado y cambiar la historia, no sé, no hacerte caso, no prestarte atención, mirar hacia otro lado, no fijarme en vos. Comprender que eras muy chica y que los hombres te sobraban, y que era mucho más que obvio que me ibas a destrozar el corazón. Ojalá nunca sepas lo que duele separarse a los 26, pero ojalá alguna vez te enamores como yo me enamoré de vos. Tal vez ese día me entiendas, por fin, aún cuando ya casi no me recuerdes. Yo sí voy a recordarte, ¿sabés? No voy a olvidarte nunca. Voy a amarte siempre, porque lo que amo es tu existencia. Y no te confundas, no quiero que estés conmigo. Ya comprendí que vos no me querés. No quiero que estés conmigo, más allá de que viva extrañándote. Sí, vivo extrañándote. Te extraño horrores, y me enojo con vos por haber hecho todo mal, porque esta vez no rompiste un adorno, no arruinaste una receta, no, esta vez fue algo irreparable. Y no sé si quiero perdonarte, tampoco, pero probablemente algún día, lejano, lo haga. Tal vez algún día, futuro, si la vida quiere, podamos ser amigos. Eso dependerá de la vida y el tiempo, y no de mí ni de vos. Volver a verte, volver a hablar con vos, volver a abrazarte... No puedo evitar que se me ilumine el alma ante esa posibilidad, no puedo ignorar esos deseos. Volver a  besarte, volver a tocarte, volver a hacerte el amor... Exploto de sólo pensarlo. Jamás sentí tantas sensaciones antes como cuando hacíamos el amor. Pero me invade la tristeza, la nostalgia y la melancolía de saber que esos tiempos son pasados, la frustración de comprender que ya no voy a tenerte en mi cama, la realidad de saberme sin vos, la rabia de saber que es otro idiota quien te lo hace. Y quisiera olvidarte, te lo juro, dejar de dedicarte palabras, seguir adelante, entregarme a cualquiera como vos lo hiciste, no sé. Pero no, yo no puedo hacer eso. No quiero a otra. Te quiero a vos. Ojalá pudiera. Si lo que me doliera fuera estar solo, lo haría. Pero a mí lo que me duele es estar sin vos. Yo no perdí una novia. Yo perdí mucho más. Perdí a mi mejor amiga, perdí a mi amante, perdí a mi compañera de vida, a mi asistente de cocina, a mi compañera de mates, de paseos, de películas de terror, perdí mucho más de lo que vos pensás. Y ojalá no hubieras sido vos, de verdad, pero lo fuiste. Te sentí parte de mí y me sentí parte de vos, y formaste parte de mi vida muy importante aunque hoy todavía no lo comprendas. Perdí al amor de mi vida, a la chica que elegí para compartirlo todo. Se me fue, así nomás, como si nada. Histeriqueamos tanto entre orgullo, dignidad, y egos que finalmente nos terminamos dividiendo. Somos dos pelotudos bárbaros, que no quepan dudas. Dejamos morir una historia hermosa por cosas insignificantes, exagerando todo, sintiendo todo a flor de piel. Somos dos pelotudos, pero ya está. Ahora vos estás bien con otra persona y yo estoy acá, superándote. Hicimos todo mal, y te pido perdón. La verdad es que vos y yo nos merecíamos el cielo. Merecíamos ser felices, pero bueno, a veces la vida te golpea duro, y a nosotros nos noqueó. Quizás, ¿quién sabe? Tal vez algún día volvamos a empezar. En otro momento, con otra cabeza, con más fuerza y más seguridad. Más valor, menos mentiras, más compañerismo y menos frialdad. Menos desconfianza, menos celos, más resiliencia y más honestidad. Menos gente metiéndose en medio, y más gente apoyándonos. Menos jugadas traidoras del destino y más suerte para los dos. Tal vez algún día volvamos a amarnos, y ese día el mundo sea mejor. Te amo, Cami. Y te extraño. Tal vez algún día me cures este dolor. 

lunes, 25 de junio de 2018

Entrega






           Gracias por hacerme ver que se puede salir adelante. Que a pesar de la gente dañina y tóxica, uno puede vivir igual. Gracias por amarme y valorarme como otras no supieron hacerlo. Gracias por ayudarme a levantarme cuando incluso ni siquiera yo mismo quería. Gracias por hacerme ver que yo merecía mucho más. Y perdón por estar tan roto todavía, no te das una idea de todo lo que dí de mí a quien ilusamente creí que se quedaría conmigo por el resto de mi vida, a quien confié mi felicidad creyendo tontamente que jamás se iría. A quien entregué mi corazón aún sabiendo que podría romperlo. Siempre leo por ahí que "no hay que aferrarse a nada ni a nadie", y que "no se debe depositar la felicidad en ninguna persona ni en ninguna cosa material"... Pero los que vibramos amor y vivimos por ello, confiamos tanto en el otro que hasta le confiamos nuestra felicidad. Podemos desconfiar de su fidelidad, de la veracidad de sus palabras, de las intenciones de sus actos, pero es porque en el fondo confiamos más que nadie. Confiamos erradamente en que esas personas van a permanecer con nosotros, les confiamos la vida entera y la dejamos en sus manos. Confiamos en que van a entendernos en lugar de juzgarnos, en que van a esperarnos en lugar de cambiarnos, en que van a volver en lugar de olvidarnos. Confiamos más que nadie, es así; confiamos de más. Nos dicen "dependientes emocionales", en un mundo en el que la gente se despierta y lo primero que hace es chequear su celular. Nos dicen dependientes emocionales los que dependen de la aprobación externa para quererse a sí mismos. Nos diagnostican dependencia los que dependen de un diagnóstico para hacernos creer que somos nosotros los que estamos mal. Nos quieren amoldar a su demente cordura ¡están locos! Nos quieren tratar de locos cuando los únicos locos son los que no aman con locura. El amor no es una enfermedad mental, es un milagro. Es el único milagro que existe, es real. Algunos de estos pseudo intelectuales creen saber qué es el amor, se adueñan de él, se apropian de los derechos de autor de su definición y sus reglas. Pobres ilusos, si supieran que el amor no tiene dueño ni reglas. Amar es amar, y se ama así, aunque los que no sepan amar crean que su "amor" es el verdadero. Ese amor seco, frío, vacío, egoísta, banal, mediocre... Que se va con cualquier idiota a los tres meses de dejarte. ¿Ese es el amor correcto? Prefiero mil veces el amor loco, entonces, y no creo ser el único. Eso no es amor. Es cobardía. Pero existen las personas valientes como vos, las que arremeten contra viento y marea, como yo, las que esperan en el medio de la niebla así pasen mil tormentas, las que no tienen temor de dejarse caer en la entrega. Eso es amor. Dejarse caer. Amar es entregarse porque el amor es entrega. 

