30/12/2012
Será la nostalgia de los finales, o la ansiedad de los comienzos. Será que en el ojo del huracán el tiempo se para, y podemos ponernos pensativos. ¿Cómo se sentirá un gusano justo antes de convertirse en mariposa? Será que en ese instante podemos sentarnos a mirar la vida. Y así entristecer tranquilos, sin que el pasado nos vea, a pesar de que nos mire con esos ojos tristes. Sin que el presente se nos ría en la cara, con esa picardía en el rostro, como diciéndonos "¡Estoy acá!". Sin que el futuro nos entierre sus puñales y agujas. Puñales que son miedos. Agujas que son dudas. Será que es la única manera de llorar a gritos en silencio. Será que sabemos que el huracán se va, pasa. Y con él, ese ilusorio momento sin tiempo. Y entonces, quizás, es ahí cuando sabemos que todo transcurre de la misma manera. Que nada es eterno. Que nadie es capaz de luchar contra eso. Porque el tiempo se va. Porque a cada segundo que un minuto agoniza, otro está a punto de nacer. Dicen que el tiempo y el espacio son ilusiones de la conciencia. No sé. Yo sólo sé que mañana es 31 de Diciembre y antes de celebrar la llegada de un nuevo año, este que se va merece su luto. Como mudarnos de hogar, como cambiarnos de andén, para tomar otro tren, y seguir nuestro camino. Será la nostalgia de los finales, o será tal vez, la ansiedad de los comienzos.
31/12/2012
31/12/2012
Clima festivo, vísperas de punto y aparte. El ambiente es aún así, algo extraño. O al menos así es como yo lo percibo. Como si estuviera flotando sobre los últimos acordes de una hermosa canción que, aunque queramos o no, debe concluir. Y créanme que toda canción, hasta la más hermosa, debe tener un último acorde. Y eso es algo inevitable. Inevitable como el paso del tiempo. Inevitable como sentirse así. Así como si estuviera sentado muy cómodamente en alguna linda plaza, palpitando las últimas páginas de una historia sin igual. Llena de personajes fascinantes. Repleta de flores y estrellas. Una historia con penas, sí. Pero también con glorias. Una historia única e irrepetible. Única como lo es cada persona que conocí y me acompañó en estos trescientos sesenta y cinco días. Irrepetible como lo es cada segundo que pasé con ellas, y todos y cada uno de esos días. Y hablo de sentirse así. Así como si nos encontráramos de repente en la antesala de un aeropuerto, despidiendo a un viejo amigo que se va y nunca vamos a volver a ver. Jamás. Así como se siente el último de los tres puntos suspensivos. Como se siente el sol antes de caer, y así perderse en el horizonte. Pero lo cierto es que después de cada canción, viene otra, y hasta tal vez, aún más hermosa que la anterior. Lo cierto es que no todo "Había una vez..." termina con un "Fin", que existen los "Continuará...". Que cada amigo que se va, sigue su camino, y de la misma manera lo hacemos nosotros, y en él nos acompañan otros amigos que llegan después. Que después del último de los puntos suspensivos, posiblemente venga una mayúscula. Que cuando el sol se esconde y la noche sale a buscarlo, él aparece en otra parte del mundo y el día llega en otro lugar. Y esos son motivos suficientes para festejar. Por eso este clima. Y por eso estas vísperas. Clima festivo, vísperas de punto y aparte.
31/10/2012
31/10/2012
No importa si nunca estás con ellos, si no sabés cuáles son sus sueños, o sus colores favoritos, si no sabés cuáles son sus miedos, o sus deseos más profundos... No importa si no les brindás un espacio en tu rutina, si no les dedicás tiempo de tu tiempo, o si no los abrazás todos los días. Claro, con un par de juguetes bien caros, basta. Quizás no seas el mejor padre, pero si seguís estas instrucciones, vas a darles un legado materialista a tus hijos, y entonces, llegado el momento, ellos tampoco van a ser los mejores padres. Y, además, entre otras cosas, vas a seguir engordando el bolsillo (que por cierto ya está bastante gordo) de quienes oportunistas ante la ocasión, en el nombre del consumismo convierten la navidad en una fecha burda y comercial, ensuciando su verdadero significado, que es el de la familia y la unión, el del amor y la paz. Pero eso tampoco importa. Así que no olvides olvidar lo esencial nuevamente este año, porque quiero que gastes mucho.
30/10/2012
30/10/2012
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