Mi sombra

¿Y qué esperabas? ¿Qué carajo podías esperar de vos? ¿Qué mierda querías esperar de vos? ¿Pensaste de verdad que podías llegar a esperar lo que querías? Si ni vos sabés qué puta querías o qué poronga esperabas. Vos y tus expectativas del orto... No aprendés más, campeón de la vida. No aprendés más. Vos sabías muy bien que no ibas a poder huir demasiado de vos mismo. Te la creíste, papá, te sentiste un iluminado, pensaste que podías cambiar. Boludeces de hippies, de progres, de zurdos, de posmos, boludeces de libritos de autoayuda de mierda. Bajate del caballo, forro, que nunca serviste para dominar. Vos, que vivís escribiendo para el público porque en el fondo lo que más te importa es lo que los demás piensen de vos y no lo que vos sos en realidad. Vos que no estás para nada interesado en escribir para vos, porque en el fondo no te nace, porque en el fondo te detestás. Porque ahí, en el fondo, sólo queda tu reflejo. Ahí sólo estás vos, mano a mano, cara a cara, a solas con vos mismo. Y vos sabés casi a la perfección cuáles son tus peores rincones. Escribí para vos, maricón, dale. Mostrá tu verdadera cara, si todavía te quedan huevos. ¿Tendrás una sola? Ni vos lo sabés. Ni tu espejo lo sabe. Siempre volvés a los mismos círculos de pseudo autopsicoanálisis de mierda de siempre. Y te detestás pero te idolatrás, ¿viste? Te creés un genio escribiendo, como si tus escritos fueran la gran cosa, como si la basura que sale de vos tuviera más valor o algo más especial que los miles y miles de millones de escritos que se encuentran pululando en la infinidad del ciberespacio. ¿Te das cuenta? Sos tu peor crítico y tu fan number one a la vez. Y sí, metele inglés, dale, hacete el escritor posmo, el new age, el qué sé yo qué mierda. ¿Qué querés inventar? Ya está todo inventado. Escribí sobre política, ¿no era esa tu idea? Escribí sobre feminismo, careta, vos que vivís celando a tu novia. Tragate los celos, reprimido. Te terminaste el vaso de birra y ni te percataste. ¿Tan enojado estás? No, no estás enojado. Te das cuenta de que todo es un absurdo. Y es que de lo malo siempre rescatás algo bueno, y lo bueno de estar a solas con vos mismo es que, te guste o no, sos el único que te entiende. Por eso tan chocho ahí, alejado del mundo real, metido bien en el fondo. Te pinta irte del mundo y te contraés, te abstraés de la realidad exterior, te vas hasta el fondo de vos y ahí te quedás piola, con tu otro yo, que a veces no es uno solo si no varios, y entre todos mandan a la mierda los constructos sociales, y se quedan charlando acerca de lo absurdo de existir. Si vieras tu cara en ese momento, tu "yo" en el plano material. Totalmente perdido dentro tuyo, como ahora, que estás buscando a ver qué mierda soltar, qué carajo vas a escribir ahora, que querés sacar lo que duele, lo que te molesta, lo que hace daño y no se va. Pobre tu novia, deberías pedirle perdón. Pedile perdón, orgulloso de mierda, paranoico, psicótico, violento, celópata hijo de re mil putas. Me pregunto dónde mierda habrán quedado tus relatos, tus cuentitos baratos, tus discursos acerca del amor libre, de las relaciones tóxicas, de los celos enfermizos, y bla bla bla. La próxima mirate al espejo antes de escupir para arriba, porque ahora, si salieras del fondo y vieras tu rostro, te daría asco de ver tanta saliva chorreando en tu cara.