sábado, 2 de junio de 2018

Cada día que te extraño

Hace tiempo que no escribo
poesía bien borracho
porque hace rato que no vivo
haciendo el mamarracho
pero hoy me importa un choto
hago la mama y hago el rancho
porque hace tiempo que estoy roto
y ya no sé lo que es ser macho
y me desangro entre palabras
con este vino hijo de puta
que me arranca y que me para
y me pierde en cualquier ruta
y recuerdo viejos tiempos
cuando ebrio te escribía
sin rimar ningún momento
y sin embargo era poesía
Y me acuerdo de tu cara
brillando entre toda la mierda
haciendo que el mundo girara
y que vivir valiera la pena
Y recuerdo tantas cosas
y no olvido aunque sea en vano
que en mi vida fuiste una rosa
en el medio de un pantano
en el medio de una cloaca
en el medio de un desierto
En mi vida fuiste un ancla
en el naufragio más incierto
pero te fuiste como si nada
cuando te amaba como si todo
en un mundo que hace cagada
y se lava las manos con lodo
en un mundo que peca de injusto
donde sobran más males que bienes
donde hay menos sorpresas que sustos
donde Dios casi nunca interviene
En un mundo sarpado en oscuro
en un mundo que no para un cacho
en un mundo tan loco y tan duro
que te deja escribiendo borracho
Un mundo que me recuerda
que mi pecho rimaba con tus tetas
y que por escribir unas rimas de mierda
me hace creer que soy poeta
En un mundo que tarda casi
cuatrocientos días cada año
pero dura mil años fácil
cada día que te extraño

martes, 15 de mayo de 2018

El ritual del olvido






          Hoy lo supe. Hoy lo decidí. Hoy, que tuve la certeza de que ya te entregaste a él, me voy de tu vida para siempre, y te arranco de mí también. Hoy realicé el ritual, e hice todo lo que nunca había hecho hasta ahora, todo lo que vos seguramente ya hiciste hace tiempo... ¿Sabés? Jamás había borrado una sola foto. Ni de mi celular, ni de mi computadora, ni de ninguna de mis redes sociales. Sólo las había archivado en Instagram y les había cambiado la privacidad en Facebook, para que no se vieran, pero no las borré por si algún día volvías. Pero hoy decidí dejarte ir de verdad, y soltarte de una vez, y dejar de stalkearte de manera enfermiza con ese perfil falso que creé en Instagram. Hoy lo cerré. Hoy voy a olvidarte. Hoy voy a borrarte. Todo lo borré, todas nuestras fotos, nuestros videos sexuales, que bien podría haber subido a cualquier página pornográfica para vengarme de vos, pero que no subiría jamás porque, por desgracia, yo sí tengo valores. Todas nuestras conversaciones desde la primera vez que hablamos hasta hoy. Todo lo borraste con tu orgullo, con tus caprichos, con tu arrogancia. La foto de nuestro primer aniversario que tenía en un cuadrito, el osito de porcelana que me hiciste, el broche que te olvidaste en mi cama, los tesoros tontos que guardaba conmigo, todo eso que para vos era basura e insignificante pero que para mí tenía mucho sentido.... Los tickets del cine, de los lugares a los que fuimos a comer, las cajitas de las cosas que me regalaste, las cositas que nos traíamos de los hoteles, la listita de quehaceres domésticos que me hiciste para mi cuarto, todo. Todo se quemó. Todo se fue. Tiraste dos años de amor a la basura en menos de un santiamén, y yo que soy de luchar hasta la muerte, incluso hasta hoy te esperé. Pero hoy lo supe. Hoy te vi en su cama con él. Y hoy realicé el ritual del fuego. Quemo estos recuerdos porque ya no quiero que vuelvas. Todo lo quemé. Todo lo borré. Todas nuestras conversaciones, aún cuando no habías visto que no te paré de escribir cada día desde el día en que me bloqueaste por primera vez. Mensajes que me hubiera gustado que leyeras... Todas las pruebas de que mi amor era sincero y de que no fui yo quien quiso terminar la relación. Pero ya está. Hoy es el día. No quiero seguir esperándote, no lo merecés. Te fuiste, y ya está. No tengo más que hacer. Hoy te destierro de mí, de mi pecho, de mi nombre, de mi cama... Hoy te morís para mí, y te entierro en el olvido. A diferencia de vos, yo no voy a ir por ahí buscando desesperado otros brazos que me sirvan de burbuja por no saber olvidar, por no saber estar solo, por no saber amar. No. Eso te lo dejo para vos. Yo respeté a rajatablas esta relación y la voy a respetar en su duelo. Merecés que te olvide sanamente, merecés que te llore los meses que tenga que lorrarte, que pase un tiempo solo, merecés tu duelo. Mejor dicho aún, soy yo quien lo merece. En fin, que seas feliz si la vida quiere que lo seas, con el idiota actual o con el próximo. Que tengas todo lo que merezcas. Gracias por haber formado parte de mi vida, y perdón por no haber sido lo que querías. Te amé con locura y pasión y lo sabés. Me hiciste muy feliz, otras veces supiste ponerme muy triste, pero no voy a guardarte rencor. Buena vida, buena suerte, y buen adiós.

domingo, 13 de mayo de 2018

Lo mejor de lo mejor






          Al final tenías razón, había mucha gente esperando a que termináramos. Pero no la había sólo de mi parte, también la había de la tuya. ¿Los tuviste ahí por si acaso? ¿Desde cuándo te gusta él? Me siento tan defraudado, ¿por qué la vida es tan mala conmigo? Si yo te amé puramente, con todas las fuerzas de mi ser. ¿Por qué tuvo que ser así? Fue injusto que te gustaran otros mientras lo tenías todo de mí. Pero sos chica... Yo quería ser tu única atención. Eso fue lo que siempre quise... Que tengas ojos sólo para mí. Que me brindes seguridad... Pero tus ojitos no saben mentir. Me siento tan vencido... Lo hubiera dado todo de mí por vos, por que nunca te vayas... "No me dejes nunca, mi amor, por favor"... Tantas veces te lo pedí... ¿Lo olvidaste, acaso? ¿Me olvidaste, acaso? ¿Te olvidaste, nos olvidaste, acaso? Me siento embaucado, siento que viví una historia de amor a solas. Siento que nunca me viste como el hombre de tu vida, que siempre supiste que todo iba a terminar,  ¿por qué no pudiste seguir viéndome como me veías a tus 18 años? ¿por qué me aferré tanto a vos? ¿Por qué no puedo dejar de amarte? Peor aún, ¿por qué debería dejar de hacerlo? Y además, ¿cómo se hace? Si yo te elegí a vos... No quiero otras pieles, no quiero otros labios, no quiero olvidarte de esa manera... Y sé que tengo que soltarte, sé que vos estás haciendo tu vida con él, y me siento tan mal por eso, me siento indignado, me siento humillado. Pero vos siempre tomaste malas decisiones. Tal vez la vida trata de demostrarme que no eras lo que yo pensaba, y que al fin y al cabo, cualquier idiota podía tenerte... Pero yo ya te había dado todo de mí, y ya te había convertido en lo mejor de lo mejor. Me sentía único y especial por ser el hombre que amabas, y creía que nadie más era digno de vos. De hecho, sinceramente creo que ninguno es digno, pero al fin y al cabo harás de tu vida lo que vos misma quieras. Fue duro caer en la cuenta de que pasaste de estar conmigo a estar con él, fue como si quisieras pasar de Abrebocas a La Fábrica de Pizzas. Fue humillante para mí, yo siempre quise que estuvieras con alguien mejor. Aunque en el fondo sé que no van a durar mucho. Sé que te gusta la gente inteligente y con carácter, sé que en el fondo no es tu tipo. No es más que una atracción física que ya tiene su tiempo de abstención y que estás llenando huecos existenciales con el primer tonto que te acaricia la mejilla. Él no tiene la culpa de nada, si al fin y al cabo jamás una chica como vos le prestó atención, ¿quién iba a darle bola si no lo hacías vos? Claro que el pobre pibe se iba a lanzar a la pileta. Pero vos, vos que me tuviste a mí, vos que lo tuviste todo de mí, vos a quien tanto le enseñé sobre la vida, no sé en qué pensaste cuando te fuiste con él. En realidad es eso, no pensaste. Tenés 20 años, ¿qué podía esperar? Yo también los tuve, hace seis largos años ya, de los cuales dos los pasé enamorado de vos. Creí que eras mi premio, ¿sabés? Después de tanto dolor, después de tanta resiliencia, después de hacer tanto bien sin mirar a quién... Después de tanto llorar, de tanto rezar, de tanto rogarle al universo y a todos los dioses que me dieran un amor... Creí que eras vos. Y lo fuiste. Sólo que, de verdad esperaba que te quedaras conmigo para toda la vida. Pero nunca olvides que, de verdad, para mí fuiste lo mejor de lo mejor. 

sábado, 12 de mayo de 2018

Hasta siempre






Voy a extrañar el fuego de nuestras almas cuando se juntan
Voy a extrañarte hasta siempre, y voy a extrañarte hasta nunca
Voy a extrañar tus ojitos achinándose mientras reís
Voy a extrañarte cuando esté triste, pero más cuando me sienta feliz
Voy a extrañar mimarte y darte besitos por toda la cara
Voy a extrañar tus piesitos acariciando los míos bajo las sábanas
Voy a extrañar tu presencia en mi pieza cada día
Voy a extrañar tu cuerpo cada mañana en mi cama vacía
Voy a extrañar que me llames cuando en tu cuarto algún bicho te asusta
Voy a extrañar esos besos ardientes que a mí tanto me gustan
Voy a extrañar hacerte masajes y frotarte toda la espalda,
que me pellizques los granitos y que te sientes en mi falda
Voy a extrañar tu brillo cada vez que me sienta a oscuras
Voy a extrañar que te rías de mis chistes y mis locuras
Voy a extrañar cocinarte y esmerarme por que te guste
Voy a extrañar lo que hacíamos cuando apagábamos las luces
Voy a extrañar lamerte ahí, y sentir cómo te estremece
Voy a extrañar hacerte el amor y hacerte acabar más de tres veces
Voy a añorar los paseos, y los mates en todas las plazas
Voy a extrañar besarte a través de la reja de tu casa
Voy a añorar con tristeza cada abrazo que me diste
Voy a extrañarte tanto que voy a ser el hombre más triste
Voy a enfermar extrañando, mi amor, tu compañía
Voy a morir de viejo, y extrañándote todavía
Voy a extrañar tu pelo, tus ojos, tu voz, tu risa
Voy a extrañarte cuando la vida sin vos se me pase deprisa
Voy a extrañarte cuando ya no te busque entre la gente...
Voy a extrañarte hasta nunca, y voy a extrañarte hasta siempre

jueves, 10 de mayo de 2018

Como si fuera una princesa






          La amé... La amé más que a nada en esta vida. La llevaba en bicicleta a todos lados, en las bajadas y en las subidas. La veía nadar, era una sirena. La acompañaba hasta la estación y me quedaba esperando a que tomara el tren y se fuera. Le enseñé todo lo que sabía de cocina. Hasta trabajo le busqué pidiéndoles un puesto en sus locales a dos de mis amigas. Incluso la acompañé a entregar su primer curriculum y a su primera entrevista. La amé incluso a pesar de que todavía no estaba lista. La bañé, la sequé, la cambié, la peiné como si fuera una muñeca. Hasta limpié sus zonas íntimas, hasta un tampón le cambié sin hacer muecas. Por ella hice muchas cosas que a un hombre le darían vergüenza. La amé muchísimo más de lo que ella misma piensa. Le pedí matrimonio, le entregué mi alma, mi futuro, mi exclusividad. La cuidé, la protegí, la cobijé y le di seguridad. La tomé de la mano en cada cruce peligroso, la llevaba con mis manos, ella se dejaba llevar. La abrigué con mi propio abrigo, morí de frío más de una vez por pensar en su bienestar. La levanté en mis brazos para cruzar un charco, como si fuera una princesa. Una señora me halagó y le advirtió que peligraba mi existencia. La amé lo mejor que pude aunque la amé de distintas maneras. La amé en el desayuno, en el almuerzo, en la merienda y en la cena. La amé como nadie en mi cama, donde supo ser mi diosa. La amé en todos los hoteles a los que fuimos a hacer nuestras cosas. La amé en La Plata, en Puerto Madero, en Lomas, en Quilmes, en Bera. La amé y no importaba el lugar porque la amaba donde fuera... La amé a los 18, a los 19 y a los 20. La amé siendo adulta, niña y adolescente. La amé tanto que tuve miedo de que otro me la quitara... La amé tanto que cuando quiso irse, la dejé que se marchara... Pero la amé mientras la tuve, y la amé cuando no éramos nada. La amo en cada tormenta y en cada noche estrellada. La amo aunque no me ame, aunque otro reine su mirada. La amo porque amar es ser, y yo sin ella no soy nada. 

Falso destino

Te extraño tanto, amor de mi vida... ¿Por qué tuvimos que llegar a esto? ¿Cómo no pudimos salir adelante esta vez? Éramos nosotros dos contra el problema, y no el uno contra el otro. Era el problema contra nosotros, y no vos contra mí. ¿Qué carajo hacés que no estás acá conmigo? ¿De qué sirve vivir así? ¿Cuál es el sentido de todo esto? ¿Quién mierda soy si no estoy con vos? ¿Cómo hago ahora para seguir adelante? Te extraño tanto...

miércoles, 9 de mayo de 2018

Todo lo que rompiste






          Ojalá pronto pueda dejarte ir como vos lo hiciste conmigo. No sé si estás intentando llenar vacíos existenciales con el primer tonto que te acaricia la mejilla o si te metiste con un amigo mío sólo por despecho, pero ya está, lo hecho ya está hecho y ya no hay vuelta atrás. Yo te amaba, y hasta antes de saber que estabas con él, todavía esperaba que volvieras. Te amaba tanto... No lo puedo creer todavía, no esperaba esto de vos, realmente me sorprende esta decepción. Pero era probable que pasara, porque sos chica, y a los 20 años uno no piensa. Y sí, estoy hecho mierda, como nunca antes en mis 26 años. Estoy en la peor tormenta de mi vida, pero sé que voy a salir. Sé que merezco ser feliz. Sé que no soy un monstruo. Sé que fuiste vos quien no supo lidiar con tanto amor. Te quedó grande... Mierda, Camila, ¿por qué tuviste que cagarla tanto? Sé que ya está, que ya se terminó, y que tengo que dejarte ir de una vez, pero odio tener que hacerlo. Me da bronca porque en el fondo no quiero hacerlo, ¿por qué tiene que ser así? Sé que todo esto no tiene perdón y que tengo que olvidarte, ¿pero cómo mierda hago? ¿Cómo se hace para dejar de amar a alguien a quien amás tanto? Sé que tengo que dejar de escribirte, de pensarte, de soñarte, de llorarte. Sé que no merecés siquiera una palabra, ni una lágrima, ni nada... Pero mierda, ¿cómo hago para luchar contra este amor? Este amor que no quiere soltarte, que se aferra a vos, que te trae a mi mente con tus ojitos brillando y mirándome. Te extraño tanto... La puta madre, Camila, no te das una idea de todo lo que rompiste.

El fin del mundo






          Era un sueño. Era el fin del mundo. Te lo advertí. Te dije que se trataba de un sueño y que vos ya no estabas conmigo. No me creíste. Me dijiste que me quedara tranquilo y que te abrazara, que no querías irte. Te dije llorando que yo sabía que no era real y que, cuando despertara, vos ya no ibas a estar conmigo. No me escuchaste. Te abracé fuerte y cerré los ojos. Lloré como nunca en ninguno de mis sueños. Te abracé cuanto pude, como para nunca soltarte, como para aferrarte a mí por siempre, como para despertarme y traerte desde mis sueños conmigo. Te abracé. Luché cuanto pude por no despertar. Deseé con toda el alma no volver a despertarme nunca más y quedarme con vos ahí, en el fin del mundo. Te abracé con todas las fuerzas de mi alma mientras el tiempo transcurría en cámara lenta en esa ciudad gris y la basura flotaba por el viento. Te lo dije, te dije que era un sueño. Yo lo sabía... Nunca me equivoco. Pero una parte de mí se aferraba a que tal vez, sólo tal vez, pudiera ser real que estuvieras conmigo. Una diminuta posibilidad, una loca esperanza, una hermosa utopía. Me aferré a ella con uñas y dientes... Con el cuerpo y con el alma... Me aferré a lo imposible. Pero abrí los ojos, y me encontré en mi cama, y vos ya no estabas. "Te lo dije", te susurré. Y me di cuenta de que de verdad había llegado el fin del mundo.

martes, 8 de mayo de 2018

Mi camisa






          Mi camisa tiene tu olor. La huelo, te huelo, entierro la nariz en ella y me pierdo. Todo se vuelve rosado. La abrazo, te siento, te abrazo. No sé cuántas veces habrás pensado en mí con esta camisa puesta, cuántas noches me habrás soñado envuelta en ella, cuánta seguridad te habrá brindado sentirte por mi camisa cubierta, pero puedo percibir rastros de amor mientras te huelo. Feromonas, maravillas mágicas de la química. Te huelo, y te siento acá. Te abrazo, y estás aunque no estés. Me acuesto en la cama con vos, que no estás. Te amo como cada momento que pasaste en esta habitación. Te recuerdo y te amo. Y te lloro mientras mi nariz se congestiona hasta perder el olfato, y entonces ya no te huelo, y ya no te siento, y vos, que no estabas aunque estabas, dejás de estar y te vas. Y comprendo que sólo estoy abrazando una camisa arrugada. Y te lloro, porque comprendo que no voy a volver a tenerte en esta cama, ni entre estos brazos, ni en esta camisa, nunca más. Pero mi camisa tiene tu olor. Y aunque no estés, estás. 

domingo, 6 de mayo de 2018

Cuando pensás en mí






          La verdad no te entiendo... ¿No pensás en mí? Hay tantos hombres en el mundo para que busques sexo, historias de amor, o simplemente nuevas amistades, pero no, vos insistís en hacerme daño. ¿No te das cuenta de lo frágil que estoy ya? ¿Te gusta hacerme daño? ¿Lo disfrutás? ¿Te recuerdo que dejaste de hablarme porque volví a usar drogas. Preferiste juzgarme antes que comprenderme. Ojalá supieras algún día el dolor que tengo que soportar cada día desde que no estás. No creo que siquiera tengas idea alguna vez. Ni siquiera sé si sos conciente de lo que te digo. ¿Vos creés que estas son sólo palabras? Y bueno... Si es así, algún día te enterarás. La verdad es que no temo por mi vida, porque la muerte es algo que deseo desde que no te tengo conmigo. No me costaría mucho subirme a mi moto y batirme a duelo con la velocidad, o darme unas cuantas dosis de más, o "caerme" abajo del tren, o desgarrar mis venas como ya lo intenté más de una vez. Simplemente pasa que no quiero encargarme yo mismo. Pero usar drogas me ayudó a pasarla bien en un día en que podría haberlo hecho. ¿Sabés cuántas veces intenté matarme desde que te fuiste? Pero claro, vos no te das una idea del dolor que sufro yo, ¿no te das cuenta de cuánto te amaba? ¿No te das cuenta de que lo eras todo para mí? ¿No te das cuenta de que me dejaste vacío? Yo no quiero vivir así, ¿o vos creés que a mí me gusta? Y no hablo de metáforas. Literalmente, no quiero vivir si vos ya no pensás en mí. Pero lo peor de todo es que cada vez tengo menos fuerzas para seguir, porque me voy dando cuenta de que no te importo nada. Si me estabas tratando bien y me hablabas, y dejaste de hablarme sólo porque decidí abstraerme de la realidad usando drogas para soportar un poco esta terrible desolación que me carcome el alma, y hasta el día de hoy aparentemente para vos no existo, entonces no debo importarte mucho. Al parecer sólo te importa lo que pueda escribir acá. Tal vez sólo estás esperando que me despida... Y si no te importo, entonces yo tampoco me importo a mí mismo mucho más. Pero vos sí me importás, más que mi libertad, incluso más que mi propia vida. Y si me vas a cambiar por un ser tan mediocre, tan pobre de mente, con un humor tan estúpido como él, sólo porque vive a la vuelta de tu casa, entonces prefiero la muerte. No quiero ni enterarme lo que pase después. No soportaría tamaña humillación de la vida. Aunque la verdad es que no lo entiendo, de verdad, no lo esperaba de vos. Habiendo tantos hombres en el mundo, ¿por qué él? Otra de las cosas que me demuestran que te cagás en mí, que me diste por muerto, que no te importo nada. Otra de las cosas que me quita fuerzas. Y la verdad ya no quiero seguir así. Te estoy esperando, pero si no vas a volver, entonces me voy a ir yo. El día que salí con amigos, el día que te enojaste conmigo, casi morimos. Las ruedas del auto se descontrolaron sobre una calle mojada por el rocío y terminamos en una vereda. Me encantaría haber muerto en ese momento, y ver desde arriba que sos feliz sin mí. Pero no quiero vivir en una vida en la cual los amigos no son amigos y desean a tu mujer, ni en una vida donde el gran amor de tu vida te deja como si nada, para nada, y por nada. Estoy colgando de una esperanza, de una pequeña esperanza, pero cada vez tengo menos fuerza, y ya se me están soltando los dedos. Aún así, te sigo esperando. Y si realmente me amaste alguna vez, sé que vas a volver a mí. Confío en que me amaste, en que me amás todavía, y en que no vas a hacer nada estúpido como acostarte con él, ni con otro. Confío en que todavía sos mía, de la misma manera en que yo soy tuyo. Confío en vos, en tu amor, y tu lealtad. Porque podremos estar separados, enojados, a kilómetros, y todo lo que quieras. Pero por las noches te siento cuando pensás en mí. 

China






          Recuerdo cuando tus ojos me miraban con dulzura. Esos ojitos que se achinaban cuando reían, esos ojitos a los que no me pude resistir cuando las voces de mi cabeza me gritaban que eras chica, que me ibas a hacer sufrir. Esos ojos que siempre supe leer y saber cuando mentían. Pero no era sólo dulzura lo que me transmitías, porque en ellos podía ver tu alma, y a vos te costaba mantenerme la mirada, porque sabías que mi mirada penetraba más allá de lo que parecía, y te sentías expuesta, con el alma desnuda. Recuerdo cuando tus ojos me miraban con esperanza, hace ya un tiempo atrás, y quisiera volver en el tiempo. Exactamente hace dos años, al seis de mayo de dos mil dieciséis. Ahí es cuando empezó todo, ¿te acordás? O tal vez no, tal vez ya había empezado antes, pero ese día logramos consumar el principio de lo que fue -al menos para mí- la historia de amor más bonita que conocí. Ese día fundimos nuestras atracciones, nuestra química, nuestras dudas, nuestras ilusiones, nuestros deseos, y nuestras esperanzas en un beso. Sólo un beso, tierno y desesperado a la vez. Un beso entre dos almas que buscaban amar y crecer. Un beso que dio comienzo a una historia de amor muy bonita, imperfecta como todo lo real, pero fuerte como el acero. Una historia con muchos defectos, pero con muchas más virtudes, con muchas más risas y momentos de felicidad que momentos de enojo y tristeza. Una historia que parecía no tener final, como todos me dicen cuando se sorprenden si les digo que terminamos cuando me preguntan por vos. No lo pueden creer. Y la verdad es que ni yo lo puedo creer. Sólo vos, en tu mundo, en tu cabeza, lográs naturalizarlo tanto. Es lo malo de enlazarse con personas tan viscerales, son bombas de tiempo. Era hermoso lo que teníamos, y teníamos muchas cosas por vivir, mucho camino por recorrer, mucha vida por delante. Estábamos golpeados cuando me dejaste, pero ¿tenía arreglo lo nuestro? Por supuesto que tenía arreglo. Sólo un necio lo negaría. Claro que teníamos problemas, como todo el mundo. Problemas son precisamente lo que al mundo le sobra. Problemas en las personas, en sus relaciones, en sus casas, en sus barrios, en sus ciudades, en sus provincias, en sus países, en sus contintentes, en el planeta entero. Claro que teníamos problemas, pero nada que no pudiera solucionarse. Pero vos siempre fuiste tan particular, tan inocente en algunos aspectos, y sos tan influenciable aunque te cueste reconocerlo... Es como si te hubieras criado en otro mundo, en un mundo ajeno al real, en un frasquito de utopías, pero ¿quién soy yo para juzgarte? Te amo así, como sos, y te dejo ser, así tengas que romperte la cabeza contra la pared, así tengas que perder mil cosas para aprender, así sea mi amor y nuestra historia lo que dejes roto... Y te sonrío desde la comprensión y la ternura, como cuando uno ve a un bebé descubrir algo nuevo, o como cuando un niño cree en algo irreal, como los nenes que creen que haciendo un pozo con una cuchara van a llegar a China. Y acá estoy yo, clavando la cuchara entre la mierda, buscando una razón, tratando de comprender... Dando vuelta mi mundo, poniéndolo de cabeza. Dándome cuenta de que es más fácil llegar a China o volver el tiempo atrás, que ayudarte a abrir los ojos para que me mires con esperanza al menos una vez más.

viernes, 4 de mayo de 2018

Saber y no saber






          Yo no sé si vos sabrás lo que saber significa. ¿Sabés lo que significa significar? Porque no sé si vos sabés que vos para mí lo significás todo. Y te amo, aunque no sé si sabrás qué significa eso. Porque "te amo" a veces significa "gracias por existir", y otras tantas quiere decir "perdón por todo". Y un te amo puede significar muchas cosas dependiendo de la ocasión, porque amar significa saber todo y al mismo tiempo no saber nada. Y yo lo sé todo de vos, y a la vez no sé nada. Por eso siempre me resultó más fácil decirte sólo que te amaba en lugar de describirte todo lo que pasaba, porque esperaba que decodificaras el mensaje oculto en esas dos palabras que pueden albergar tantos significados como colores, como recuerdos, como verdades. Y la verdad es que yo te recuerdo con todos tus colores. Y no sé si esperás algo de mí, o si de verdad ya te fuiste. No sé si soy yo el que está dejando que esto muera, si sos vos, si no sabés lo que estás haciendo, lo que está pasando, si estás obedeciendo a un capricho, si estás inerte dejando que todo fluya, o si el único que no se dio cuenta de que la fiesta terminó soy yo. ¿Esperás un mensaje mío? ¿Tengo que ir a buscarte? ¿Tengo que llamarte? ¿Tengo que pedir perdón, rogarte? ¿Qué es lo que tengo que hacer? ¿Tengo que dejarte ir? ¿Tengo que aceptar que me dejaste? ¿Tengo que saber que ni siquiera vos sabés lo que querés? Luchar, resistir, insistir, persistir. Qué pequeña -y filosa- la línea que separa al amor del acoso, de la obsesión, de ser recordado como un ex psicópata y maníaco. Aceptar, comprender, soltar, superar. Qué egoísta la línea que separa el amor incondicional del olvido. Y qué cruel el olvido, que no es otra cosa más que la verdadera muerte, porque uno puede irse del mundo, pero nada queda de vos cuando te olvidan. Y ¿a que no adivinás? Mi mundo sos vos, y al parecer ya me fui. Pero, ¿qué podemos saber? No hay nada que podamos saber a ciencia cierta más que aquello que creamos saber. Mas no hay verdades absolutas. No las hay en la vida misma ni las hay en el amor. ¿Cómo sabés que estás haciendo lo correcto? ¿Cómo sé yo que no me estoy equivocando? ¿Cómo sabemos que no estamos cometiendo el peor error de nuestras vidas y condenándonos los dos a un resto de vida de infelicidad? Será que estoy tan aferrado a esta relación que la siento como si tuviera vida... Como si fuera un niño de dos años al que estamos dejando morir. Lo estamos abandonando en el hospital, rendidos los dos, resignados, desesperanzados, vencidos. Dicen que la esperanza es lo último que se pierde, pero nunca supe si alguna vez supiste que mi última esperanza eras vos.

martes, 1 de mayo de 2018

Ser y amar


          Necesito muchos abrazos, que me sequen las lágrimas, y que me digan que todo va a estar bien. Necesito contención, cariño, que me mimen y que me cuiden, y que me den mucho amor. Es tanto el amor que necesito... Me quiero bajar del mundo, me quiero bajar de la vida. Quiero que me quieran, quiero que alguien me quiera y venga a salvarme. Lo necesito, lo deseo, lo imploro, lo exijo. Necesito que por una vez en la vida algo me salga bien, ¿cómo voy a hacer para quererme si la vida se encargó durante toda mi vida de demostrarme que ni la suerte me quiere y que todo me sale mal? ¿No lo merezco, acaso? ¿Cómo iba a creerme que de verdad merezco ser amado si las personas que me aman me engañan, no existen, me cambian, me dejan por nada o simplemente se van? Siento que estoy maldito, que me maldijeron, que soy víctima de una maldición. Necesito dejar de ser rechazado, abandonado, o reemplazado por alguien mejor. Fui auténtico en una sociedad hipócrita, fui distinto, fui contra la corriente, fui una oveja negra siempre que pude, ¿y de qué sirvió? Fui bueno, hice el bien, y amé, y sólo pido amor, ¿y al final qué? Me gustaría tanto que Jessa existiera, sé que sabría cómo hacerme sentir mejor. Me gustaría que Camila no me haya mentido ni dejado nunca, pero no. Estoy gravemente envenenado por el mundo y sé que el único antídoto para curarme es el amor. Necesito amar, dar amor, si no lo hago me marchito, ese amor estancado se pudre dentro de mí y se convierte en tristeza, en besos muertos sin destino a dónde ir. No sé vivir sin amar. No quiero hacerlo. Necesito amar y ser amado. Hay mucha gente con quien podría estar, pero no hay muchas personas con las que pueda ser. Quiero ser. Y si no amo, no soy.

lunes, 30 de abril de 2018

Lo correcto, el bien, y el mal


          Hiciste lo correcto dándole tu visto bueno a la melancolía de uno de tus admiradores ahí, con esa camiseta de Boca Juniors, y ese Ford Taunus detrás. Hiciste lo correcto, porque lograste que me decida a dejar de stalkearte de una vez, por fin. Hiciste lo correcto convirtiéndote en una extraña incluso para vos misma, porque lograste lo que tanto querías, alejarme y separarme de vos, para olvidarte de mí. Hiciste lo correcto al soltarme la mano y dejarme caer del cielo, porque ahora entiendo que no hay que confiar en nadie, y que ni siquiera el cielo es un lugar seguro. Que tarde o temprano todos van a irse, y que no hay que aferrarse ni siquiera a los sueños, porque los sueños pueden ser crueles y mentirte mientras te sonríen. Hiciste muy bien en abandonarme en el peor momento, porque ahora sé que uno sólo se tiene a sí mismo. Hiciste bien en dejarme por nada, porque pude comprender -y aprender- que de nada sirve superar tormentas y huracanes, y que un charco puede ahogarte cuando sos demasiado pequeño, y cuando sos demasiado grande puede hacerte patinar. Hiciste bien en hacerme tanto mal, porque mal que mal, me fortaleciste. Hiciste bien cuando hiciste todo mal, porque así aprendí que, bien o mal, no hay mal que por bien no venga, ni bien que no pueda salir mal. Hiciste lo correcto cuando decidiste eliminarme de tu vida, porque ese día supe que no me amabas, que el amor no es algo que se da y se quita como si fuera un caramelo, ni algo que se pone y se saca como si fuera una prenda, y que las personas que aman no van por la vida  desechando gente, ni presentando a sus familias personas que luego de un tiempo no van a ver más, aún cuando se hayan encariñado y establecido otras relaciones. Es increíble todo lo que una persona puede destruir con sólo una decisión, y más cuando es una decisión a la ligera. Pero hiciste bien cuando lo hiciste, porque ese día supe el tipo de persona que eras. Porque ese día supe que no eras lo correcto para mí. 

viernes, 27 de abril de 2018

El sabor de la putrefacción


         Si supieras lo horrible que te hace mentir y ocultar, jugar con los sentimientos de los demás, ser tan turbia y desleal, tal vez lograrías cambiar alguna vez, aunque yo ya perdí la esperanza de ello. Siempre fuiste una mierda conmigo. Jamás mereciste un amor como el que yo te di. Te merecés a Eliel, y a gente que te mienta y juegue con vos así como vos jugaste conmigo. ¿Desde diciembre del año pasado que tenías contacto con Celibe? Si es así, me das asco, pero no me sorprende ya. De hecho, ni siquiera me extrañaría que te lo hayas cogido en su momento. No estoy seguro de si me engañaste alguna vez o no, con él, con Bell, o con algún otro estúpido a quien le hayas regalado un poquito de tu ser sin saber lo sagrado que era para mí, aún cuando vos no consideres engaño lo que hayas hecho desde Mayo a Septiembre de nuestro primer año juntos, cuando todavía no teníamos etiqueta, pero sí teníamos amor. Pero ya está, tendrás lo que debas tener, llorarás cuanto debas llorar, y serás lo que debas ser. Yo ya no quiero estar atado a vos, ni seguir masticando la pudrición del amor que te tuve. Que la vida te dé todo lo que te merezcas. Por suerte no tengo más nada que ver con vos.

sábado, 21 de abril de 2018

La oscuridad


          Se llenó de odio. No aguantó. Murió en vida. Se cortó las venas del alma con una navaja de perdición, y se desangró de agonía. No pudo más, pobrecito su niño interior, pobre del brillo de sus ojos, pobre de él y de los que lo amaban como era. Se quedaron sin una energía que alguna vez vibró al son de los que quieren cambiar el mundo, pero que ya no vibra más. El mundo perdió algo importante el día en que dejó de creer en él. Era un huracán, todo viento, caos puro, y era amor, era luz. Quiso amar, vino a hacerlo, él quería amar hasta el fin, amar o morir, a todo o nada, ahora o nunca, para siempre o para nadie. Y lo dio todo de sí, por amor. Si existe un Dios, lo sabe. Lo dio todo y aún más. Si el universo tiene una conciencia, lo vio. Amó irreversiblemente, más allá de los límites. Si existe un narrador omnisciente en la historia de su vida, lo dirá. Él amó como aman los valientes, con empeño, con coraje, y cada átomo de su cuerpo vibró en amor puro. Y él la amó, la quiso mucho, la quiso más de lo que quieren a quienes más quieren los que más quieren en el amor. Si existiera una medalla de oro por amar así, él la tendría. Y lo dio todo, se esforzó cuanto pudo, lo hizo lo mejor que pudo, a su manera, como le salía, y confió. Confió en la vida, en el alma, en sí mismo, confió en el bien, en el destino, en el karma. Confió en el universo, en los dioses del amor bueno, en las leyes universales que rezan que el amor lo puede todo. Se confió. Confió en que al fin estaba amando a quien tanto había esperado, y que sería amado por siempre, pese lo que pese y pase lo que pase, hasta el final de los tiempos e incluso más allá. Confió de más. Confió en que algún día lograría vencer sus miedos, y que su amada lo comprendería siempre y lo esperaría hasta ese momento. Pero confiar no sirve de nada, y la vida le dio a su alma un golpe de realidad. Lo abandonaron como si nada cuando más lo necesitaba, un tiempo después de perder a un ser querido, sin comprender sus cambios emocionales, sin comprenderlo para nada. Lo desecharon. Lo redujeron a nada. Lo hicieron mil pedazos. Y dolió, mierda que dolió. Si existe un Diablo, ese hijo de puta lo sabe. Él dolió más de lo que duelen los que más duelen del dolor. Murió en vida, se volvió loco, se hundió en el vacío, y se llenó de oscuridad. Lo dejaron a la intemperie en el medio de la peor tormenta de su vida. Se quedó solo, y lo sintió. ¿Cómo podía ser tan mala la vida? ¿Por qué tanta crueldad en su destino? ¿Para qué vino ella si luego lo iba a dejar? No hubiera venido nunca, se hubiera quedado en su mundo de mentiras y se hubiera guardado esas miradas que prometían mundos de fantasías, de amor y felicidad. Y ella no lo amó, no como él quería. Porque si ella lo hubiera amado, no lo habría dejado jamás. Y él mató al mundo en su mente, y le prometió que no lo iba a salvar. Y se juró no amar de nuevo, y brindó por la oscuridad. Y dolió, dolió como nunca. Pero amó, mierda que amó aún cuando ella no lo supo valorar.
 

viernes, 20 de abril de 2018

(In)diferencia


          Por fin llegó el fin de la angustia repetitiva. Se acabó el llorar una y otra vez por quien no vale la pena, el sufrir rutinariamente por quien no lo merece. Llegó la hora de caminar distinto. Basta de autodestrucción a causa del abandono de personas tan banales y comunes que te desechan como residuo descartable, como si no fueras nada, como si dos años fueran mucho tiempo dentro de lo fugaz que es la existencia. Esa ceguera, esa falta de empatía y comprensión, esa frialdad y ese individualismo, esa escasez de resiliencia y de compromiso, de voluntad y de compañerismo, de fortaleza y de responsabilidad, ese hermetismo, no ayudan al deseo de tener relaciones amorosas profundas, duraderas, sanas, y distintas. Pero no es su culpa ser diferente a mí. Es como el mundo le enseñó a ser. No se puede amar de manera distinta a quien no sabe amar indistintamente, ni amarse a sí misma como si fuese única. No se puede esperar amor real de quien sólo sabe decir y repetir tips internautas sobre cómo amar correctamente pero que no tiene idea sobre cómo amar realmente. Somos distintos, amamos distinto, buscamos cosas diferentes, tenemos diferentes fidelidades, y vamos hacia lugares distintos. Pero, repito, no es su culpa. Las personas que ven a sus padres cambiar de parejas muchas veces, suelen ser así. Cambiantes. Del otro lado, para ellos, estamos nosotros, los intercambiables. No la juzgo. Es como tiene que ser, como siempre debió haber sido: es de la única manera en que ella habría podido ser. Es las circunstancias que nunca eligió ser. Es tan de su generación, y yo soy tan de la mía... Aunque es una centennial con rasgos de baby boomer, mientras que yo soy un millenial con escuela de generación X. En fin, hasta el tiempo nos puso diferencias. E hizo de ella lo que la vida quiso que sea, lo que el mundo la dejó ser. Igual que yo. Por ende, comprendo por fin que todo es como debió haber sido, y que no hay razón para estar triste. Y me esperanza creer en el karma, y confiar en que todo el amor que le di, algún día me va a volver, no de ella, por supuesto, si no de alguien mejor. Por fin comprendo que no hay nada malo en mí, que nunca estuve equivocado, que nada de todo esto es mi culpa, y que no tengo más tiempo que perder. En fin, llegó la hora de hacer las cosas de manera diferente y soltarla de una vez, como nunca lo hice, dejarla sola por fin, dejarla ir como la simple persona que es. Y que le vaya como tenga que irle, no le deseo ni mal, ni bien. La realidad es que por fin puedo soltarla y me es indiferente lo que pueda pasarle o no. No le deseo nada, ni le guardo ningún rencor. Sólo puedo ofrecerle la indiferencia que ella misma se ganó la insignificante milésima de segundo en que me perdió. 

sábado, 7 de abril de 2018

Perdedor

          Leeme, bebé del amor. Necesito decirte un par de cosas. Te extraño mucho, hermosa de mi vida. No sabés lo que daría por volver a abrazarte. No puedo más sin vos, bebé hermosa, te lo juro. No te das una idea de la falta que me hacés, Te extraño, mi sol. Te extraño horrores, enana hermosa, me siento vacío si no estás a mi lado. Te extraño de verdad, mi peque. Extraño que me acaricies los pies con los tuyos, y tener tu cabeza sobre mi hombro, y extraño tu sonrisa, bombón, ¿cómo mierda hago para vivir sin esa sonrisa? Explicame, mi cielo, porque la verdad es que no tengo idea. ¿Qué hago ahora, bebé? ¿Cómo mierda vivo sin vos? Me siento perdido, y te juro que no puedo más. Puedo vivir en la espera, puedo sobrevivir con la esperanza de que vuelvas, pero no puedo seguir si me rechazás, si me das por muerto. No queda nada para mí si me asegurás que no hay nada más entre vos y yo... Me matás si te vas ¿sabés? Me hacés mucha falta, guachita linda. ¿No ves que soy para vos? Soy todo tuyo, no tengo destino si no es con vos. Sos el amor de mi vida, sos toda mía ¿no lo ves? Necesito mimarte, y hacerte masajes, y pasar tiempo con vos, te necesito, necesito que estés cerca de mí. Me apago si no estás. Me estoy dejando morir de a poco, porque no quiero vivir si vos no estás. Y todo indica que tengo que dejarte ir, pero no puedo hacerlo, no quiero hacerlo, prefiero morir antes que perderte. Soy muy soberbio y rebelde, y no acepto vivir una vida nueva después de vos. Quiero que estés conmigo, te necesito a mi lado. La cama me queda inmensa desde que vos no estás. Necesito hacerte el amor, necesito fundirme con vos, tocarte toda, apretarte, abrazarte, estrujarte, sentir tu calor, prendernos fuego, revolcarnos en la cama y llegar al orgasmo los dos. Te extraño, Camila, y si te digo que me muero es porque sos mi vida, y si te vas te llevás mi corazón, y el alma se me va con vos. Te amo, bebé hermosa de mi vida. Te amo con las poquitas fuerzas que le quedan a este perdedor.

viernes, 30 de marzo de 2018

Superpoder de los héroes

Hay gente que es tan fea que su única belleza es física.
Y hay gente tan pobre que sólo tiene plata de más.
Hay personas tan mediocres que sólo pueden brindar críticas.
Y hay gente tan falsa que no sabe interpretar un ser real.
Hay seres tan artificiales que olvidan que son naturaleza.
Son como productos industriales que se olvidan de lo artesanal.
Hay gente tan mundana y terrestre que olvida que somos polvo de estrellas.
Hay quien olvida de dónde vino por centrarse en donde está.
Hay quien nace del lado oscuro de la suerte, y no puede más que odiar.
Y hay quien, afortunadamente, pudo nacer del costado marginal. 
Hay quienes piensan que tienen alma, pero no saben que es al revés.
Lo que tenemos es un cuerpo, porque un alma es lo que se es.
¿Y por qué no creer en almas gemelas, si después de todo creer es crear?
Si tal vez toda la vida misma no es más que una oportunidad de amar.
Amor, energía del cosmos, reacción química de la materia,
la mayor de las fuerzas terrestres o estado puro de la conciencia.
Alma de las revoluciones, luz divina del centro del ser.
Preludio de la empatía humana, virtud innata de la sencillez.
Amor, superpoder de los héroes, raíz etérea de la libertad... 
Amor por la gente sencilla, y muerte a la superficialidad.

miércoles, 4 de octubre de 2017

La agonía






         Todos los días siento que voy muriendo cada día un poquito más. Cada vez me dejo ir más, voy soltando amarras, cada vez me importan menos cosas. Todos los días despierto queriendo no ser yo, queriendo no estar viviendo esta vida, o al menos no así. Me duele su frialdad, me mata su distancia. Me desgarran sus silencios, su indiferencia, me destrozan el alma. He perdido la dignidad por completo, rogando, mendigando amor, piedad, una muestra de cariño, una esperanza para seguir viviendo.
         Todos los días deseo volver el tiempo atrás y tenerla para mí, apoyada en mi pecho, amándome, idolatrándome, mirándome enamorada con los ojos llenos de ilusión. Y me maldigo. Y me detesto. Y por supuesto, deseo morir. No porque yo sepa lo que signifique la muerte ni qué hay o no después de perecer, si no porque no siento deseos de vivir. Y no le tengo miedo a la muerte, aunque tal vez sí le temo al suicidio (no por mí, claro). Antes, años atrás, solía pensar en mi suicidio de una sola manera: una bala atravesando mi cabeza horizontalmente, desde el lado derecho hacia el izquierdo. A veces, el pensamiento llegaba a mí de manera repentina, involuntariamente. Hoy, puedo imaginar muchas más formas de hacerlo, y lo hago de forma voluntaria. 
         La razón de mi vida se esfumó cuando supe que la razón de mi vida ya no quería estar conmigo. Y es su decisión y la respeto, aunque me cueste aceptarlo. Siento cómo se va apagando el fuego, el fuego nuestro, el fuego mío, el fuego todo. El fuego de nuestro amor se va apagando en sincronía con el fuego de mi vida. La siento cada vez más lejos, y siento que ella lo quiere así, y no puedo hacer nada por que se quede conmigo, manteniéndome encendido. Siento cómo me olvida, como me deja atrás, cómo se convence con razón de que puede seguir sin mí. Y me destroza.
       Todo este tiempo me llevó a pensar muchas cosas, en cuánto fallé, cuán equivocado estaba, cuánto daño le causé, cuánto hice por que esto se terminara. Yo mismo me empujé al vacío. Y reconozco que ella tenía razón, en todo. Soy el mayor culpable de todo lo que estoy viviendo, soy mi propio victimario, mi propio verdugo. Pude darme cuenta de que la perdí a causa de mis miedos, tenía tanto miedo de perderla en manos de otros, que finalmente acabé por perderla con mis propias manos. Y sí, la perdí. Sólo cuelgo de una esperanza, que quizás, lo más factible es que sea una esperanza falsa. Lo más probable es que ella nunca vuelva conmigo y entonces mi vida termine. Nunca nadie murió de tristeza, dicen, pero también dicen que siempre hay una primera vez para todo.
         Todos los días siento que me muero, agonizo, y me quedan dos opciones: o me tengo piedad y me otorgo la eutanasia, o me mata su ausencia y me muero de dolor. 

jueves, 28 de septiembre de 2017

Tanta magia entre los dos

No sé cuántos males inhumanos habré cometido en otras vidas como para merecer todo este sufrimiento... Tanto luchar, tanto perdonar, tanto soportar, tanta resiliencia, ¿para esto? Me arrancaría el pecho si pudiera, lo juro, y así quitar esta dolencia de mí, para sacarme este dolor. Me duele la vida, Cami, me pesa, me arde, me ahoga, me quema, me paraliza, me desgarra, se me cae el mundo entero abajo, me quiero morir, me muero en vida. ¿Alguna vez te pasó? Ojalá que no... Ojalá nunca te haya pasado, y ojalá nunca te pase... De verdad. ¿Por qué sos así? ¿Qué te hice yo? Me quiero morir, Cami, no lo puedo creer, no caigo todavía, me estás matando en vida, me hacés mierda. Jamás pensé que podrías llegar a dejarme así, no entiendo nada, y me hacés falta, te necesito, no te vayas así... Sólo vos podés salvarme... Llegue a un punto muy alto, llegué a amarte demasiado y si vos te vas, me quedo solo acá, en la cima de todo esto, al borde del precipicio. Me caigo, Cami. Me caigo al abismo si te vas. Ayudame a bajar, ayudame a dejar de amarte, pero despacio, no así...  Y me duele el alma, me hiela los huesos, me derrito, me hago humo... ¿Qué mierda hice para merecer esto? ¿Qué te hice más que amarte sobre todas las cosas? Explicame, no me seas indiferente. Comprendeme, no me abandones. Aceptame, no me juzgues. Luchá por esto, no tires la toalla. ¿Qué mierda nos pasó? ¿Por qué me dejás? Nos falta de acá, nos sobra de allá, hay mucho que retocar, pero... Siempre salimos adelante, salimos de cosas peores, ¿te acordás? Si yo te amo a vos, y vos me amás a mí, ¿por qué me dejás? Si son más los momentos felices y a los momentos malos siempre los superamos, ¿por qué te vas? No tiene sentido... No quiero despertarme y saber que ya no estamos juntos, Camila... No puedo permitírtelo, no puedo permitírmelo, prefiero morirme. Quiero dormirme y no despertarme nunca más. Me quiero ir, quiero ser libre en ningún lugar, y no sé qué hacer, no sé nada. Te necesito acá conmigo, te quiero a vos, me hacés falta, sos vos mi plenitud y mi felicidad. Es esto lo que soy, es de lo que estoy hecho, es este mi modo de amar. ¿Te acordás cuando me dijiste que no te psicoanalizara, que yo no soy psicólogo? Te juro que soy más psicólogo que muchos licenciados en psicología, sólo por dedicarme al estudio del alma por naturaleza, por vocación propia e innata, sin querer, y no por seguir la lógica de la psique. Y también soy más filósofo que muchos letrados de la filosofía, por puro amor a la sabiduría, como los orígenes etimológicos de cada una de las dos palabras que dan nombres a estas ciencias lo indican. Psicología es estudiar el alma. Filosofía es amar la sabiduría. Y yo soy esto, soy así, y te amo a vos. Quiero ser tu par, quiero estar con vos. No es que no tenga dignidad, es que quiero que seas el amor de mi vida y creo que vale la pena luchar toda la vida por vos. Y si nos caemos mil veces, nos levantaremos mil y una, ¿cuál es el problema? No hay problema... Yo te levanto, vení. Pero vos no te vayas. Yo quiero pasarme la vida con vos, quiero vivir abrazándote y haciéndote el amor, te elegí, te quiero a vos, te quiero para mí. Si nos dejamos, dejemos de amarnos primero. Si nos dejamos, que sea porque ya no nos amamos y no amándonos. Si nos dejamos, que sea de amarnos, pero no perpetremos este sinsentido, porque sería un error dejar morir tanta magia entre los dos.

miércoles, 27 de septiembre de 2017

Lo que dicen los silencios





          Ojalá algún día alguien me ame como yo te amo a vos. Ojalá, si algún día llega esa persona, ojalá toda esta mierda no me lleve a arruinarlo. Es decir, a hacer lo incorrecto con la persona correcta, después de haber hecho lo correcto con la persona incorrecta. ¿Cómo hacés? Explicame cómo se le miente tantas veces a la persona que se ama. Si es que alguna vez me amaste, claro. ¿Me amaste alguna vez? No... Vos no me amás. Nunca me amaste. Sólo me idealizaste, y después te acostumbraste a mí. O al menos eso estoy sintiendo estos días, hace días, en realidad, semanas, o tal vez meses, mucho antes de nuestra última pelea. Tal vez debí dejarte a la primera mentira... Pero no, confié en vos. Confié en que no volverías a hacerlo. Deposité toda mi fe en vos. ¿Qué confianza mayor que seguir esperando que la persona que te miente algún día deje de hacerlo? Y vos que me hablás de confianza... Cuánto te falta, amor. Cuánta vida, cuántos daños, cuánto crecimiento te falta. Pero aún así, yo no puedo pasarte por alto y hacer de cuenta que no existís. Jamás podría. Deposité mucho de mí en vos, aunque tal vez nunca logres verlo, ni valorarlo. No puedo fingir. Vivo esperando tu llamada, tu mensaje, tu visita, y nada... ¿Cómo hacés? Ojalá yo pudiera.
          Cada vez que siento el deseo inexorable de volver a hablarte, de dejar toda esta farsa de amor propio de lado y de volver, una vez más, a buscarte y dar por hecho que jamás vas a ser vos quien ceda y logre vencer el orgullo, vuelvo a toparme con alguna de tus trampas, en alguno de nuestros chats viejos, o revisando nuestra historia. ¿Por qué me mentiste tantas veces? ¿Tan naturalizada está para vos la mentira que la tomás como algo totalmente leve e inocente? ¿Quién te enseñó eso? ¡Qué pena que mientas tanto! Y vos que te preocupás por los defectos superficiales... Si supieras lo horrible que te hace mentir y ser orgullosa... En fin.
          ¿Cómo hacés? Explicame cómo hacés para no desvivirte por mí como yo lo hago, cómo hacés para lograr mantenerte así de firme, tan rígida, tan distante, tan fría... ¿Amor propio? Para nada, eso es orgullo puro. Amor propio es amarse a uno mismo, luchando por lo que a uno le hace bien. Lo tuyo siempre fue orgullo. ¿Cómo hacés? Cierto, vos no me amás. Me convenciste de eso estos días. No te importo nada. ¿Cómo hiciste? Claro, jamás te fuiste de tu mundo, jamás lo dejaste por mí. Y por supuesto, yo sí me fui del mío, y ya no sé volver. Vivo en alguna dimensión donde todo está relacionado a vos. Miro las películas que a vos te gustan, escucho la música que vos me enseñaste, vivo pendiente de vos, y ya no sé qué hacer. No quiero otra atención, quiero la tuya. Te quiero a vos. Pero quiero que seas la Camila de antes, o mejor. ¿Existe esa Camila? ¿Existió alguna vez? Sólo Dios lo sabría, si es que existiera. Pero mi Dios sos vos.
          Sé que podría olvidarte, sé que podría hacerlo como sea, podría intentarlo, podría irme con otras. Pero no quiero hacerlo. Me dejaste sin ganas de conocer a nadie más. Y es irónico que seas tan común y que yo te vea tan especial. Y pensar que cualquier idiota que coincida con tu target y te endulce el oído con palabras podría tenerte en la cama cualquier día de estos. Vas a olvidarme, seguramente, igual que olvidaste a otros, sin siquiera saber qué pasó. ¿Qué pasó? El orgullo pasó. Fingir durante días que nada pasaba, que el otro no existe, hasta que un día, de repente, ya no hay nada entre los dos. Y así llegan nuevos amores, como yo llegué a vos. Vas a olvidarme como a cualquiera, porque empezás a olvidar desde el día cero, sin darte cuenta, actuando con indiferencia, siguiendo tu vida como si nada... Desearía que jamás te resignaras con nadie, pero sos tan predecible que lo más triste es que algún día vas a resignarte con otro como no lo hiciste conmigo. Desearía de verdad que algún día tengas una relación perfectamente sana, como vos supuestamente lo deseás, donde todo sea color de rosas y no te lleves ninguna decepción, ni tengas que ocultar o mentir, pero en esta vida, en este mundo, en esta realidad, dudo que eso pase. Cuánta experiencia, cuánta evolución, cuánto te falta, amor mío.
          ¿Vale la pena? De verdad, ¿vale la pena todo esto? Me estás dejando ir... ¿Realmente es lo que querés? ¿Esperás que sea yo quien vuelva? ¿Tanto vale tu orgullo? Yo no voy a volver, pero la vida es demasiado corta para andar esperando a alguien toda la vida, y más si es alguien que demuestra poco interés. Ni siquiera debería decírtelo, deberías saberlo, deberías ser vos quien lo comprenda, debería nacerte sin haber leído esto. Pero no, vos jamás te movés de tu postura, sos puro orgullo, pura coraza, porque en el fondo sos mucho más débil que yo.
          Soy el tren que sólo pasa una vez, Cami. El tren cuya campana ya sonó. Y estás dejándome ir, ahí sentada en tu orgullo. Soy la vida que estás dejando ir segundo a segundo, alejándonos más y más, aumentando la distancia entre los dos. Soy el tren que sin vos no sabe a dónde ir... Pero que sabe que tiene que irse. ¿De verdad vas a dejarme ir? Me hace pedazos aceptarlo, pero así parece... Te cruzás de brazos, aunque ves que me voy. ¿Me estás perdiendo? Me estás perdiendo. Me estoy perdiendo sin vos. Soy la vida humana que basó su existencia en amarte, pero entiendo que eso no significa que también tengas que amarme vos. Soy el tren que descarriló muchas veces, pero que encontró nuevas vías en tu estación. Soy el tren que quería llevarte a las estrellas, pero tal vez no soy el tren que esperás vos.